Un futuro incierto a la espera de la lluvia y de las crecidas

El bajo caudal marca el inicio de la época de pesca

Los pescadores lamentan el flojo comienzo de la temporada, marcada por la escasez de capturas salvo en contadas excepciones ► El bajo caudal de los cauces perjudicó a los numerosos aficionados que llenaron cotos y tramos libres
Uno de los pecadores, en el primer día de la temporada
photo_camera Uno de los pecadores, en el primer día de la temporada

"O cupo quedou no río". Esta irónica expresión de un cañista en el coto de Ombreiro define el flojo comienzo de la temporada de pesca fluvial. La tónica fue similar en otros cauces. "Una, dos, una, cero", comentó el pontenovés Javier Méndez. No hablaba en código, sino que hacía el balance matinal de las capturas propias y de otros compañeros en el río Eo, a su paso por Ribeira de Piquín, donde se registró mejor pesca a primera hora. Hubo excepciones de la regla, como la de Fernando Díaz, que se retiró para comer con siete truchas en la cesta en Ombreiro. Dos pescadores palentinos eran la envidia de otros compañeros de pesca en el Miño, a su paso por O Corgo, con media docena de piezas cada uno. 

Fueron algo mejores las capturas en algunos ríos de Montaña, aunque el agua bajaba fría. Enrique Fulgencio cogió ocho piezas en el río Lamas, de A Fonsagrada, al igual que su compañero de faenan. No fue, sin embargo, una jornada fácil. "O río estaba fácil de vadear, pero a agua estaba fría e as troitas permanecían quietas no fondo, Tiñas que traelas coa cucharilla pegada ás pedras. Nunha xornada normal cubriríamos o cupo de dez que ten o Lamas". Recorrieron más de once kilómetros de río para lograr su recompensa y se vieron obligados a devolver al río una docena que no daban la talla. "Algunhas parecían sardiñas", manifiesta Enrique Fulgencio. Los pescadores que usaron el cebo de lombriz no tuvieron tanta suerte en esa zona, con una o dos piezas de media, aunque alguno llegó a las seis. 

Enrique Fulgencio, Río Lamas, en A Fonsagrada: "Collín oito troitas como o meu compañeiro, pero soltamos unhas dez porque non daban a talla" 

Javier Méndez, Río Eo, en Ribeira de Piquín: "Pescamos pouco, unha ou dúas por pescador. Máis ou menos como sucedeu noutros lugares"

El caudal de los ríos es bajo, algo que no ayuda a las capturas. Esa era la queja principal de los aficionados. "Non se dan as circunstancias para unha boa xornada de pesca, con independencia de que as capturas baixasen nos últimos anos", subrayó el lucense Fidel Castaño mientras echaba unos lances sin suerte en Ombreiro. 

DECEPCIÓN. Iván López, José Luis Rodríguez, conocido como O Rubio, y Juan Bautista López cerraron la mañana en Ombreiro con una o dos piezas. Otro par de ejemplares capturó Miguel Veiga. Los deportistas tampoco estaban satisfechos con el tamaño de las piezas, aunque José Luis sí logró una de buen tamaño. 

Jesús Rebollo Taboada apuntó que el tramo libre del Miño "está moi pisado" en Ombreiro y O Piago. Pese a ello, no cree que el problema sea el furtivismo, sino la conjunción de factores como la falta de lluvia, la escasez de repoblaciones con alevines "e o incremento da cormoráns, visóns e nutrias". Fue uno de sus peores días en 40 años de pescador. 

Un caso curioso fue el de Guillermo Rodríguez en el río Narla, en Friol. En el momento que capturó una trucha oyó un ruido y vio como una nutria "levaba un exemplar máis grande". 

Fernando Díaz, Coto de Ombreiro: "Pesquei seis troitas pola mañá, unha de bo tamaño, pero estaban bravas, non se deixaban enganar" 

Guillermo Rodríguez, Río Narla, en Friol: "Cando me estaba picando unha troita, oín un ruído e vin unha nutria que levaba un exemplar máis grande"

Lo importante era "quitarse o gusaniño de pescar. Xa tiña gañas de voltar ao río", afirmó Gerardo Gómez Gómez, de Os Troiteiros de Ombreiro, que tampoco tuvo suerte. No fue el caso de Fernando Díaz, que a mediodía sumaba siete capturas, a la espera de completar por la tarde el cupo, que es de ocho en Ombreiro. Pese a ello, Díaz matizó que "as troitas estaban bravas, non se deixaban enganar. Hai que meterse no río, xa que nas ribeiras hai moita herba e resulta difícil traelas". La primera no picó hasta las 9.00, "cando levantou a néboa e comezou a verse o sol". 

Tampoco fue una jornada de suerte en los ríos Cabe y Lor, con poco caudal y aguas frías. "La niebla impidió las capturas en el Cabe hasta bien entrada la mañana", precisó el monfortino Javier Quitana. En el río Ulla, a su paso por Monterroso, sacaron mejor partido quienes apostaron por la cucharilla, pero tampoco fue una buena jornada. Lo mismo sucedió en el cauce del río Neira, uno de los más trucheros, donde la mayor parte de los pescadores se conformaron con pocos ejemplares.

Comentarios