La temporada más difícil del Lugo acabó con el aprobado de haber logrado el objetivo de la permanencia. Tras casi once meses de pelear por la supervivencia en la Segunda División —donde la campaña venidera jugará su octava temporada de forma consecutiva—, el conjunto rojiblanco combinó momentos de ánimo, otros de depresión y un final esperanzador que terminó con la euforia de la salvación.
La imagen de los dos capitanes abrazados, de los jugadores dando la vuelta de honor y de la afición aliviada permanecerá en la memoria colectiva del Ángel Carro. También la tarea de Eloy Jiménez, cuya responsabilidad en la consecución del objetivo fue absoluta, convirtiéndose en una de las claves de un final de campaña casi inmejorable.
Ya concluida, estas las notas de los jugadores del Lugo. Uno a uno:
Juan Carlos: 7
El portero manchego fue una de las claves que permitieron al Lugo mantenerse en la categoría de plata. Ágil bajo palos, imperial en el uno para uno, decisivo en demasiados partidos, sumó a su buen hacer sobre el césped un papel decisivo en el vestuario, donde fue uno de los pegamentos necesarios para su cohesión.
Vasyl Kravets: 7
Mientras estuvo en el equipo, el ucraniano destacó por su velocidad, por su capacidad para recorrer toda la línea de cal y su facilidad para generar peligro desde la izquierda. Además, Kravets evidenció una mejora defensiva que facilitó que el equipo no sufriera por ese costado. Su traspaso al Leganés dejó algo más de un millón de euros.
José Carlos: 5
Ejerció sobre todo como defensa central, aunque también mostró su capacidad para ejercer como lateral izquierdo, donde había jugado en las categorías inferiores del Betis. Cuando formó en el centro de la zaga, el andaluz destacó por su buen manejo de balón, aunque le faltó regularidad en las acciones defensivas.
Álex Rey: 5
El canterano debutó en Segunda División con dos buenas actuaciones. Titular en el último encuentro con el Nástic, demostró un acertado manejo de la pelota, tuvo el desparpajo necesario para no arrugarse por la responsabilidad de jugar en la categoría de plata y dejó pinceladas de lo que puede dar en un futuro.
Cristian Herrera: 7
El canario fue el pichichi del equipo con diez goles y tres asistencias para ser el más regular de todo el frente de ataque. Le benefició además el empleo del 4-4-2 como sistema base, ya que pudo formar como segunda punta por detrás de Manu Barreiro o Escriche, lo que le valió para aparecer con inteligencia y rematar tanto dentro como fuera del área.
Varo: 6
Apenas tuvo oportunidades en la Liga más allá de un buen partido en la última jornada ante el Nástic. Sí rindió en la Copa, donde se labró su buen cartel gracias a grandes actuaciones, como ante el Levante o el Alcorcón. Bueno bajo palos y seguro por arriba, destaca también por su buen juego con los pies. Será el sustituto perfecto para Juan Carlos.
Lebedenko: S.C.
Llegó en el mes de enero como el sustituto de Kravets. Ambos proceden de la cantera del Karpaty Lviv, ambos fueron internacionales por Ucrania y ambos destacan por su carácter ofensivo. Ni Monteagudo ni Eloy Jiménez confiaron en él, ya que lo veían verde en lo físico y en lo táctico para competir en Segunda. Jugó ante el Nástic y dio un buen nivel.
Carlos Pita: 7
El gran capitán del Lugo se echó el equipo a la espalda junto con Fernando Seoane. Pita, mientras tuvo físico para formar sobre el césped, volvió a dar clases magistrales en la medular, tuvo su mejor año como goleador, con 7 dianas, y, a su juego como centrocampista, añadió la faceta de central, en la que brilló con Vieira como compañero de fatigas.
Campillo: 4
El madrileño nunca pudo rendir al cien por cien por sus problemas crónicos de menisco, del que fue operado en abril. Campillo se mantuvo buena parte de la temporada lesionado, y cuando pudo jugar no tuvo el ritmo ni la continuidad necesarias para poder desempeñar su fútbol, donde siempre luce en el centro del campo.
Manu Barreiro: 5
Suplió su carencia de gol con un juego basado en la experiencia y la inteligencia. Su capacidad para jugar de espaldas, para descargar el balón a los costados, para el juego directo y generar segundas jugadas fue una mina de oro para sus compañeros, en especial los de segunda línea. De menos a más, terminó siendo imprescindible para el equipo.
Leuko: 5
La grave lesión en el talón de Aquiles sufrida ante el Mallorca en la jornada 7ª impidió al lateral africano completar la que podía haber sido su temporada de consagración. Hasta aquel fatídico 29 de septiembre, el de Douala había cumplido en el carril diestro, supliendo con solidez a un Campabadal que se recuperaba de su operación de rodilla.
Vieira: 7
Una de las buenas noticias de la temporada fue la incorporación del central portugués. Siempre expeditivo, bueno al cruce, imperial en el juego aéreo y sin arrugarse ante nadie, Vieira fue el gran especialista de la defensa con Monteagudo y Eloy Jiménez, con los que fue titular indiscutible. Además, mostró una adaptación rápida al vestuario y a la ciudad.
Fernando Seoane: 7
Fiabilidad es la palabra que definirá para siempre a Seoane. Al de Ames parece no agotársele las pilas jamás a pesar del paso de los años. El mediocentro fue siempre el seguro de vida en el centro del campo, ayudó a sus compañeros, les guardó las espaldas cuando perdían la posición y fue el pilar sobre el que se forjó el gran vestuario del Lugo.
Lazo: 8
La gran estrella del equipo, el talento que jugará en Primera División si el Getafe decide no cederlo de nuevo. Buena parte de la permanencia del Lugo pasó por las piernas del de Sanlúcar, que sumó goles, asistencias y desborde en casi todos los partidos en los que jugó. Rápido, con el balón siempre pegado al pie, fue el peligro ofensivo del equipo.
Escriche: 4
El de Burriana se esforzó en cada minuto que jugó, no escatimó en sudor ni ganas, pero no acabó de cumplir con lo que se esperaba de él en cuanto a goles. Determinante en la presión a los defensas rivales, su temporada se quedó en un esfuerzo innegociable, pero sin marcar diferencias en otros aspectos del juego.
Campabadal: 5
Le costó arrancar al catalán, que no tuvo una pretemporada al uso por su operación de rodilla en enero de 2018. Tuvo que incorporarse sin casi tiempo para ir con calma por la lesión de Leuko, pero poco a poco fue cogiendo el ritmo necesario para competir. Formó en laguna ocasión en el carril izquierdo y su rendimiento fue irregular aunque acabó bien.
Bernardo: 5
Comenzó siendo importante en el equipo el cordobés, pero la llegada de Alberto Monteagudo al banquillo lo arrinconó en el banquillo para dar más galones a Josete y Vieira. Sin embargo, cuando le tocó jugar lo hizo con su habitual compromiso. La falta de minutos y el proyecto del Granada le permitieron salir en enero y acabar ascendiendo.
Sergio Gil: 5
El factor físico fue, de nuevo, la tara que lastró el rendimiento del aragonés. Sus problemas físicos impidieron su continuidad en el equipo, en el que siempre rindió cuando el entrenador contó con él. Gil formó en la medular al lado de otro compañero, como volante en un 4-3-3 o incluso más adelantado, aunque le faltó valentía para finalizar más.
Juan Muñiz: 4
No tuvo la continuidad que habría querido para mostrar todo el fútbol que lleva dentro. El sistema predilecto de los entrenadores, el 4-4-2, tampoco lo benefició, ya que sus capacidades se adaptan más al juego interior o a la mediapunta. Muñiz destacó en el balón parado y cuando formó en posiciones centradas fue un buen acelerador de la pelota.
Toni Martínez: 4
Comenzó muy bien, anotando un gol en su debut ante el Rayo Majadahonda. Sin embargo, la llegada de Manu Barreiro le restó importancia en el equipo y su papel acabó diluido. Mostró buenos movimientos y actitud, pero le faltó calma y acierto a la hora de finalizar las jugadas dentro del área. Tuvo poco gol.
Gerard Valentín: 6
Llegó en el mercado de invierno cedido por el Deportivo y rindió casi desde el principio. Ejerció de carrilero, tanto en defensa de cinco como en un 4-4-2. Ofensivo, con alguna laguna atrás, su buen pie permitió a Gerard Valentín asociarse en tareas ofensivas e incluso jugó de extremo derecho en varios partidos del tramo final con Eloy Jiménez.
Menosse: 4
No jugó demasiado el uruguayo. Su llegada en el mercado invernal respondió a la salida de Bernardo Cruz con dirección a Granada. Sin embargo, el charrúa no acabó por hacerse con un hueco en el equipo lucense e incluso tuvo alguna mala actuación, como en Son Moix ante el Mallorca. Respondió en el tramo final de la competición cuando tuvo que jugar.
Aburjania: 6
De menos a más, el georgiano estuvo en el ostracismo casi toda la temporada, tanto con Javi López como con Monteagudo, la lesiones de Seoane, Pita y Sergio Gil, junto con la venta de Ramón Azeez, le permitieron acabar jugando con regularidad en el tramo final para acabar siendo de los más destacados sobre el césped.
Iriome: 5
Otro de los corazones del equipo. Su papel trascendió al juego sobre el césped para situarse también como uno de los pilares del vestuario. En lo futbolístico, ejerció de extremo y de lateral, incluso de punta. Siempre dio un rendimiento fiable, aunque le faltó una pizca de suerte para que sus carreras por el costado diestro acabaran en pases de gol.
Jona: 2
El atacante hispano-hondureño nunca cuajó en el Lugo. Ni en la faceta goleadora, ni en otras, el ex del Cádiz, Jaén o Albacete, entre otros, logró lucir sobre el césped. Javi López lo utilizó como titular al comienzo de Liga, pero acabó sin convocar con Monteagudo. El mercado de invierno le permitió firmar con el Hércules de Segunda B.
Luis Ruiz: 4
Su rendimiento fue demasiado irregular en la temporada. Luis Ruiz sufrió en los balones a su espalda en demasiados partidos, aunque siempre mostró un compromiso fuera de toda duda. Su punto fuerte fue su físico, que le permitió ocupar todo el carril izquierdo del campo, aunque su falta de precisión en los centros laterales le impidió lucir en lo ofensivo.
Josete: 6
El ilicitano tuvo el protagonismo que le faltó con Francisco la campaña anterior para ser titular indiscutible mientras las lesiones lo respetaron. Formó una buena pareja con Vieira, destacó por su inteligencia para posicionarse y para ayudar a sus compañeros, a los que salvó con su intuición para cortar balones en el área.
Ramón Azeez: 6
El nigeriano no fue utilizado apenas por Javi López, pero el aterrizaje de Alberto Monteagudo lo devolvió al once inicial, donde fue clave en la reacción lucense de final de 2018 y comienzo de 2019. Su traspaso al Granada le dio un buen dinero al Lugo, aunque el equipo notó la ausencia del africano en el equilibrio del centro del campo.
Tete Morente: 5
Otra de las incorporaciones del mercado invernal. Tardó demasiado en rendir, pero cuando gozó de minutos acabó mostrando la calidad por la que el Lugo había suspirado en verano. Su buen golpeo de pelota suple su falta de velocidad en un jugador que es un diésel en todo, pero que acaba dando buenos partidos.
Dongou: 3
Un caso parecido al de Jona. El ex del Barcelona B y el Zaragoza nunca acabó de ofrecer lo que se esperaba de él. Ni como punta referencia, ni por detrás del nueve, ni acostado a una banda ofreció un rendimiento constante. Un par de buenos partidos en Zaragoza o en Albacete en la Copa no le permitieron quedarse y acabó en el Lleida en enero.
Cristian renovó su contrato el pasado septiembre, cuando aceptó la prolongación de su relación con el conjunto rojiblanco por dos temporadas más.
El Lugo cuenta con el punta, que fue su máximo goleador la temporada recién finalizada y es uno de los jugadores más queridos en el vestuario.