El Cafés Candelas Breogán contará esta campaña con un refuerzo de lujo en el puesto de base, el de Sergio Llorente, que llega a Lugo tras una temporada en Palma Air Europa en la que promedió más de 10 puntos y casi 4 asistencias por partido. Su fiabilidad en el tiro (supera el 50% de acierto) y su inteligencia a la hora de mover al equipo fueron sin duda las claves por las que Lisardo Gómez decidió apostar por él para abordar de nuevo el excitante reto de volver a la ACB. Para Sergio, que viene de una familia de deportistas (es hijo del mítico José Luis Llorente que dirigió a la selección española que logró la plata en los JJ.OO. De Los Ángeles 1984), la presión es algo que le gusta, pero que se pone él a sí mismo.
"Presión es la que me marque yo mismo, no la que me marquen desde fuera" asegura el madrileño. "El Breogán siempre ha sido un referente ahora en la LEB Oro, y cuando ha estado en la ACB era un club al que venían ilustres jugadores como Pete Mickeal, Jimmy Wright, Charlie Bell, etc. O amigos míos, como Alzamora. Dentro de la LEB Oro es el equipo al que todo el mundo quiere ir. Tengo amigos en esta categoría que me han comentado que tengo mucha suerte de venir a Lugo. Para mí es un reto intentar llevar a este equipo a donde se merece", reconoce el base, que no dudó en aceptar la oferta del equipo lucense en cuanto le llegó la ocasión.
"Es una oportunidad que me han dado ellos y la he cogido sin dudarlo. Espero devolver la confianza que me ha dado el club y ojalá pueda aportar todo lo que tengo y más para devolver al Breogán donde se merece", comentó.
Y lo hará desde una posición, la del base, que ejerce una influencia directa en el juego del equipo. Llorente lo tiene muy claro. "Lo que me gusta de los equipos es que tengan ritmo", reconoce. "Dani es un base muy experimentado, que controla mucho el juego. Yo quizá soy un base diferente, veo el balonesto de otra manera, y me gusta que los equipos jueguen bien. Lo paso mal cuando juegan mal porque es mi responsabilidad", dice el madrileño, que agradece las buenas palabras que Lisardo Gómez le dedicó en la entrevista que este medio publicó coinciciendo con el inicio de los entrenamientos.
"Es lo que necesito, sentirme valorado dentro del equipo. Fuera me da más igual, es un ambiente en el que no me quiero mover. Mientras sea una pieza importante para el Breogán, yo estoy contento", señala el base madrileño, que, por supuesto, no olvida el calor de la grada cuando la visitó este último año.
"Conozco esta cancha. El año pasado me acuerdo que perdimos en la prórroga, fue un partidazo. El Palma ganamos, hicimos un 1-1 en el global. Este año espero que esa presión que sentía como visitante juegue a nuestro favor. Es una cancha en la que el parquet se nota que es bueno y encima la afición es muy caliente y eso se agradece muchísimo". El embrujo del Pazo conquista a todos los que llegan. Por algo será.
