Santi Abad vivió un oasis de calma en el Breogán

El exinternacional recuerda su infierno en su época de deportista y también su paso por el club de Lugo, algo de lo que no se arrepiente
Santi Abad. EP
photo_camera Santi Abad. EP

Un infierno en el cielo. Se sabe poco de la depresión. En general. Mucho menos cuando uno es un deportista de élite, donde se supone que uno vive en una nube, en oropeles y en momentos de auténtica euforia.

No siempre es así. Muchas veces no es así. Son pocos, sin embargo, los que reconocen una época oscura, un infierno en la mente. Uno de los que se ha enfrentado cara a cara con su pasado es Santi Abad, jugador de numerosos equipos de baloncesto, entre ellos el Breogán, donde fue miembro desde un puesto privilegiado -era la estrella del club celeste- del que hasta ahora ha sido el penúltimo ascenso del club lucense a la Liga ACB, el del año 1999, aquel tiempo de viejas batallas con el Melilla o con el Gijón que lideraba entonces un jovencísimo Luis Scola, hoy a sus 39 años subcampeón del mundo con Argentina.

No es el caso de Abad, que estos días ha vuelto a comentar su época como deportista de élite, un tiempo del que no recuerda momentos felices precisamente. Tanto que cruza de calle en cuanto escucha la palabra "baloncesto". "No disfruto viendo el baloncesto", admite. "Aún me gusta jugar pero no me interesa ver el que se juega hoy en día", añade Santi Abad en un reportaje publicado por el diario El Mundo. Con poco menos que con indiferencia vio el exjugador de equipos como Breogán, Baskonia, Real Madrid o Barcelona, entre otros, la reciente final del Mundial de baloncesto, conquistado por España.

En una entrevista este lunes con el periodista José Ramón de la Morena en el programa El transistor, en Onda Cero, también habló de su infierno personal con una claridad que asusta. "Pensé en dejar el baloncesto casi cada año, cada vez era más complicado", afirma sin dudar Santi Abad en la citada entrevista.

Abad recita su paso por el mundo del baloncesto, del que fue, allá por principios de los años noventa del pasado siglo, una de las mayores promesas del baloncesto español. Aunque habla de la "tristeza habitual" que vivió como deportista reconoce que su paso por el Breogán, la citada temporada 98-99, fue una época de calma.

"He jugado en Segunda División, en Primera, luego en la selección nacional. Voy a Madrid (al Real, con Zeljko Obradovic como técnico), a Cáceres y acabo en el Breogán, un equipo de Primera B (ya era la LEB) que tenía muy buenas intenciones conmigo. Me convenció el presidente del equipo, donde había proyecto de ascenso. De eso (del ascenso y del año en Lugo) no me arrepiento", declara Abad, un hombre sobre todo valiente.

Más en Deporte Local Lugo
Comentarios