El golfista lucense Sigot López entona una melodía de seducción en cada nuevo hoyo embocado. Su carrera rezuma redondas y birdies por igual. Un jugador renacentista capaz de destacar en el campo artístico como en el deportivo. Con 17 años presenta una tarjeta con un hándicap de 0,9 y mira de reojo al profesionalismo.
Las líneas del pentagrama guían la trayectoria deportiva del golfista lucense Sigot López. El gen musical familiar acompaña la banda sonora acompasada de golpes que despliega bajo la tiranía de los dieciocho hoyos. Un hándicap de 0,9 marca la frontera entre el jugador y el fuera de serie. Con 17 años y la inestimable tutela del Centro Nacional de Golf, la última promesa española ha obtenido la victoria en algunos de los más prestigiosos torneos amateurs europeos.
Los continuos viajes de sus progenitores, director de orquesta y pianista, respectivamente, no restan un ápice de su competitividad. Compagina el hierro cinco y la carrera de piano con la misma facilidad con que emboca un birdie. «Hasta ahora no he dejado de lado la música. Mis padres son músicos, por lo que llevo desde niño metido en ese mundo, empecé con el piano y sigo con él. Cuando comencé con el golf, me di cuenta de que el piano me ayudaba mucho para concentrarme y tener tranquilidad en el campo, total que sigo con las dos cosas, aunque le dedico más horas al golf», se sincera el sarriano.
