"Siempre entendí que la portería tiene que ser un almacén de conocimiento"

Ander Cantero habla sobre su profesión, su forma de trabajar en el día a día, cómo esperar su momento y el rendimiento en un curso que espera que vaya a más
 

Ander Cantero. XESÚS PONTE
photo_camera Ander Cantero. XESÚS PONTE

Aprendizaje constante y dominio absoluto del entorno. Esas son las claves de Ander Cantero, un portero que conoce a la perfección su profesión a pesar de tener solo 24 años y de cumplir su segunda temporada en la categoría de plata. El meta navarro trabaja duro cada día y estudia cada una de las posibles variables que se darán en un partido para intentar que el cero esté siempre en el casillero del equipo rival.

¿Por qué portero?
Desde pequeño siempre me gustó el puesto de portero. No empecé jugando ahí. Lo hacía de jugador en el equipo del colegio y un día el portero del equipo estaba lesionado y, como siempre me había gustado mucho y mi padre había sido portero en categorías regionales, me tocó jugar bajo palos. Aquel día habían ido ojeadores de Osasuna a ver al portero titular, que es el mejor amigo de toda la vida. Jugué aquel partido, que perdimos, y al final se acercaron los ojeadores de Osasuna a los ojeadores y le dijeron que el portero vaya a hacer las pruebas para formar parte del equipo de Osasuna de benjamines. Mis entrenadores les dijeron que yo no era el portero que jugaba habitualmente y se quedaron sorprendidos y pidieron que fuéramos los dos y que querían vernos. Fui a las pruebas y me cogieron. Desde ahí entré en Osasuna con siete años como portero y fui creciendo, pasando por todas las categorías y entendiendo todo lo que era la portería.

¿Tu padre fue tu mejor asesor?
El y también mi madre fueron un apoyo. Tanto mi aita como mi ama (padre y madre en euskera) siempre me apoyaron. Les estoy muy agradecido de que en ningún momento me pudieron ninguna pega, ni me exigieron nada. Ellos disfrutaron tanto del camino como yo, porque llegar al mundo profesional desde tan pequeño es muy difícil. Tuve la suerte de crecer en una escuela como la de Tajonar, en la que no te falta de nada. 

Al ser un exportero, entenderá por cada cosa que pasas...
Cada partido lo pasa peor. Cada uno que se siente más preparado y se ve que tienes una preparación de años atrás y le digo: 'como te pones tan nervioso ahora y años atrás, en juveniles veías el partido tan tranquilo'. Ahora la exigencia es máxima, cada partido es a vida o muerte, mucho en juego. Por ese lado hay más responsabilidad y él lo sufre también.

¿Es importante el entorno para crecer como jugador?
Sí. Al final si tu entorno está para sumar y tiene tanta ilusión como tú eso hace que pienses en ellos y que sigas hacia adelante para que todos disfrutemos de esto. Es bueno que sepan de fútbol para poder comentar cosas y siempre tuvimos mucha comunicación en ese sentido, pero siempre desde el total cariño y de que, como ven que disfrutas, quieren que lo hagas lo mejor posible para llegar lejos.

Se dice que el portero tiene que estar un poco loco, pero en tu caso no lo parece...
Creo que ese es un mito que viene un poco del tipo de portero que había antiguamente, que eran casi gatos. Me acuerdo que en Osasuna había arqueros de ese estilo, como Roberto Santamaría, Unanua, López Vallejo, Sanzol... Porteros pequeños, ágiles y que iban a cada balón a muerte. Siempre entendí que la portería tiene que ser como un almacén de conocimiento. Tienes que conocerte a ti mismo, las características que tienes, cuáles son tus cualidades, tus puntos fuertes, tus puntos débiles y también todo el entorno de la portería, desde los compañeros, al rival, el campo en el que juegas... todo suma. Todo es conocimiento e información que tienes que manejar durante el partido para estar lo mas preparado posible para las acciones que te lleguen.

¿Ha cambiado tanto la profesión?
Se está viendo que hoy en día se está pegando un cambio hacia la seriedad, a mantener la cabeza fría porque el portero tiene que estar los noventa minutos analizando las situaciones que has trabajado durante la semana y que sabes que te van a aparecer en el campo por el tipo de rival, los jugadores que tiene... También debes transmitir la seguridad a tu equipo, que ellos miren para atrás y sepan que puedan confiar en esa persona. Mi manera de transmitir esa seguridad es así, con naturalidad, pudiendo parecer frío desde fuera, pero dentro todos saben que siempre estoy para animar, muy encima, intento comunicar mucho, que la gente tenga la mayor información posible de los desmarques que haga el rival, de cuando vas a salir o no...

¿El portero tiene que saber de táctica?
Sí. Hoy en día se ve por la manera de jugar de muchos equipos que el portero está totalmente integrado en el sistema. Para ganar el partido necesitas a los once jugadores que están en el campo y el portero tiene que tener ese conocimiento. Yo pienso mucho en las características de los rivales, tienes que saber de todos los jugadores con los que se enfrenta el equipo y de las situaciones que pueden provocar en ataque, porque luego pasa en los partidos. Analizas los equipos y sabes quién te va a hacer gol. Tienes que prever cómo es cada jugador, cómo le llegan los balones y el portero tiene que estar informado de las características del rival y de su propio equipo.

¿Tiene que ser un poco psicólogo también en una línea decisiva como la parte de atrás?
La defensa es la línea más exigida en duelos individuales contra otros rivales. El acierto o el error pesa más atrás. Por eso el portero tiene que controlar un poco las emociones que puedan estar teniendo cada jugador en cada momento. Todos tienen que estar lo más tranquilos y concentrados posibles, y ahí el portero es importante para que trabaje en eso. Tienes que llevar un poco el control del partido y para eso tienes que prever las vigilancias, que no te pillen en contragolpes fáciles y cuando estás agobiado intentar animar a toda la gente. Los jugadores somos personas y estamos en una exigencia tan alta que en un momento dado te puedes ver un poco bloqueado y tener una mano y una voz que te anime a todos nos hace bien.

¿La grada penaliza más el error del portero que el del delantero aunque los dos son decisivos?
Puede ser. El portero no tiene red de seguridad. El error que comete siempre va a estar más señalizado. Si fallas al final lo pagas con un gol en contra. Eso a todos les duele y a todos les hace ver que el error es determinante. Pero eso es algo con lo que convives. No hay un portero que no haya tenido un fallo, luego está la capacidad que tú tengas para sobreponerte a ese fallo. Esa es la virtud de un buen portero. La regularidad de no cometer grandes errores es la clave para consagrarse en las categorías y tirar para arriba.

¿Tienes que trabajar tu propia fuerza mental en esta profesión?
Por eso se cae el mito del portero loco. Pero primero tienes que tener todo muy claro en tu cabeza para saber en qué momento estás, qué es lo que necesita tu equipo o tú mismo. Tenemos que ayudar al resto, pero primero tienes que guardar mi posición y al final tienes muchos momentos de estar contigo mismo pero siempre analizando lo que ves en el campo. Cuando acabe el partido tienes que ser objetivo contigo mismo, en ver cómo estás, como te estás viendo, en qué momento de la temporada estás y eso te ayuda a trabajar mucho en el día a día, el estar tranquilo contigo mismo, que no te dejas nada entrenando, que cuanto más entrenas más probabilidades tienes de que el partido salga bien. Por eso estoy estudiando el grado de psicología, porque es una carrera que en el presente me puede ayudar de alguna manera y en el futuro también puedo relacionarla con el fútbol.

¿Un buen juego de pies hace aún más imprescindible al guardameta?
Es una evolución hacia bien porque nos ha hecho ser más completos. Nos hizo dominar muchas más facetas que otros porteros antiguos que no dominan tanto. Yo nací con esa exigencia y es algo a lo que estás habituado, por eso no noté mucho cambio. El portero tiene que hacer los mínimos errores posibles, ayudar a su equipo y en eso se basa también el juego con los pies. Muchas veces claro que todos queremos salir desde atrás, arriesgar y que de una salida de balón hagamos un gol. El fútbol del Barcelona sorprendió a mucha gente y se tardó mucho en contrarrestar, pero ahora todos los equipos son capaces de aguantar una presión a todo el campo, por lo que o juegas muy rápido el balón y tienes muchos espacios o siempre vas a tener tiempo a replegar. Creo que a veces es mejor no cometer fallos que el intentar acertar, porque tiene que ser algo casi perfecto para crear peligro de verdad hoy en día. El trabajo está basado en que dominemos todas las situaciones, cuando jugamos en corto, cuando nos cedan, cuando hay que abrir a banda, saltar líneas, pero sobre todo desde la seguridad.

¿Un portero debe ser proactivo o reactivo?
Creo que el portero debe ser totalmente proactivo, que tenga el conocimiento de todo, que se adapte a cada situación del partido y actúe en base a ello. Entiendo la portería en tener la mayor información posible para luego saber las situaciones con las que te vas a encontrar y actuar en función de ellas. Esa es la mejor manera de vivir en portería. Sino, en situaciones de alto nivel como estas, siempre vas a ir tarde. Como intentes reaccionar a lo que te está viniendo vas a ir siempre una décima tarde y una décima tarde en una jugada igual no pasa nada, pero en la siguiente ya van a ser dos décimas y te va a penalizar mucho más.

¿Trabajas para anticiparte más?
Lo que hacemos aquí en el Lugo, como en la escuela del Villarreal también, es en ser proactivo, en conocer las virtudes del rival, en saber dónde te vana atacar y estar preparado para evitar todo eso. El portero primero tiene que ser un evitador, que intente que no tenga que actuar él, sino que con las órdenes o la información que pueda dar, se intente evitar esa situación. A todos nos gusta hacer la parada a la escuadra o una de reflejos pura, pero el portero tiene que ser mucho más. Cuando más feliz soy es cuando el balón está lejos de mi área. Si yo a mi defensa, con una orden o un gesto le puedo indicar a dónde va a ir el desmarque para que pueda anticipar el pase y taparlo es más importante que el parar un uno contra uno.

¿Prefieres estar entonces sin intervenir a hacer uno con veinte paradas de éxito?
Al final lo que todos queremos es que el equipo gane y que haga las cosas bien y no sufra. Hay partidos que no te llegan al área, aunque todavía no me ha tocado vivirlos y espero que esta temporada me toque (ríe), pero es verdad que es muy difícil en estas categorías tener un partido tranquilo. Prefiero un partido tranquilo, aunque tienes que estar los noventa minutos concentrado, porque la base de llegar a los profesionales es la competitividad y a nadie nos gusta encajar un gol y para eso tienes que estar los 90 minutos concentrado.

¿El portero tiene que entrenar el físico aunque no corra diez kilómetros por partido?
Es un físico más orientado a tus acciones en el campo. Tienes que tener un buen tren inferior para el momento en que te desplaces, la frenada, los impulsos... Necesitas mucha potencia en las piernas para moverte de lado a lado, luego un tren superior que te haga disputar con los rivales y no caigas al suelo... Hoy en día los tiros son muy fuertes y tienes que estar preparador para sacar los tiros y no sufrir de dolores. El portero debe trabajar físico, pero sobre todo trabajar la prevención, porque estás en una posición en la que estás en constante movimiento. Todas las semanas hacemos algo de físico analítico, en el gimnasio también trabajamos el tren superior porque es necesario.

¿Cómo maneja un portero estar mucho tiempo sin jugar?
Sobre todo trabajando mucho. Con experiencias que tengo de no haber jugado ningún partido de Liga, el año pasado en Majadahonda, cuando jugué bastante menos que lo que tenía pensado, o este año en el que empecé sin jugar, lo que te queda es ganarte tu sensación de bienestar de tu día a día entrenando. Sabes que en la competición es donde se demuestra si vales o no, pero si por no estar jugando te abandonas, no vas a tope, no asimilas los conceptos de la categoría, de cada partido o cada rival vas en desventaja. El fútbol profesional es muy difícil y no puedes perdonar un día. Solo te queda trabajar, estar lo mejor posible, entrenar al máximo y estar perfectamente equilibrado porque con la exigencia que hay no te da.

¿Con Varo llegaste a tener un poco de envidia sana al inicio de Liga?
No es envidia, es pensar que da igual a quién le toque jugar. Creo que la persona tiene que ser la misma. En el fútbol en un equipo estamos muchísimos días al año conviviendo juntos, entrenando, desayunando juntos, en el mismo vestuario, concentraciones y lo más importante es siempre ser una buena persona, trabajador, respetuoso y eso te da que las demás personas confíen en tí. Eso te da que el otro portero que está en el banquillo respete tu trabajo y eso es lo importante. Si no juegas solo te queda ayudar al compañero. Lo digo porque es así. Es muy difícil sacar las temporadas adelante, ganar cada jornada... Necesitas remar en la misma dirección, porque como no lo hagas es muy difícil sacar adelante las cosas. Por eso siempre trato de animar y ayudar y exigir al otro portero si no estoy jugando para que dé el máximo. Desde el respeto es de donde mejor se trabaja.

¿Te sorprendió jugar después de empezar la Liga en el banco?
El futbolista profesional tiene que pensar y mentalizarse en que el fin de semana va a jugar para estar siempre preparado. No te puedes dejar ir porque vas a entrar y no vas a estar preparado. Aquí siempre me ví bien y el míster, desde la pretemporada creo que fue muy justo y trabajó con los dos, ambos tuvimos los mismos minutos, las mismas oportunidades y sus mensajes siempre fueron de igualdad. Decidió apostar por Varo desde el principio y solo me quedó seguir trabajando. Me veía desde el inicio que seguía igual, que no bajaba los brazos, que el míster nos hablaba de que al final a todo el mundo le daba oportunidades y se está viendo. Sabía que podía llegar, pero no cuándo, por eso lo que tenía que estar era siempre lo mejor posible para cuando tuviera la oportunidad.

¿Cómo es entrenar con Roberto?
Es un lujo. Tenemos a un entrenador de porteros con más de 400 partidos en el fútbol profesional. Hay muy poca gente tan cualificada a nivel de experiencias y de sensaciones como él. Es una persona que estaba jugando hasta hace dos años y eso te da una riqueza enorme para entender el momento en el que se está viviendo el fútbol hoy en día. Conoce mucho a los rivales y eso a nosotros nos da mucha riqueza.

¿Influyó para tu llegada a Lugo?
Fue la primera persona con la que hablé de Lugo y desde el primer momento tal y como veía la portería me enganchó. Tengo un pensamiento muy parecido. Su metodología es muy parecida a la que tenía en Villarreal y la que me hizo ser mucho mejor. Desde el primer momento sabía que iba a seguir progresando. Eso es importante para tomar decisiones y no tuve ninguna duda de venir a Lugo porque sabía que iba a tener a una persona que iba a entenderme y que iba a tener la misma opción de cómo entender la portería y eso es importante para un portero.

¿La tecnología forma parte de la metodología de Roberto o es un entrenador más chapado a la antigua?
La tecnología hoy en día es clave. Necesitas saber de todo. Ahora ya estamos pensando en Albacete y sabemos qué jugadores vienen jugando, qué armas tienen y eso lo tienes que ver en vídeo. Ahora con los penaltis vemos mucho todo, porque hoy en día hay que estar preparado lo máximo posible. No concibo salir al campo y no saber si el delantero es diestro o zurdo, porque al final le va a llegar el balón y si sabes si es diestro cerrado o le pega bien con las dos estarás más preparado para una cosa o la otra. Para mí la tecnología es clave porque te abre mucha información. Aquí en Lugo no nos podemos quejar de nada porque tenemos unos servicios que en muchos equipos de Segunda no hay, un gran campo para entrenar y eso hace que el jugador esté tranquilo y que sepa que lo único que tiene que hacer es cuidarse lo máximo.

¿Cómo es trabajar al lado de Varo?
Con Varo el club acierta totalmente. El club tomó una buena decisión teniendo a dos porteros jóvenes. Es algo que se da muy pocas veces en el fútbol de hoy en día. Todos tenemos miedo al rendimiento y al resultado inmediato, pero teniendo a dos porteros jóvenes es lo que se ve todas las semanas: un nivel muy alto de trabajo. Siempre estamos al máximo, a tope y eso te lo da la juventud. Tendremos otros defectos y en desventaja respecto a otros porteros, pero al final la experiencia y los partidos es lo que te permite evolucionar. Creo que cualquiera de los dos podemos jugar en cualquier momento y eso es bueno para los dos porque nos permite estar al máximo.

¿Cómo te encuentras?
Yo estoy contento porque de momento las cosas me están yendo bien. Uno mismo siempre tiene que ser objetivo y la sensación que tengo es que dentro de la portería estuve cómodo en nuestros partidos. Espero que este sea el camino a seguir y que vengan muchos partidos más.

¿La temporada va cómo esperabas en lo colectivo?
La temporada está siendo un poco como esperaba. Esto es Segunda División y hay máxima exigencia. La plantilla que hay es muy buena, pero ves a los rivales con los que te enfrentas, como la del Rayo la semana pasada, que venía de la Primera División, con jugadores de esa categoría. Yo estoy tranquilo porque desde fuera siempre vi que el Lugo no pasó apuros. Siempre estuvo en Segunda los últimos ocho años por tener gente muy buena, pero sabiendo sufrir. Nunca te gusta empezar con dudas como se empezó la temporada, que la dinámica no era constante, pero estoy tranquilo porque veo trabajar todas las semanas al equipo y cualquier jugador y en cualquier momento puede entrar en el once. Esta es una carrera de fondo y el equipo tiene que llegar bien a los meses de abril o mayo. Ahí es donde los equipos deben dar la cara. Creo que este equipo en ese momento no va a tener problemas. Solo nos queda trabajar al máximo, intentar conseguir los máximos puntos posibles para conseguir lo antes posible el objetivo, pero sin agobios que se están haciendo mal las cosas, porque no es el caso. El equipo está compitiendo cada fin de semana contra rivales muy buenos.

¿Rendís mejor contra equipos más duros?
Con rivales que son de nuestro perfil se dio la casualidad de que nos costó un poco más, pero bueno, también puede ser porque ellos en este momento están más fuertes que nosotros. Mi sensación es que todos confiamos en todos y todos somos importantes. Eso es lo que nos hará conseguir el objetivo.

¿Cuál es la clave para tu buen momento?
A nivel individual está siendo un buen momento. Esto ahora lo que tiene el fútbol es que nadie se acuerda lo que has hecho la semana pasada. Es el rendimiento inmediato, el hacerlo lo mejor posible en cada partido. Para eso lo que queda es entrenar mucho y a tope, porque, como decía Cañizares, cuanto más entreno más suerte tengo. No entiendo un buen partido sin una buena semana de entrenamiento, no entiendo varios partidos buenos sin una buena preparación, sin la tranquilidad de que llego al partido con los deberes hechos, habiendo trabajado a tope durante la semana, habiéndome cuidado muy bien, conociendo al rival. La línea es esa.  Esto es fútbol y todo puede pasar. En Miranda, por ejemplo, se ve una acción en la que hice una parada y el rechace le cayó a mi compañero. En Soria, el otro día, hice la misma parada y el rechace le cayó al rival y fue gol. ¿Dónde está la clave para que siempre fuera acierto? Es muy difícil saberlo, porque durante el año te encuentras con tantas acciones que no puedes mirarlas todas. Lo único que te queda es entrenarlas todas para intentar tener la mayor probabilidad de acertar.

¿Qué tal en el vestuario?
Sabía desde que llegué aquí, donde siempre estuve cómodo. Llegué a un vestuario donde se está cómodo, con gente que lleva varios años aquí y que hace más fácil la integración, desde el primer momento me vi bien.

Más en Deporte Local Lugo
Comentarios