¡Somos ACB! Tras los nervios, llegó el éxtasis en el Pazo

El ascenso a la ACB se selló tras un final agónico y después de un encuentro marcado por los nervios

Lezkano desencadenado. J.VÁZQUEZ
photo_camera Lezkano desencadenado. J.VÁZQUEZ

El Cafés Candelas Breogán consiguió su objetivo al primer intento. El club lucense vuelve, doce temporadas después a la Liga ACB. Y lo hace tras un partido que solo se decidió en los segundos finales, llevando la inquietud a unas gradas repletas de un público entregado y que festejó la victoria con la alegría y emoción propia del que espera algo largamente.

Lo que se volvió a demostrar es que el Breogán garantiza sufrimiento. Cada logro del club lucense cuesta sangre, sudor y lágrimas. Nada nuevo. Y es que, además, prácticamente se repitió el guion del anterior ascenso a la ACB del conjunto lucense, aquel ya lejano mayo del 1999. En aquella ocasión, también tras un partido tenso, el ascenso se decidió en los últimos segundos con dos tiros libres anotados por David Gil. Este viernes la victoria, y por lo tanto el ascenso también se decidió desde la línea de personal. A falta de ocho segundos, Emir Sulejmanovic anotó los dos puntos que aseguraban la victoria y que ya daban rienda suelta a la algarabía en las gradas.

Cada logro del club lucense cuesta sangre, sudor y lágrimas. Nada nuevo

En realidad, y con todos los respetos a un Sammic que demostró su orgullo y competitividad, no era previsible que el Cafés Candelas Breogán tuviera que sufrir tanto como para que el encuentro se decidiera en los segundos finales. Un equipo, el vasco, que solo pudo utilizar a ocho jugadores y que a la largo de la temporada había demostrado dos grandes debilidades, sus deficientes porcentajes y, por lo tanto, sus problemas para anotar, siendo el único equipo de la competición que, hasta el viernes, no alcanzaba los 70 puntos de media.

Pero el Sammic, a pesar del ambiente, no salió con complejos. Más bien lo hizo jugando con la ansiedad del rival. El conjunto vasco se situó en una defensa zonal que no abandonó en ningún momento del partido. Una manera de intentar proteger a sus jugadores de las faltas, de intentar asegurar su propio rebote y también de intentar poner a prueba la confianza de los jugadores breoganistas, sobre todo porque en ocasiones la disposición defensiva favorecía el lanzamiento exterior. Por momentos los breoganistas se estrellaron contra la defensa local, en otros el acierto de Úriz o de Arco y, sobre todo, cuando se recurría al juego interior, llegaba la anotación con cierta fluidez.

Donde estuvo el principal problema del conjunto lucense para no romper el encuentro estuvo en la defensa. Se permitieron demasiados puntos al rival principalmente por los fallos en los ajustes durante el primer período, sin llegar a los tiros exteriores, y en la segunda parte con algunos despistes bajo propio aro. Y la anotación fue lo que agarró al Sammic al partido. En la primera parte el conjunto vasco se fue a los vestuarios con ocho canastas triples de trece intentos, un 61, 5 % que casi doblaba su media de aciertos que en lo que va de temporada se establecía en un 34%.

Prácticamente se repitió el guion del anterior ascenso a la ACB del conjunto lucense, aquel ya lejano mayo del 1999: entonces decidieron dos tiros libres de David Gil

Había prisas en el Cafés Candelas Breogán por sentenciar el encuentro. Y ya se sabe, son malas consejeras. Los siete puntos iniciales de Ricardo Úriz no sirvieron para tranquilizar a sus compañeros y mucho menos para amedrentar a los contrarios. Inesperadamente, el Sammic a golpe de triple llevó la iniciativa durante todo el primer cuarto con una máxima renta de seis puntos, (2026) cuando ya se jugaba el minuto 10 de encuentro.

Los nervios en la grada aún se mantenían más o menos controlados porque se esperaba que en los minutos siguientes el conjunto local incrementara la intensidad defensiva y que el rival volviera a sus porcentajes más o menos normales. Pero esto no fue así. Cuando un equipo, como ayer los de Lolo Encinas, coge confianza y se envalentona ante un ambiente hostil y frente a un rival superior se convierte en un enemigo temible y más cuando enfrente, los teóricamente favoritos, empiezan a ver cómo la situación se puede complicar. Por lo tanto, el segundo cuarto fue casi un calco del primero, aunque la iniciativa era ahora para el Breogán, pero siempre con ventajas cortas. Al descanso todo estaba aún por decidir (46-44).

Tras el descanso se apreció una mejoría en la defensa local y sobre todo en la insistencia de buscar balones interiores —Stainbrook anotó ocho puntos en este cuarto— lo que mejoraba el acierto de los de Lezkano. El 59-50 (minuto 24) parecía el momento adecuado para romper definitivamente el encuentro, una ventaja que llegaría a ser de catorce puntos (77-63) ya cuando se jugaba el último cuarto (minuto 32). Pero el Breogán tampoco fue capaz de cerrar el partido. Un par de malas decisiones en ataque y una falta antideportiva de Christian Díaz rompieron el buen momento. Al Breogán le costaba pero mantenía las diferencias (87-77, minuto 37) hasta que dos canastas triples consecutivas de Bulic y Zubizarreta, volvieron a abrir la caja de los truenos. Del miedo.

La situación llegó a ser angustiosa. Serrano a falta de nueve segundos (91-89), falló el tiro que podría empatar el partido. Sulejmanovic se hizo con el rebote, recibió una falta personal y anotó los dos tiros libres que llevaban al Breogán a la ACB. Por fin.

FICHA TÉCNICA
93. - CAFÉS CANDELAS BREOGÁN: Sandi Cebular (8), Úriz (15), Stainbrook (12), Quintela (2) y Demetrio (8) _quinteto inicial_. Díaz (10), Sulejmanovic (20), Arco (9), Löfberg (9), Fuzaro (0).
89. - SAMMIC: Serrano (19), De Ciman (16), Maiza (6), Bulic (21) y Evans (12) _quinteto inicial_ Zubizarreta (7), Guridi (3) y Galarreta (5). 

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