Andrés Román tiene historia. Mucha. Necesitaba el Club Fluvial de Lugo a alguien de este calado tras la jubilación de José Antonio Fernández Marzán, 'Mus', que tras 34 años dejaba un vacío difícil de rellenar. Román habla tranquilo, con una voz que desborda experiencia. Mucha. Y con una única promesa en su nuevo cargo como director técnico de piragüismo de la entidad: "Trabajo".
"El piragüismo es lento. Hay que ir muy despacio, haciendo bien las cosas. Es algo que he hablado con el presidente, Tito Valledor, con Misioné... Lo que quieren es que las cosas se hagan bien. No hay prisas. Los resultados, con buen trabajo, llegan siempre", cuenta Román.
El técnico zamorano reconoce que el proyecto del Fluvial le sedujo para dejar Colombia, donde se encontraba muy a gusto: "Ya estaba bastante arraigado en Colombia. O tomaba la decisión de venir al Fluvial o me hubiese quedado con los proyectos que tenía en Bogotá, y otros que tenía planificado en América. El ofrecimiento del Fluvial era bueno, siempre con el tema deportivo por delante, antes que el económico. Y tomé la decisión de venir", narra.
"Es un club con todo el futuro por delante. Tenemos buenas instalaciones y buenas infraestructuras. Hay un grupo de chicos, pequeños y mayores, que están con mucho interés por mejorar. Intentaremos mejorar día a día, no tenemos un objetivo a corto plazo. Buscamos la implicación de todos los estamentos del club, y todo el mundo está implicado. A finales de marzo espero que ya estemos bien organizados y trabajaremos para conseguir resultados", añade Román.
Las buenas relaciones que forjó el nuevo director técnico de piragüismo del Fluvial tras su estancia en Colombia servirán para atraer a Lugo a nuevos palistas: "Estuve casi cuatro años en Bogotá, en el Instituo de Recreación y Deporte y la Liga de Canotaje. Me han tratado muy bien, y mantengo una colaboración con ellos. Hemos estado luchando por el tema, y al tener esta colaboración, hay algunos chicos que están remando en Lugo y ya hay un grupo que se está preparando para venir a todas las regatas del verano".
Román, que llegó a la ciudad el pasado mes de diciembre, se encuentra ya plenamente aclimatado: "Estoy encantado. Es una ciudad tranquila, estoy a gusto. Me dedico al tema de entrenamiento y organización, que es lo que a mí me gusta. La gente me ha tratado muy bien y estoy muy tranquilo. En Bogotá había 15 millones de habitantes. Es todo mucho más movido", cuenta.
Regreso
Román reconoce que el Fluvial es el único club que le hizo plantearse un regreso a España que terminó por producirse: "Si no hubiese sido por el Fluvial, no hubiese vuelto a Europa. Por lo menos a España. Pero Valledor, Misioné o Álvaro Gasalla son amigos, los conozco de toda la vida. Y eso me dio confianza para poder trabajar bien", indica.
