"El anuncio del aplazamiento de las competiciones lo vivimos con sorpresa, con incertidumbre, con estupor y con miedo. Fueron momentos terribles, primero por la salud, y luego porque el trabajo de la temporada quedaba en el aire". Así explica Bibí Bouza, presidenta del Arenal Emevé, el impacto que ha supuesto para el club lucense la paralización total del deporte por la pandemia del coronavirus. La crisis ha golpeado a todos los clubes de la ciudad y especialmente al que ella dirige porque sus dos equipos profesionales, y más concretamente el femenino, han visto frustrados sus importantes objetivos.
"El equipo masculino de Superliga 1 se ha quedado sin jugar los play off por el título de Liga y es una pena, porque era un momento único en la historia del club", señala Bouza. Los jugadores de Diego Taboada marchaban séptimos en la tabla a falta de dos jornadas para su finalización.
Un desenlace cruel, pero quizá no tanto como el que sufrió el cuadro femenino, que lideraba el grupo A de la Superliga 2 y conservaba extraordinarias opciones para lograr el ascenso a la máxima categoría nacional. "Para ellas ha sido muy duro porque teníamos la fase de promoción a finales de este mes e incluso habíamos contratado a (la jugadora) Lianny Tamayo para ello. Ha sido difícil anímicamente porque se ha ido al traste la temporada", dice Bouza.
Pese a todo, la presidenta del Emevé se resiste a perder la esperanza de que la Real Federación Española de Voleibol (RFEVB) resuelva favorablemente el ascenso del cuadro que dirige José Valle. De hecho, explica que de las tres opciones que se barajan, dos contemplan la promoción a la máxima categoría. "Una es la clasificación al final de la primera vuelta y fuimos campeonas de invierno. Y la otra es la clasificación en el momento de la suspensión, e íbamos primeras", apunta.
Bouza confía en que la RFEVB resuelva el ascenso a su favor, pero también prefiere guardar cautela por la dichosa "incertidumbre en la que estamos todos sumergidos".
A los contratiempos deportivos se suman otros, como la imposibilidad de desarrollar campañas de publicidad de voleibol en los centros educativos. "Las hacemos todos los años para que los niños de Lugo sepan que existe este deporte y que en la ciudad hay un club de referencia nacional. Es un desastre", dice Bibí Bouza. Otra de las consecuencias ha sido cancelar el proyecto "VoleyIN La Caixa", con el que iba a desarrollar importantes proyectos sociales. "Tanto trabajo para nada", lamenta.
