¿El último baile?

El breoganismo sueña con que el ascenso de hace tres años deje de ser el más reciente
Quintela corta la red. XESÚS PONTE
photo_camera Quintela corta la red. XESÚS PONTE

LA EDAD DE UN lucense se puede calcular en función de la cantidad de ascensos a la ACB del Breogán que haya vivido. Son picas colocadas en el calendario que provocan una sonrisa y agolpan recuerdos en aquellos que sienten el celeste como el más lindo de los colores.

Cada uno tiene su favorito, aunque esto de los ascensos es como los hijos, no se puede elegir cuál es el favorito, el más guapo... ¿o sí? Para evitar problemas en estos casos es mejor tirar por la calle del medio, como si se tratase de un contraataque, y quedarse con el último, el más fresco, que en este caso remonta al breoganismo al 13 de abril de 2018, una tarde que puso la guinda a una temporada perfecta.

Lázare desatado. SEBAS SENANDEEl modus operandi de aquel equipo quedó marcado con un asterisco en la historia del club. Dominador de principio a fin de la Liga, consiguió el salto de categoría antes del final de la Liga regular. No es ese el estilo del Breogán, más acostumbrado a sacar el billete cuando el autobús ya está en ralentí a punto de partir hacia el destino deseado, aunque no por ello dejó de ser celebrado aquel ascenso. Habían pasado doce años de sequía, de proyectos rotos detrás de un sueño... una docena de años y miles de historias que el Pazo podría contar, empezando por una en la que llegó a sentirse muy solo.

Parece que fue hace mucho, pero el Breogán pasó por momentos muy duros durante aquella travesía por el desierto que finalizó el 13 de abril de 2018. Momentos en los que llegó a estar en juego el futuro de la entidad, algo que parece imposible atendiendo a las imágenes que se vieron al final del viaje: el Pazo a reventar, la pista invadida por un mar celeste mientras un chaval de Lugo cortaba la red con una bufanda en su cabeza, Salva Arco con un puro, Suso Lázare bailando, Natxo Lezkano sonriendo, jugadores y aficionados bañándose en la Fonte do Rei...

Hoy no podrán repetirse esas imágenes. El Breogán lucha hoy por ganarse el billete para una fi  nal, un cara o cruz que se jugaría en Granada, lejos del Pazo. Así que la alegría, en caso de triunfo, tendrá que ser contenida.

Esta vez el Breogán ha sido más fiel a su tradición. En caso de conseguir el ascenso a la Liga ACB, este llegaría a ultimísima hora, en un partido a vida o muerte, con el autobús en la dársena y el conductor a punto de pisar el embrague para meter la marcha. ¿Hubiese sido mejor en el Pazo, como en 2018? Pues probablemente sí, pero aquel viaje ya es historia. Este es otro y, para que no se acabe ya, para seguir soñando, hay que ganar esta noche. Que así sea.

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