El primer paso del aprendiz incansable

Dani Escriche anotó su primer gol en Segunda División ante el Lorca, tras dos años de trabajo en la sombra, de atender a los consejos de los veteranos y de entrenar con la humildad y la dedicación de un joven con los pies en la tierra

Dani Escriche toca un balón de cabeza ante el jugador del Lorca Fran Cruz. EP
photo_camera Dani Escriche toca un balón de cabeza ante el jugador del Lorca Fran Cruz. EP

Humildad, trabajo, dedicación, paciencia, inconformismo. Cualidades difíciles de encontrar en un mundo donde el Instagram o el último modelo de coche pesa tanto como un gol en una final. Pero esas cualidades no son extrañas en el vestuario del Lugo. Allí, sentado entre los profesionales, como uno más y tratado como tal, está un chico que prefiere abrir los ojos, la mente y las orejas y absorber lo que tiene alrededor en vez de mirarse al espejo. Ese chico llegó de Castellón para ofrecer goles a la grada del Ángel Carro. Ese chico, nacido en Burriana hace 20 años con el nombre de Dani Escriche, empezó por el Lorca y luchará para que sea el primero de muchos al lado del Miño.

Da igual que el jugador castellonense tenga ficha con el filial. Da igual que apenas esté empezando en una de las mejores Ligas de Europa. Da igual que haya cumplido un sueño de marcar un gol en Segunda División. Para él todavía queda mucho que sudar.

"Yo todavía no he hecho nada. No me puedo creer nada en el fútbol porque no hice nada aún. Tengo que seguir trabajando al máximo para poder estar lo más arriba posible", destaca Escriche.

El futbolista castellonense no es un simple chico del filial al que aleccionar. Es un jugador más. El cariño y el respeto de la plantilla se nota en cada gesto, en cada broma y en cada ánimo que le dan sus compañeros y técnicos. "Aquí siempre coincidí con un gran grupo, tanto el año pasado como este. Son todos muy humildes y doy gracias a que estaban ellos, porque te dan confianza y se ve reflejado en los partidos", valora.

"La gente más veterana nos tiene como uno más y eso es muy de agradecer. Que gente como Pita o Seoane te trate como uno más es muy bueno. Te hacen ver que eres un igual y eso se agradece mucho. Te exigen como al que más".

Escriche nunca cierra su mente ante lo que los veteranos le enseñan. "Se aprende más en un mes trabajando con un equipo de Segunda División que casi un año en un equipo juvenil. Cada entrenamiento de este equipo es una máster class de todo, de exigencia, de físico, mental... de todo". "No te echan bronca, pero sí te corrigen y tienes que aprender de eso, porque al final ellos son los que más partidos en la élite tienen".

Otra de las cualidades de Dani Escriche es la persistencia, la creencia y la confianza en que el trabajo dará una recompensa merecida. Su entrenador, Francisco Rodríguez, lo sabe e incide en que el de Castellón jamás pierda la fe en si mismo. "El míster siempre me decía que llegarían los goles, que estuviera tranquilo y al final llegó", asegura Escriche.

El tanto anotado ante el Lorca fue el premio a dos años de trabajo duro, entrenando con el primer equipo. Sin embargo, en el momento de ver cumplido un sueño, no hizo nada especial. "No piensas en nada. La metes, ves que ha entrado y ni te lo crees. Chillé y ya está, me fui corriendo a la banda porque no sabía qué hacer".

Tras el partido, cientos de mensajes de sus amigos y, sobre todo, el orgullo de una familia entregada y que siempre funciona como red de seguridad. "Mi familia estaba viendo el partido y se volvieron locos. Mi bisabuela lloró y mi abuelo, que no se puede casi mover, se puso a saltar...".

Por encima de todo, el recuerdo a ellos, a su padre, que siempre estuvo detrás como apoyo. Como el día en que debutó en Segunda, con Luis César, en El Alcoraz el 27 de mayo de 2017 en la jornada 40 de la temporada pasada. "Tras el debut llamé a mi padre el primero. Siempre lo llamo porque es el que siempre está ahí, todos los días. Cuando he pasado momentos duros siempre ha estado ahí. Él y mi familia".

Aquel día Escriche estaba «muy nervioso». "Me acuerdo que estaba Jordi Calavera diciéndome que me tranquilizara, que lo iba a hacer bien. Al final perdimos pero estuve bastante a gusto".

Aquella tarde de mayo de 2017, Dani Escriche inició un camino que recorrer, en el que siempre apretará los dientes y que espera hacerlo con la rojiblanca sobre el pecho, al menos los próximos tres años en la primera plantilla. Un lugar ganado por derecho.

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