La parroquia del Breogán responde y el club cuenta ya con más de 4.300 abonados

La pequeña Sofía Felpeto, que se estrena este año, y Begoña Fernández, socia de toda la vida, exponen sus sentimientos
De derecha a izquierda, Manuel Fernández Ocaña y sus hijos Óscar, Diego y Begoña. EP
photo_camera De derecha a izquierda, Manuel Fernández Ocaña y sus hijos Óscar, Diego y Begoña. EP

"El Breogán es un sentimiento", entona la parroquia breoganista en su templo —el Pazo— siempre que hay partido. Y además varias veces por encuentro. La afición demuestra esta fidelidad a prueba de tempestades no solo con palabras —animando hasta la extenuación—, sino con hechos —sacando el carnet de socio—. A día de hoy, son ya más de 4.300 aficionados celestes los que se han hecho abonados del Río Breogán, tantos como tenía al final de la pasada temporada. 

Además, según comentó recientemente Tito Díaz, director general del club, "300 socios son de nuevo cuño". En consecuencia, esta campaña están los de siempre, los de toda la vida, más lo que han caído en el encanto del equipo este año.

Sonia Felpeto, con su mini Maximus. EP
Sonia Felpeto, con su mini Maximus. EP

Entre estos últimos está Sofía Felpeto, de 5 años, que se sentará con su padre Rubén detrás del banquillo visitante. Sofía dice que "me gusta ir al Breogán porque está Maximus y porque siempre me divierto mucho". Y es que la mascota breoganista es sumamente cariñosa con los pitufos del Pazo. La pequeña añade que "también me gustan los juegos que hay en los tiempos muertos, cuando subimos las bufandas y se encienden los móviles". 

Sofía se refiere sin duda al espectáculo de música y luz que inunda el recinto cuando resuena el Bella ciao, la canción popular italiana que fue adoptada como himno por la resistencia antifascista durante la II Guerra Mundial. La gente alza los brazos con la linterna de los móviles encendidas y los mueve al compás de la canción. Es un espectáculo, una tradición ya en cada encuentro.

Begoña Fernández ya bajaba al Breogán con su padre en los años 80. Comenta que "tendría entonces unos seis o siete años; el equipo competía todavía en el viejo Pabellón Municipal. Con esa edad me dedicaba a jugar por allí". Eran los tiempos de aquel equipo mítico compuesto por Tito Díaz, Manel Sánchez, Suso Fernández, los Jimmys, Garrido... "Fue mi padre el que nos metió el gusanillo en el cuerpo a todos. Siempre le han gustado los deportes, pero sobre todo el baloncesto. Rememoro escuchar en casa los carruseles de básket que emitían en la radio", añade.

Manuel Fernández Ocaña es socio del conjunto celeste desde la misma fundación del Breogán. Sus hijos lo acompañaban desde muy pequeños y tres de ellos son en la actualidad abonados: la propia Begoña y sus hermanos Diego y Óscar. Este último —apostilla— "vive en Madrid y es socio del Río Breogán y del Real Madrid. Siempre que puede viene a Lugo a ver los partidos".

"Me encanta el ambiente que se vive en el Pazo. Toda la semana estoy esperando para bajar al Breogán. Sigo el día a día del equipo en el periódico, en la radio y en las redes sociales. De hecho, me metí en Twitter —ahora X— por este motivo", concluye Begoña, cuya fidelidad es para siempre.

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