Un Sudeamericano y un Mundial sub 20 con la albiceleste

Un océano de fútbol

Los gemelos Maxi y Leonardo Rolón luchan en el Lugo y el Arsenal de Sarandí por hacerse un hueco entre la élite del balompié tras salir de Rosario y ser separados por la cantera del Barça
Leo y Maxi Rolón (primero y segundo por la izquierda), en la concentración de Argentina sub 20
photo_camera Leo y Maxi Rolón (primero y segundo por la izquierda), en la concentración de Argentina sub 20

Unidos desde la cuna pero con el océano Atlántico como frontera. Maxi y Leonardo Rolón nacieron del mismo óvulo el 19 de enero de 1995 en la ciudad que alumbró a Leo Messi, Ángel Di María o Marcelo Bielsa. Ambos se formaron en los mismos clubes, emigraron a Buenos Aires dejando a su familia atrás y, con quince años, el Barça los separó para quedarse con Maxi y descartar a Leo. En la actualidad uno se viste la camiseta rojiblanca del Lugo y el otro forma con Arsenal de Sarandí en la Primera argentina.

Era inevitable que Maxi y Leo acabasen siendo jugadores. Su familia respiraba fútbol con los colores de Rosario Central en el corazón. Su padre y su abuelo fueron sus primeros entrenadores y cuentan con otros dos hermanos futbolistas que no han tenido la carrera de los dos gemelos.

Maxi y Leo se formaron en clubes modestos de su Rosario natal. «La primera vez jugamos en el Club Oroño, un club de barrio de Rosario, hasta los siete años. Después fuimos a Central Oeste y luego a Buenos Aires, al Barcelona de Luján, un proyecto del Barça en Argentina. Allí nos quedamos cinco años más», relata Maxi Rolón.

El actual jugador rojiblanco forma de extremo mientras su hermano es un lateral derecho que pasó por Vélez y el Emelec ecuatoriano antes de recalar en Arsenal. Sin embargo, no siempre fue así. Maxi comenzó siendo lateral para ir subiendo posiciones sobre el césped, mientras Leo bajó desde la delantera a la defensa. «De pequeño yo jugaba de lateral y mi hermano de delantero centro. Luego la gente me fue probando y acabé de extremo. A mi hermano lo fueron poniendo después de extremo y acabó de lateral derecho. Fue un lío», valora Maxi.

La llegada de los dos futbolistas a la academia del Barça en Buenos Aires -unas instalaciones llamadas La Candela y compradas a Boca- fue dura «porque fue a los diez años. Al principio lo pasamos mal porque no queríamos estar separados de la familia, pero luego nos acostumbramos».

Con quince años el Barcelona les hizo una prueba de diez días en la ciudad condal. Maxi la pasó gracias a sus tres goles en un partido. Leo no se quedó y tuvo que retornar a Argentina para formarse y debutar en Primera con Vélez.

ENTRENAR CON MESSI. A pesar de la distancia, de tener que seguirse el uno al otro por internet, con enlaces y páginas para ver sus partidos, Maxi y Leo tuvieron un buen paso por el Barça y Liniers.

En el Barcelona Maxi aprendió «mucho» y cumplió el sueño de entrenar con el primer equipo del Barça -cuando jugaba en el filial culé- y con otro rosarino como él como Leo Messi. «Entrené varias veces con el primer equipo del Barcelona. La primera vez fue algo que no me creía, estaba muy nervioso. Fue una experiencia que no olvidaré nunca. Eran muy buena gente, te ayudaban mucho, te apoyaban, te preguntaban cómo estabas... Son muy buena gente, no por ser quienes eran iban a ser diferentes al resto».

«Creía que Messi iba a ser serio, porque quizás pensamos que por ser quienes son, por su éxito o por tener mucho dinero, iban a ser diferentes, pero al final son personas como nosotros», destaca.

Más en Deporte Local Lugo
Comentarios