Sin goles también se gana

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No siempre hace falta marcar goles para lograr la victoria. Al asumir grandes retos, ser perseverante y superar adversidades también se es un ganador. Así es el Corgo. Un equipo que nació el año pasado gracias al esfuerzo de Raúl Morán, que se estrenó como entrenador esta temporada y el delegado Manuel Rodríguez, quienes asumieron la difícil tarea de juntar a varios niños para formar la plantilla.

«Al principio nos costó muchísimo porque solo teníamos dos que habían jugado fútbol», comenta el técnico. Aun así, formaron un conjunto rojiblanco de infantiles, que quedó compuesto por un 40 por ciento de alevines.

Así, el Corgo juega todos los partidos con cinco alevines y aunque «son muy buenos, les hace falta reforzar cosas básicas como la técnica, colocación o saque de banda», explica Morán. Además de ello, muchos de los entrenamientos se vieron perjudicados por el mal tiempo y esto fue otro de los problemas a los que se enfrentó el técnico.

«El campo estaba en mal estado, tuvimos que ir al pabellón y allí no se entrena igual». La plantilla solo entrena dos veces por semana, durante dos horas porque los niños viven en diferentes lugares de la provincia como en Guntín, Láncara, Baralla o Lugo y a raíz de esto, se enfrentó a otro problema, «la falta de concentración». El míster tuvo que cambiar de técnica. «Me fui adaptando a ellos a base de juego. La manera tradicional no iba. Hacer una fila podía durar diez minutos», comenta indignado.

Sin embargo, tras superar las dificultades, el Corgo salió a flote. «Este año estuvo bastante bien, hay jugadores con mucho talento», confiesa técnico. Uno de ellos es Jorge Bustos, un alevín de primer año, que juega tanto de central como de medio centro. Pese a su corta edad es uno de los líderes. «Lo que más me gusta es cómo ha crecido en torno a las dificultades».. Su hermano Ángel Bustos, máximo goleador, también juega en el conjunto y su padre es uno de los más colaboradores.

Y es que el Corgo también es un club muy familiar, «los padres hacen de delegado o de entrenador y los infantiles entrenan a los prebenjamines», dice Morán.

Superación

Otro ejemplo de superación es Javi, capitán del equipo y «posiblemente uno de los mejores porteros de la Liga, pese a que nunca antes había jugado al fútbol», señala el míster. Y es que no hay sino que echar un vistazo a la tabla para percatarse de que el número de goles encajados por no se corresponde con su posición.

«Lo que más me costó al principio fue tirarme al suelo, me daba miedo», apunta Javi, que el próximo año no estará en el equipo porque pasa a cadetes, pero que se lleva un gran aprendizaje: «En cada partido darlo todo».

Iago López «es un todoterreno» y otro pilar importante en el equipo. «Juega en todas las posiciones y es muy trabajador», según el técnico. La posición que más le gusta es la de «mediocentro», pero «hay que jugar en donde haga falta por el bien del equipo», expone Iago.

El conjunto rojiblanco es «un equipo muy pelión, que poco a poco aprendió a disfrutar del fútbol», señala su entrenador. Aunque le falta trabajar más con la pelota y mejorar tanto defensiva como técnicamente, «no sufren la derrota» y eso es lo que más le gusta a su entrenador.

«Pese a las derrotas, el nivel de entrenamiento no bajó y igual que el nivel de motivación, sube cada día», explica. Sin embargo, los resultados de tanto esfuerzo no serán inmediatos, pero poco a poco se verán pequeños avances porque hay un equipo que aspira a todo. «Quedar más arriba en la tabla», como apunta Iago López.

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