El espejo en el que mirarse y que pudo haber lucido en el Ángel Carro. El revulsivo del Rácing de Santander, el técnico José Alberto López, fue descartado por el Lugo para optar en su momento por Hernán Pérez primero y Fran Justo después. Ni el asturiano ni el de Ourense están ya en el club, mientras el actual preparador del conjunto cántabro –próximo rival en casa de los lucenses este domingo (18.30 horas)– ha revolucionado a los santanderinos, a los que ha alejado del descenso en el que se encontraban cuando llegó a El Sardinero.
La derrota 1-2 ante el Mirandés el pasado 11 de diciembre se llevó por delante al técnico Guillermo Fernández Romo. El elegido por los cántabros fue José Alberto López, un preparador que había estado en las quinielas para dirigir a un Lugo que había apostado dos semanas antes por Fran Justo.
El aterrizaje de López fue clave en la trayectoria del Rácing de Santander, que en aquella jornada 20 estaba en puestos de descenso con 18 puntos, los mismos que el Lugo por aquel entonces.
Once jornadas después, el conjunto rojiblanco despidió a Justo, contrató a Joan Carrillo, al que cesó cinco partidos más tarde, firmó a Íñigo Vélez –que, como José Alberto, también fue candidato al banquillo rojiblanco en verano y tras el despido de Hernán Pérez–, se encuentra inmerso de una racha de diez partidos sin ganar y es colista de la categoría, a doce puntos de la permanencia y a trece del propio Rácing de Santander.
El conjunto cántabro despegó con el asturiano en el banquillo. En los once partidos disputados logró cinco triunfos y cuatro empates para 19 puntos de 33 posibles. La media de puntos por partido con José Alberto es casi el doble que con Fernández Romo: 1,7 con López y 0,9 con Romo.
También ha mejorado en cuanto a goles a favor, la gran clave en el impulso tomado por el cuadro de El Sardinero. En los primeros 20 encuentros el Rácing había perforado la meta contraria en 10 ocasiones, con una media de 0,5 tantos por partido, pero con José Alberto hicieron 15 tantos en 11, con una media de 1,3. Se mantienen los tantos encajados, con una media similar de 0,85 y 0,8 respectivamente.
Mientras el Rácing logró un revulsivo que le permite llegar al Ángel Carro con un colchón de 13 puntos sobre el Lugo y de 7 sobre el descenso, que marca la Ponferradina con 30 unidades, el Lugo se ha ido hundiendo poco a poco en la tabla.
El rol que ha tenido José Alberto espera lograrlo también Íñigo Vélez para que el Lugo pueda optar al milagro de la salvación o, en caso de no conseguirlo, realizar un gran tramo final de temporada y se observe a un grupo competitivo.
Tras el meritorio empate sin goles en Mendizorrotza ante el poderoso Alavés, Vélez buscará cortar la mala racha del Lugo y sumar los tres puntos ante el Rácing, un equipo que se quedaría a diez de los rojiblancos y con el golaverage perdido.
Para ello tendrá que mejorar el caudal ofensivo, como pudo impulsar el conjunto cántabro con José Alberto, el espejo al que se mira un Lugo que quiere abandonar el fondo del pozo.
