Recuperar el ritmo, la principal preocupación del Río Breogán

El equipo lucense jugará el domingo en Bilbao, tres semanas después del último partido. Paco Olmos contará con todo su plantel mañana
Paco Olmos dirige un entrenamiento en el Pazo. XESÚS PONTE
photo_camera Paco Olmos dirige un entrenamiento en el Pazo. XESÚS PONTE

El parón competitivo y sus consecuencias en lo que hace referencia al ritmo de competición y la capacidad del equipo para mantener las buenas sensaciones exhibidas durante las primeras nueve jornadas son las principales preocupaciones de los técnicos del Río Breogán ante el encuentro que disputarán el próximo domingo, 20.00 horas en el Bilbao Arena, ante el Surne Bilbao Basket.

Cuando empiece el encuentro en la localidad vasca habrán transcurrido 21 días del último encuentro disputado por el conjunto lucense, aunque teniendo en cuenta las circunstancias en las que se jugó ese partido en Manresa, con el equipo lucense sufriendo ya las consecuencias de un par de positivos por covid, se podría concluir que el Río Breogán no juega un partido en condiciones normales desde aquel jugado el 6 de noviembre en el Pazo ante el Gran Canaria (76-66).

La plantilla breoganista se incorporó al trabajo de forma escalonada desde el pasado miércoles y fue el sábado cuando el técnico, Paco Olmos, ya pudo contar con todos los jugadores —ese día ya se entrenó Marko Lukovic— a excepción de Dzanan  Musa, convocado con su selección. Al jugador bosnio, que ayer jugó en Bulgaria, se le espera en la noche de hoy y por lo tanto podría, si el entrenador así lo considera, volver a trabajar con sus compañeros mañana, cuando está previsto la realización de un entrenamiento conjunto con el Leyma Coruña.

La semana de trabajo se verá algo alterada, ya que el equipo breoganista no podrá entrenarse el jueves ni el viernes en el Pazo por la disputa de la Champions femenina de fútbol sala. Los jugadores de Paco Olmos se ejercitarán esos días en el anexo del Pazo y el sábado lo harán, por la tarde, en la cancha del Bilbao Arena.

De todas formas, si el Breogán busca recuperar cuanto antes su mejor versión, el Bilbao Basket también se encuentra en un proceso de conjunción de su plantilla después de los cambios realizados en las últimas fechas.

UN BILBAO DIFERENTE. Ante el conjunto lucense no estarán tres de los jugadores habituales del conjunto vasco. El lituano Regimantas Miniotas abandonó el equipo para incorporarse al Zalgiris mientras que el base Rafa Luz y el estadounidense Andrew Goudelock causan baja por sendas lesiones. Especialmente significativa es la ausencia del escolta, ya que hasta el momento de su lesión, que se produjo en el partido ante el Obradoiro, era no solo el máximo anotador de su equipo (13,4 puntos de media) sino también el jugador más utilizado por Mumbrú y el mejor triplista del equipo vasco. En el momento de su lesión, Goudelock había convertido 24 canastas de tres puntos (2,4 por encuentro) de 63 lanzamientos.

Unas bajas tan significativas necesitaban de una respuesta rápida. Y no se hicieron esperar. Ante el Valencia Basket ya debutó el francés Damien Inglis, una ala-pívot de 26 años de edad y 2,06 metros de estatura que procede del Mónaco, equipo con el que el año pasado consiguió el título de la Eurocup. En su debut, y sin apenas entrenarse con sus nuevos compañeros, Inglis jugó 22 minutos para anotar 8 puntos y capturar 3 rebotes.

La otra incorporación, y que hará su debut ante el Río Breogán, es la del escolta estadounidense Khyri Thomas, que tendrá la difícil misión de compensar la ausencia del que era el máximo anotador del equipo. A priori, Thomas presenta todas las garantías para conseguirlo. Es un jugador NBA. En la temporada pasada, y después de su periplo poco llamativo con los Detroit Pistons, tuvo su mejor momento con los Houston Rockets a los que llegó en el mes de mayo. En los cinco partidos que disputó se fue a una media de 16,4 puntos y 5 asistencias, lo que le valió la renovación de su contrato. Sin embargo, a inicios de esta temporada fue cortado por el conjunto texano.


 

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