El derbi gallego de la ACB trajo consigo un nuevo desplazamiento masivo de la marea celeste. Los más de trescientos aficionados del Río Breogán que se dieron cita en el Fontes do Sar calentaron sus gargantas nada más entrar en el pabellón compostelano. Treinta minutos antes del partido los cánticos de ánimo a la plantilla que dirige Veljko Mrsic, desde la grada norte, silenciaban las seis mil gargantas rivales.
Uno de los momentos más emocionantes para ambas aficiones se vivió al entonar el himno gallego, coreado al unísono.
El fulgurante comienzo del Río Breogán dejaba las esperanzas de los lucenses desplazados en todo lo alto. Los ánimos se calmaron con la efectividad de los santiagueses desde la línea de 6,75 metros, que le dieron la vuelta al marcador. El equipo celeste acabó el primer cuarto muy espeso, sin Happ ni Bamforth en pista.
El tiempo muerto solicitado por Veljko Mrsic propició el primer silencio entre los breoganistas que asistían atónitos al espectáculo que los locales daban desde el perímetro con una inusitada solvencia. Las voces se iban apagando con 8 puntos abajo al descanso. Siempre es complicado animar fuera de casa. Con la reacción en el tercer cuarto llegó el despertar en la grada. Vuelve la alegría con el empate del Río Breogán y un tercer cuarto espectacular. La defensa le dio alas al equipo y a la afición. Al final del partido, el delirio inunda el fondo norte con una sensación que se convierte en realidad: Fontes do Sar ha caído.
