La opción de jugar la Liga en verano conllevaría un peligro: el calor

Antes, los jugadores tendrían que realizar una pretemporada
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photo_camera Manu Barreiro se lamenta en el primer partido de esta temporada ante el Extremadura, jugado el 17 de agosto en el Ángel Carro. SEBAS SENANDE

Entre el deseo de completar la temporada, la incertidumbre de una crisis sanitaria sin luz al final del túnel y las complejidades de agarrarse a un calendario que se pueda retornar en pleno verano. Así parece moverse el Lugo, que tiene un horizonte demasiado turbio. La competición futbolística profesional en España ha ido aplazando sus posibles fechas de retorno. Si en el comienzo del confinamiento se hablaba de mayo, ahora parece haberse movido a bien entrado junio un reinicio que tiene cada vez más pinta de utopía en medio de la distopia a la que parece abocarse el mundo.

Celebrar la Segunda División en periodo estival conllevará más riesgos que los propios de la pandemia del Covid-19. El calor será un factor a tener en cuenta para unos futbolistas que tendrán que realizar una pretemporada tras un periodo largo sin poder trabajar en las mejores condiciones.

Llevar a cabo una actividad física exigente con temperaturas altas puede producir golpes de calor e incrementar el riesgo de lesiones musculares. La propia Asociación de Futbolistas Españoles pidió que "tanto el calendario como los horarios en los que se disputen los partidos estén supeditados al factor de salud".

Porque las horas a las que se disputen los duelos pueden ser claves para que la competición se pueda desarrollar con pocos riesgos.

La temperatura media en Lugo a finales de junio oscila entre los 22 y los 25 grados y sube en julio y agosto para situarse entre los 25 y los 27. Con el termómetro en sus valores más altos sobre las 17.00 horas, las franjas horarias de juego de las 16.00 y las 18.00 horas serían casi inviables, mientras que habría que recurrir a jugar a partir de las 21.00, cuando el calor remite hasta los 24 grados de media en esos meses.

A domicilio, el calendario envía al Lugo a Canarias en dos desplazamientos: Las Palmas y Tenerife. En las islas la temperatura media oscila entre los 26 y 27 grados en el periodo estival, rebajando hasta los 24-23 grados desde las 21.00 horas. Antes de esa hora parece difícil que se pueda jugar.

Mientras Gijón -con sus 22-23 grados de media en julio y agosto- cuenta con el mercurio más benévolo de las salidas lucenses, Alcorcón será donde haya más complicación por el calor. En la localidad madrileña se superan los 31 grados de temperatura media en verano, rozando la treintena a partir de las 21.30 horas, con lo que sería casi obligado jugar por la noche. También tendrá que vigilar el calor en Ponferrada, donde el termómetro se mueve entre los 27 y los 29 grados en verano, bajando en torno a los 25 tras la puesta del sol, con lo que será casi imposible jugar a media tarde o a última hora de la mañana.

Jugar por las mañanas, una posible solución 
La opción de jugar por las mañanas podría ser una solución, ya que la temperatura media en el verano lucense antes de las 13.00 horas no supera los 22 grados para los duelos que se disputen en el Ángel Carro. 
Complicado a domicilio 
Lejos del Miño será más complicado, salvo que el tiempo de juego no se extienda más allá de las 12.00 horas. En Canarias hay más de 25 grados a partir del mediodía, mientras se rozan casi los 28 en Alcorcón y los 24 en Ponferrada. La visita a El Molinón podría tener un horario matutino, ya que el termómetro se sitúa sobre los 20 grados a las 12.00 horas.

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