Una pareja para la historia

Carlos Pita y Fernando Seoane cumplirán en la 2019-2020 su octava temporada seguida en el Ángel Carro en Segunda División. Ambos son protagonistas del crecimiento de un club que vive el mejor momento de su historia, en la que se ha convertido en un equipo profesionalizado y con la continuidad en la LFP como un objetivo siempre realista

Fernando Seoane y Carlos Pita se abrazan tras la consecución de la permanencia. XESÚS PONTE
photo_camera Fernando Seoane y Carlos Pita se abrazan tras la consecución de la permanencia. XESÚS PONTE

COMO SI FUERA The Kop al lado del río Mersey, cualquiera podría arrancarse a cantar el You'll never walk alone en el Anfield Carro. Cualquiera podría, pero nadie lo haría con más legitimidad que Carlos Pita y Fernando Seoane. Quizás Iriome, el tercer capitán, podría entonarlo igual de fuerte con su acento canario, pero todavía debe calibrar su voz algunos años más, ser un poco más veterano al lado del Miño para emular a dos jugadores que opositan con la mejor nota para ser los futbolistas más importantes de la historia del club rojiblanco.

Los dos han sido partícipes de la transformación de un club que caminaba cerca del amateurismo hacia la profesionalización. Lo hicieron como comandantes en jefe en la etapa de José Bouso como presidente y Carlos Mouriz como gerente y director deportivo. Continuaron siendo la referencia en el césped y en el vestuario en el actual momento con Tino Saqués. Ambos formarán parte decisiva de la existencia de un Lugo que jugará por octava vez consecutiva en Segunda División, un hito que ellos han vivido de primera mano, siempre como los capos del vestuario.

Más de 300 partidos
Pita y Seoane tienen ambos más de 300 partidos con la camiseta del CD Lugo

Seoane llegó antes que Pita al Lugo. Lo hizo en la 2009-2010, en la primera temporada de Quique Setién en el banquillo. Aquel era un equipo que luchaba por hacerse un hueco entre los mejores del Grupo I de Segunda B, aunque sin la capacidad aún de mantenerse en lo alto y alcanzar un puesto en el play off. Seo, como siempre, rindió a las mil maravillas durante 35 partidos y se ganó la posibilidad de alcanzar la categoría de plata. Lo hizo en el Nástic. Fueron dos años lejos de Lugo. La morriña la palió con la titularidad indiscutible en un equipo de Segunda División.

Mientras el de Ames se hacía un nombre en el fútbol profesional español, el buen ojo de Carlos Mouriz fijó su mirada en un mediocentro coruñés que había jugado en el Guadalajara.

Carlos Pita aterrizó en el Ángel Carro en el verano de 2010 para ser el eje sobre el que pivotaría el éxito lucense. Su calidad e inteligencia, su adaptación absoluta al fútbol posicional de Quique Setién hizo las delicias del cántabro, que contó con su extensión sobre el verde para convertir al canterano del Dépor en el alfa y el omega de su proyecto.

Pita es el único superviviente de aquel Lugo campeón de grupo en Segunda B. De aquel equipo que nadó para morir en la orilla del Alcoyano y que se superó para convertirse en héroes en el Ramón de Carranza.

Tras el ascenso, Pita y Seoane se convirtieron en pareja de hecho en la campaña del retorno a Segunda División: la 2012-2013. Fue el primero de siete años de manejar el fútbol creativo en la ciudad amurallada.

Liderazgo
Ambos son los primeros en recibir a los nuevos, en saber que están ahí si necesitan algo, en ordenar y exigir que todo vaya por el camino adecuado, en hacer sentir a todos qué es el Lugo y qué significa

Eran el dúo perfecto. Uno tenía la capacidad para moverlo todo, para decidir qué era lo mejor para el equipo y llevarlo a cabo sin dificultad, con la inteligencia y el talento de los elegidos. Otro fue su perfecto guardaespaldas. Listo, intuitivo, pillo, esforzado y físicamente indestructible, ejerció de red de seguridad para todo el equipo, no solo para su compañero de fatigas en la medular.

Pita y Seoane fueron siempre el objeto de deseo de la categoría. Aficionados y clubes salivaban con tenerlos de su lado. Surgieron nombres en el alero. Un verano fue el Recreativo, otro el Numancia, otro el Deportivo, Valladolid, Numancia... Pero Pita y Seoane siempre llevaban el 5 y el 8 en sus camisetas rojas y blancas.

Para el coruñés, la venidera será su décima campaña consecutiva en el Ángel Carro. 315 partidos con la rojiblanca. En ellos ha anotado 24 goles, siendo su mejor campaña la actual, en la que ha conseguido 7.

El medio de Ames sumará nueve campañas la próxima, aunque en dos etapas. 303 encuentros poniéndose el escudo del Lugo en el corazón. Menos goleador que su compañero, ha anotado 7 tantos

Mientras Seoane es un especialista en la medular, Pita ha evolucionado en su juego. Ha sido mediocentro la mayoría del tiempo, pero ha logrado añadir el puesto de central a su repertorio. Y lo hace con acierto.

"Por edad y por inteligencia Pita puede jugar perfectamente como central. Da claridad con balón y, al ser una posición donde interviene mucho la inteligencia, puede hacer que físicamente se le exija menos. También puede jugar por delante. La edad no creo que sea un problema", asegura su actual entrenador, Eloy Jiménez.

Pero además de su talento como futbolistas destaca su ascendiente sobre el vestuario. Ambos son los primeros en recibir a los nuevos, en saber que están ahí si necesitan algo, en ordenar y exigir que todo vaya por el camino adecuado, en hacer sentir a todos qué es el Lugo y qué significa.

Aún hay Pita y Seoane para rato. Los dos acaban contrato en junio de 2021. Seo ya admitió que su deseo es acabar su carrera en Lugo. Los dos, con permiso de Iriome y su fidelidad absoluta al club, quieren seguir acompañando al Lugo para que nunca camine solo.

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