Valor incalculable

El Breogán arranca el miércoles ante el Joventut un doble duelo como local en el que busca mantenerse invicto en Lugo. Los lucenses solo jugarán un partido en el Pazo en noviembre

Kensey y Sulejmanovic intentan evitar un tiro Huskic, del Burgos, el pasado sábado. SANTI OTERO (Efe)
photo_camera Kensey y Sulejmanovic intentan evitar un tiro Huskic, del Burgos, el pasado sábado. SANTI OTERO (Efe)

LUGO. El Cafés Candelas Breogán está ante una semana importante para su futuro. Los encuentros ante el Divina Seguros Joventut (el miércoles a las 20.30 horas) y Obradoiro (sábado a las 18.00 horas), ambos en el Pazo dos Deportes, son de esos de los que no conviene fallar porque un error ante equipos de este nivel y en propia cancha es siempre un lastre difícil de soltar. Además, este final de mes, con dos encuentros a favor de ambiente, es el contrapunto de lo que le espera al conjunto lucense durante el mes de noviembre, en el que disputarán tres encuentros fuera de Lugo, ante Murcia, Unicaja y Manresa y solo uno en el Pazo, frente al Zaragoza.

Y por lo visto hasta ahora, el Cafés Candelas Breogán no es precisamente un equipo medianamente fiable, al menos fuera de su cancha. Esto implica que de no asegurar los dos encuentros que jugará en Lugo, el Breogán podría empezar el mes de diciembre con una inquietante desventaja en la clasificación.

Es cierto que, a priori, no hay partido perdido pero también que para esto se cumpla es necesario que el equipo de un mínimo de solidez y de juego que hasta ahora no se mostrado en los tres encuentros jugados fuera del Pazo.

EL DATO. Tiros mejorables
El Breogán acredita un bajo  60,2 por ciento de aciertos en los libres y un 31 en triples
 

La ausencia de una pretemporada lógica y el hecho de que aún haya jugadores de baja por lesión –aunque tras la recuperación de Brown la realidad es que solo se puede considerar como tal la de Ricardo Úriz, ya que Sergi Vidal y Jerome Jordan llegaron para sustituir a Arco y Norel–, no debe justificar la imagen que ha ofrecido el equipo de Natxo Lezkano en sus desplazamientos, en especial en Las Palmas y Burgos. Si el equipo lucense quiere ser competitivo en la Liga Endesa necesita un plus de exigencia defensiva, una mentalidad más ambiciosa y una actitud más agresiva. Y, desde luego, aprovechar las que pueden ser sus ventajas para intentar paliar las deficiencias que ofrece la plantilla. La falta de elaboración ofensiva y, sobre todo, el escaso protagonismo ofensivo de Jordan e incluso de Gerun complican más las cosas. Sobre todo en un equipo, como el lucense, que casi prescinde la anotación en transición en gran medida por sus escasas recuperaciones, cuatro por encuentro.

Difícilmente se puede aspirar a ganar si recibes una media superior a los 89 puntos. Tampoco invita al optimismo el paupérrimo 60,2 % de acierto que acredita el conjunto lucense desde la línea de tiros libres –el peor de la competición– y desde luego también es muy mejorable el 31% que exhiben desde la línea de 6,75 metros.

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