Un campeón hecho a sí mismo

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Cuando sus compañeros de guardería todavía tenían dificultades para mantener la verticalidad a los 3 años, Jorge Prado dominaba el freno y el acelerador de su moto hecha a medida. La competitividad pide salir a golpes de su cuerpo. El piloto lucense de motocross es el vigente campeón de España en la categoría de 65 cc. Como puesta a punto tampoco deja de lado otras modalidades de las dos ruedas, aunque siempre con preferencias intrínsecas a un ADN rebelde. «La sensación del cross, cuando vas por el aire, al tomar las curvas, mola mucho. Las carreras de velocidad están bien, pero prefiero las otras dos. Este año ya probé una vez, y no es que no me guste, pero es distinto», explica el niño prodigio del motociclismo nacional.

El horario colegial deja pocos huecos para los entrenamientos. Los fines de semana los sentimientos de Jorge destilan ilusión. Su sonrisa bien vale una título. «Entreno los fines de semana, y ahora que los días se hacen más largos también los haré a la salida del colegio. Cuando se acaben las clases montaré cuatro días a la semana», afirma la promesa que logró el título nacional con una superioridad aplastante. «Fui campeón de España en 65 cc, gané las tres carreras que había. Y eso que competía con gente de 11 y 12 años. Quiero ser el mejorcito de todos, pero sin perder los estudios, porque sin estudios no puedo llegar a ser bueno de verdad», dice. Serenidad temprana.

Campeonato de Europa

En su debut en el Europeo 2010, el piloto de la escudería FW Rácing finalizó en octava posición en la general. «En abril empiezo el Europeo en Rumanía, y luego llega el Nacional. Y puede que haga también alguna carrera del Gallego para mejorar mi preparación. El Europeo es una competición más importante que el Nacional porque hay más pilotos y su nivel es mejor. Mi mayores rivales este año serán un italiano llamado Fachetti, el estonio Tamur Talbiku y un polaco, Schunek. El año pasado cometí muchos errores y quedé octavo, aunque mi padre dice que lo hice muy bien. Este año espero quedar primero, segundo, o tercero, como mucho cuarto, más abajo de este puesto sería malo para mí», matiza el piloto con la veteranía que le conceden sus 10 años. Nacido un 5 de enero, su carta a los Reyes Magos dista de su edad. Jorge pide fervientemente un patrocinador que le acerque a hacer realidad su ilusión de sueños y motos.

50.000 EUROS

  • Patrocinador. Jesús Prado, padre de Jorge, ejerce como mecánico en sus desplazamientos. «Pasamos un mes completo fuera de casa en la autocaravana. Nos vamos a Centroeuropa. Jorge es el piloto que más kilómetros tiene que hacer para desplazarse», afirma Jesús, que afronta un presupuesto «de 50.000 euros al año. Es una cantidad importante, todavía buscamos un patrocinador principal, pero es que los desplazamientos son tan largos que una buena partida se va sólo en los viajes y la manutención. La otra parte se gasta en piezas y reparaciones. Jorge es el único piloto español dentro de los 65 cc».
  • Traslado. «Barajamos la posibilidad de trasladarnos a vivir a Cataluña. Es el centro neurálgico del motor en España y el lugar donde están las fábricas. Otra opción sería irnos a Holanda, pero la barrera idiomática es muy importante, y más para un niño. Lo idóneo sería seguir en Lugo, donde tiene que entrenar aislado y sólo», afirma.

VACACIONES

Un verano en la carretera

Jorge Prado y su padre Jesús pasarán parte de sus vacaciones en la carretera. Ambos partirán en julio hacia la cuna del motor en el viejo continente: Holanda. Un mes sobre la auto caravana. «Existen más de 200 circuitos permanentes. Todos lo pilotos profesionales viven en Holanda o Bélgica», explica el progenitor del campeón de España. Sobre estas líneas, diferentes y espectaculares instantáneas de la exhibición que ofreció Jorge Prado en Lugo hace escasas semanas. El circuito improvisado fue instalado en el polígono industrial de O Ceao. En la última imagen de la izquierda, aparece en primer plano Jorge Prado, seguido de Joan Cross, piloto catalán especialista en la preparación para la competición de la montura KTM del piloto lucense, y su padre, Jesús Prado.

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