Creer en ojerizas, maldiciones, sortilegios y supercherías está a la orden del día en cada esquina de nuestra vida diaria. Anuncios de chamanes y programas de tarot o buenaventura pueblan las emisiones de madrugada de televisiones de dudosa calidad. Creer o no creer en algo más que lo perceptible y lo explicable está dentro de cada uno de nosotros. Aunque en ocasiones, hasta el mayor de los escépticos puede rendirse ante la concatenación de casualidades y buscar una explicación donde la mala suerte sea el centro del razonamiento.
La superstición está a la orden del día en el mundo del fútbol. Hay jugadores que entran en el campo con el pie derecho, otros no pisan las líneas del césped, están aquellos que usan siempre un número determinado, que no visten un color o los que repiten la misma rutina si su equipo ganó en la anterior jornada. Los hay también que creen en campos gafes. Estadios que llevan escrita la derrota antes de que el colegiado pite el comienzo del partido.
Quique Setién no parece de los que lleven una ristra de ajos metida en la maleta, que llene de estampitas la mesilla del hotel o que echen pestes si uno de sus futbolistas lleva una prenda amarilla. Él mismo afirmó no ser supersticioso. Pero probablemente le asaltó la duda de si recurrir a algún especialista en el más allá tras la derrota del domingo en Valdebebas. Porque el estadio del Real Madrid Castilla encabeza una lista de terrenos donde el excelente currículum del santanderino a los mandos del CD Lugo no ha brillado con un triunfo.
Pablo Sánchez no se entrenó ayer por un golpe y es duda
El centrocampista del Lugo Pablo Sánchez no se entrenó ayer en la sesión de recuperación del lunes por un golpe sufrido durante el partido ante el Castilla y, aunque no es grave, su participación ante el Córdoba este sábado depende de su evolución.
