Un sello claro desde el inicio. La impronta de Luis César Sampedro en el Lugo ya se nota a pesar de llevar solo dos partidos en el banquillo. En Montilivi se comenzaron a ver retazos de lo que el arousano quiere para el conjunto rojiblanco y que pasa por dar protagonismo a los extremos, aumentar la velocidad en las transiciones en campo rival y libertad a los delanteros para tomar decisiones.
Ante el Girona, Appiah y el Puma Rodríguez fueron los líderes de un ataque que se movió pegado a la cal, que empleó el desborde por los lados para generar peligro y aprovechar también el trabajo de Carrillo en la creación de espacios.
"El entrenador nos pide que a nivel defensivo seamos un bloque pero que en cuanto tengamos el balón cambiemos la dinámica y vayamos a full para descolocar al rival y en base a eso hacer el máximo daño posible. Estamos trabajando para ello. También mejoraremos otras cosas para que no solo sea A y B, sino tener más opciones en el partido", declara José Ángel Carrillo.
El crecimiento ofensivo de los jugadores de banda permite también la mejora de los delanteros, al contar con más acciones que acaben en el área. También la segunda línea puede aprovechar el desequilibrio y el desarme de las defensas ajenas por la habilidad de los costados rojiblancos para finalizar, como se vio en el tanto de El Hacen.
"Esa importancia de los extremos nos beneficia a los delanteros. Tener unos bandas como tenemos. Sabes que van a recibir quince acciones y de esas trece van a ser buenas y van a meter balones al área, que van a hacer uno contra uno, que harán acciones en el área, es favorable para los puntas pero también para la llegada de la segunda línea o en un córner para los centrales... Es positivo para el equipo tener jugadores de esas cualidades, porque también obligan al otro equipo a estar mucho más pendiente", indica Carrillo.
También ha crecido el papel de los delanteros. "Luis César nos pide que no seamos individualistas y que miremos por el equipo. Nos pide que hagamos un trabajo a nivel defensivo, a nivel de saltar a la presión, de saber replegarnos, de echar una mano al mediocentro. Luego, si podemos marcar, mejor", observa el murciano.
"Nos da más libertad de poder bajar a recibir los balones. Eso significa que, o bien un mediocentro o un central del rival tiene que salir de posición. También tenemos los dos bandas que, por rapidez, pueden poner un balón al espacio y corran para tener un uno para uno. Si queremos girarnos o abrir a banda, si queremos un uno contra uno lo hagamos... Nos da libertad", añadió.
