Paladas desde Colombia

La colombiana Angie Cardona entrena desde febrero en el Club Fluvial gracias a un convenio conla Liga de Bogotá. «Me encanta todo de Lugo. Me gustaría quedarme», asegura la palista

Angie Cardona, entrenando en el Club Fluvial. SEBAS SENANDE
photo_camera Angie Cardona, entrenando en el Club Fluvial. SEBAS SENANDE

LUGO. Angie Cardona tiene 19 años y entrena en el Club Fluvial de Lugo; el Miño y el piragüismo son parte fundamental de su vida. Hasta ahí todo normal. Salvo que hasta hace apenas unos meses, las aguas de Colombia eran su ecosistema, y competir en Europa, un sueño tan lejano que ni siquiera aparecía por su imaginación.

La vida deportiva de Angie pasó por dos momentos clave. El primero fue casual; una joven escaladora en potencia coincidió en el tiempo y en el espacio con un técnico que la acabó convenciendo. El segundo, vital; un "tal" Andrés Román Mangas aterrizó en Colombia para cambiar el rumbo de todo un deporte en Bogotá.

«Al principio yo era escaladora, me gustaba mucho la escalada. Un día estaba corriendo junto a un lago, y vi que estaban remando. El entrenador me dijo que estaban buscando chicas para remar, aunque lo cierto es que a mí no me gustaba ese deporte. Sin embargo, estuve toda la noche pensándolo y al día siguiente decidí probar. Y así hasta ahora», explica Cardona.

Ese fue el inicio en el piragüismo de la deportista colombiana, un inicio que semeja tremendamente lejano aunque solo hayan pasado cuatro años: «Como cualquier deportista, una siempre se imagina participando en competiciones internacionales, en un Mundial... Sueños, cuya posibilidad de que se convirtieran en realidad eran del 0%. Hasta que Román llegó a Colombia y llegó a la Liga de Bogotá. Yo nunca había planeado ni esperaba lo que vino, poero él empezó a decir que fuera a tal sitio, ir al otro... Empecé a descubrir mucho más sobre el piragüismo y ahora me siento muy feliz», afirmó Cardona.

El actual responsable técnico del Fluvial cambió los métodos de entrenamiento que tenían los deportistas cuando llegó a la Liga de Bogotá: «Él llevaba los entrenamientos como hacen aquí en Europa. Los cambios fueron grandes, en todos los sentidos. Todo es muy diferente, en el agua, en el gimnasio... Para nosotros, era ir a entrenar y ya. Nos llevamos una sorpresa porque después, el entrenamiento era todos los días diferente, preparabas otras cosas. Me encantaba. Ahora soy una adicta a entrenar», narra Angie, que cuando supo que Román regresaba a Europa, no dudó en venir con él.

La deportista, a través de un convenio de colaboración con la Liga de Bogotá, permanecerá en el Fluvial hasta otoño, aunque su deseo es poder continuar en Lugo: «Es una oportunidad que se presentó y ahora me siento muy feliz.Todo lo que hay aquí me encanta. Hasta la lluvia. Le he cogido mucho aprecio y cariño a esta ciudad y me gustaría quedarme aquí. Iremos viendo lo que pasa, pero me gustaría. No se sabe lo que va a pasar, pero si tuviera que quedarme en Lugo, lo haría encantada. Estoy en un lugar que me gusta haciendo lo que me gusta», aseguró.

Comentarios