Un colgado muy cuerdo

Luis Penín, colgado del techo de la vía Ley y Orden. (Foto: EPL)
photo_camera Luis Penín, colgado del techo de la vía Ley y Orden. (Foto: EPL)

Sólo cinco escaladores en el mundo pueden presumir de haber superado la vía Ley y Orden, en los Alpes austríacos, que tiene fama de ser la más complicada del mundo. El valiente que se enfrenta a ella se encuentra en medio de una pared con una cueva por cuyo techo hay que ‘volar’ unos 20 metros antes de salir al muro de la montaña para completar las ascensión.

De esos cinco fenómenos sólo uno es español. Se llama Luis Penin y nació en Lugo el 22 de julio de 1974. Es ingeniero de montes (no podía serlo de otra cosa) y reside en La Carolina (Jaén) por motivos laborales. Pero siempre que puede regresa a Lugo. De hecho, fue en su ciudad de nacimiento donde preparó el asalto a Ley y Orden. «El pasado verano viajé hasta Austria con mi novia para conocer la vía y ver cómo había que afrontarla. La última fase de preparación, que duró casi un mes, la hice en Lugo. Después volví a los Alpes y tras dos días de intentos lo conseguí. El 6 de enero de 2011, y después de 45 minutos de esfuerzo, lo logré», recuerda.

Ley y Orden es una vía de la clase conocida como dry tooling, una especialidad que mezcla la escalada por el hielo y la roca, ya que se practica en zonas en las que las cascadas de hielo no se forman del todo. «Acabé reventado porque todo el tiempo estás colgado de los piolets y el esfuerzo de los brazos es brutal», apunta.

El camino que el pasado 6 de enero hizo cumbre en Ley y Orden arrancó hace 20 años en Lugo. «Comencé en esto de la escalada con gente como Luis Vilanova y Javier Rodríguez. Fue a principio de los años 90 en Ancares, Peña Ubiña (Cordillera Cantábrica) e incluso cerca de Lugo; en O Veral, Penarrubia y Ombreiro. En Ancares hay algún corredor de hielo en el Mustallar (cumbre más alta de la provincia de Lugo con 1.924 metros), no es gran cosa, pero allí te picas con el hielo; empiezas con los crampones, los piolets...», dice.

Después de cuatro años escalando por el hielo, Luis Penín se pasó a la roca, a la escalada pura. Guardó en casa los piolets y los crampones, pero no para siempre. «Hace siete años retorné al hielo porque me parecía volver a los orígenes, pero además lo hice con mucho más nivel físico y mental gracias a mis años de experiencia. De ahí pasé al dry tooling», relata. Y no le va mal. En 2007 completó la vía No Limit, y en 2008 la Game Over, motivo por el cual la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada le galardonó en sendos años con el premio a la mejor actividad en dry tooling.

Vencer a la vía Ley y Orden es alcanzar un techo, pero para Luis Penín no será el último. «Yo siempre estaré vinculado a escalar porque disfruto mucho. En el momento en que tenga más años ya veré, pero por el momento voy bien. Aunque sea para disgusto de mi padre seguiré. Al principio le costó mucho entender que me metiera en esto de la escalada; lo veía muy peligroso y pasaba miedo. Pero ahora ya está contento. Me ha costado más que completar Ley y Orden, pero creo que ahora ya me entiende», concluye.

''Tengo las mismas ganas que el día en que empecé''

Luis Penín no es capaz de delimitar el momento en el que se dio cuenta que la escalada sería una parte importante de su vida. «Escalar me enganchó desde el primer día y tengo las mismas ganas que el día que empecé. Lo mío ha sido una evolución, porque nunca he dejado de escalar. Comienzas con ganas, vas logrando vías y poco a poco te notas mejor. Y así hasta este año, en el que me encuentro mejor que nunca. Además yo cuento con una ventaja, y es que no tengo en cuenta lo que la gente opina. No me influye lo que se pueda decir de la dificultad de una vía. Voy hasta allí, pruebo y si puedo la hago y si no, pues no», asegura.

«Para ser montañero no hace falta subir un 8.000»
Penín entiende la montaña como un placer al alcance de todo el mundo. «Hay gente en Lugo a la que le gusta hacer picos en Ancares y no se considera montañero, pero en realidad lo es. No es necesario utilizar bombonas de oxígeno y subir un 8.000. Messi es un futbolista, pero también lo es el que juega en un equipo modesto cada domingo», indica.

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