Sara Álvarez: ''Un despiste te puede costar una medalla en un mundial''

Sara Álvarez durante el homenaje con que la obsequiaron sus compañeros de clase y profesores (Foto: Xesús Ponte)
photo_camera Sara Álvarez durante el homenaje con que la obsequiaron sus compañeros de clase y profesores (Foto: Xesús Ponte)

Un suspenso en gimnasia llama la atención en el expediente escolar de cualquier adolescente, pero si se trata de la campeona europea de judo en la categoría sub 20 la situación adquiere tintes cómicos. «Me suspendieron por faltar a clase», se justifica Sara Álvarez. Es el peaje que ha tenido que pagar la judoka lucense por un año plagado de éxitos y viajes. Con sólo 18 años Álvarez se proclamaba el pasado mes de septiembre campeona continental. Además del título europeo, la lucense logró el pase para el Mundial sub 20, en el que cayó en el primer combate.

¿Cree que pagó la novatada en Tailandia, al tratarse de su primer Mundial sub 20 de judo?
Creo que sí, estaba más nerviosa de lo normal. Conocía a mi rival —la luchadora británica Ashley Fleming—, ya que la había vencido en el Europeo. Pero en Tailandia, y pese a ir ganando yo, logró superarme a pocos segundos del final. Fue una sorpresa, no me lo
esperaba.

Venía de proclamarse campeona de Europa sub 20. ¿Cómo encajó caer en la primera ronda del Mundial?
Al principio, mal. Fastidia caer ante una luchadora a la que ganaste el mes anterior. Pero
luego hablé con mi entrenador y me dijo que no tuviera prisas en conseguir las cosas. Me ayudó bastante.

Más allá del resultado, ¿qué tal fue la experiencia?
Ha sido increíble, una experiencia diferente a todo lo que había hecho. Durante todo el año mi preparación se dirigió a lograr la clasificación para Tailandia. Era uno de mis principales objetivos. Incluso participé en el Europeo sub 20 para lograr el billete para Tailandia. Quedar campeona de Europa fue toda una sorpresa.

¿Qué ha aprendido de su primer Mundial?
Que no se pueden cometer errores. Fui ganando durante todo el combate y caí en la recta final. En un Mundial no puedes tener ni un despiste, ya que te puede costar la medalla.

Se alzó con el campeonato europeo en su segunda participación.  ¿Hay motivos para pensar que cuando regrese a un Mundial su concurso será igual de brillante?
En el próximo Mundial, como mínimo, tendré que quedar entre las cinco primeras (risas). La verdad es que ganar el Europeo fue una sorpresa. Fui con la intención de quedar lo más arriba posible y acabé ganando. Todo fue muy rápido.

Y tan rápido. Despachó a su rival en la final en 30 segundos.
Fue lo que tardé en tirarla al suelo.

Se ha propuesto poner de moda el Judo en Lugo.
Lo tengo bastante difícil, con el fútbol es muy difícil competir. Yo doy clases de judo en algunos colegios y la verdad es que me cuesta bastante que los chavales se apunten.

¿Cree que la gente tiene una idea preconcebida del judo?
Muchas personas piensan que es un deporte peligroso y se equivocan. Yo he aprendido muchísimo con el judo, es un deporte que se basa en la educación y el compañerismo. Por otro lado, y al contrario de lo que pueda parecer, el judo es una disciplina más mental
que física.

Se entrena durante cuatro horas al día. ¿Cómo hace para compaginarlo con los estudios?
Es complicado, ya que debido a las competiciones falto mucho a clase. Por ese motivo hasta me suspendieron en gimnasia.

¿A una campeona de Europa en judo?
Sí, pero básicamente fue por faltar a clase debido a las competiciones.

¿Y sus compañeros de clase están al tanto de sus éxitos deportivos?
Mis compañeros alucinan (risas). A veces dicen por ahí que tienen una campeona en clase. Pero a mí no me gusta ir contando esas cosas. Me gusta más pasar desapercibida. Pero ahora lo tengo más difícil, ya que al regresar del campeonato de Europa me hicieron un
homenaje en el instituto y ahora todo el mundo me conoce.

Con tanto entrenamiento y viaje su vida no se parecerá mucho a la de sus compañeros de clase. ¿Son muchas las renuncias que conlleva el judo?
Sí, mis amigos salen bastante y yo apenas lo hago. Me lo prohibo a mí misma. Soy consciente de que si salgo un día puedo fastidiar los entrenamientos de una semana. Suelo dejar las salidas para cuando no hay competiciones a la vista o estoy de descanso.

¿No teme ‘quemarse’, como les ha sucedido a algunos deportistas jóvenes?
Yo me entreno porque me gusta. Estuve dos años en el Centro de Tecnificación de Pontevedra y lo dejé a mitad de curso porque entrenar se convirtió en una obligación, dejó de gustarme. Tras esa experiencia volví poco a poco y sin presiones y ahora siempre estoy
deseando que llegue la hora del entrenamiento. No sabría vivir sin el judo.

Desde pequeña su máximo objetivo son unos Juegos Olímpicos.
Mi padre siempre me recuerda que ya con cuatro años decía que quería ir. Mucha gente habla de 2012, pero no tengo prisa. Si no llego a Londres, iré a los próximos.

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