El Estudiantes no acabó bien el año. No recordarán con cariño los lucenses el final del 2014, que deja un saldo negativo de tres partidos perdidos de forma consecutiva en la EBA -dos seguidos en Lugo- para situarse en la novena posición, con tres victorias y seis derrotas, solo un triunfo más que los dos últimos.
Fue precisamente el colista hasta el día de ayer el que salió con una sonrisa del Pazo. El Rosalía de Castro, que acudía a Lugo como último de la tabla, consiguió imponerse gracias a su buena primera mitad, que saldó con un marcador favorable de 29-38, una diferencia que el Estudiantes ya no supo enjugar en el resto del partido.
Nunca estuvieron cerca de poder ganar los pupilos de Álex Polo a pesar de hacer la goma durante todo el encuentro. La mala defensa de los lucenses, marcada por una falta de intensidad, lastraron los intentos de reacción del Estudiantes.
Cuando conseguían acercarse a cuatro o cinco puntos, la mala gestión defensiva empujaba de nuevo a los de Lugo a remar contracorriente en distancias amplias. Incapaces de poder sacar provecho de su mejor juego interior y sin frenar el tiro exterior de los compostelanos, el Estudiantes perdió con malas sensaciones.
