El Pazo como solución

El conjunto lucense evidencia una enorme dificultad para ganar a domicilio los duelos ante rivales más o menos directos; una situación radicalmente opuesta a la que vive como local
Erik Quintela lleva el balón ante varios jugadores del HLA Alicante en el Pazo. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Erik Quintela lleva el balón ante varios jugadores del HLA Alicante en el Pazo. VICTORIA RODRÍGUEZ

Otra vez el efecto Pazo. De nuevo el Río Breogán se jugará su futuro en la competición a un solo partido (miércoles a las 20.15 horas), y delante de sus aficionados. Es una ventaja evidente que, por un lado, el equipo lucense se ha ganado después de 26 jornadas previas a las eliminatorias de ascenso, pero que también indica las dificultades, que desde el inicio de la segunda fase de la Liga, está teniendo el conjunto breoganista para ganar fuera de su cancha ante rivales más o menos directos. Los de Epi no pudieron ganar en Granada, ni en Castelló, ni en Alicante, por dos veces, ni tampoco con el Palma en uno de los dos encuentros jugados en la isla. Un bagaje que no parece corresponderse con uno de los grandes favoritos de la competición. Sin embargo, del Pazo solo sacaron la victoria el Coruña, ya en la primera fase, y el Alicante en el segundo tramo y en ambas ocasiones con marcador apretado, (68-72) los herculinos y (82-85) los de Pedro Rivero.

Es indiscutible que el Río Breogán a favor de ambiente potencia sus opciones y que, desde luego, juegan con una marcha más que les permite compensar generalmente los malos momentos que surgen de su irregularidad. Como el sufrido en el tercer cuarto del partido del pasado sábado en Alicante (31-12) y que enterró las posibilidades breoganistas de conseguir sentenciar la eliminatoria. El Breogán depende del Pazo y esto no es una buena señal porque deja al descubierto que el equipo no funciona como se podría esperar. Y desde luego no ayuda, que el rival "tenga más deseo de luchar algún balón dividido" como manifestó Diego Epifanio al final del segundo encuentro de la serie.

Afortunadamente para los intereses del Breogán, el Pazo no falla nunca y tampoco lo hará pasado mañana. Incluso, depende de la resolución de la otra eliminatoria, para la consecución del ascenso podría servir con ganar los partidos de Lugo. Pero, obviamente, el equipo tendrá que poner de su parte y hay aspectos que ante el próximo compromiso son necesarios revisar.

En el encuentro en el que el Alicante igualó la eliminatoria, se normalizó su acierto en los lanzamientos de tres puntos. Los de Pedro Rivero habían anotado 13 y 16 triples en los dos encuentros anteriores que disputó ante el Breogán, con excelentes porcentajes. En el encuentro del miércoles los alicantinos se quedaron en sólo seis canastas triples. Pero se llevaron la victoria. Y es que los de Pedro Rivero, con una plantilla teóricamente inferior, están funcionando mejor como equipo, saben sacar siempre ventajas y adecuarse a las necesidades del momento.

Es un buen ejemplo, el último partido. El Breogán cuidó más las ayudas defensivas, sobre todo en el bloqueo directo con más movilidad de los pívots intentando tapar después del bloqueo. Pero esto, tuvo como consecuencia que los interiores breoganistas estuvieran desplazados de su ubicación habitual y de ahí que el Alicante atacara a pecho descubierto el rebote ofensivo. Hasta ahora, el Breogán se había mostrado superior a su rival en esta faceta. Anteayer bajo el aro breoganista los de Lugo capturaron 15 rebotes por 11 de su rival. Fue una auténtica vía de agua.

El Alicante, además, está consiguiendo que hombres importantes del conjunto lucense hayan minimizado, en algún caso, anulado por completo su aportación al equipo. Es llamativo el caso de Mindaugas Kacinas que fue un jugador clave ante el Alicante en la Copa, elegido como el MVP de aquel partido.

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