Un lucense en la final de la Champions: "Ni loco volvería a París"

El fonsagradino José Antonio Álvarez, socio del Real Madrid, vivió una auténtica odisea el pasado sábado en las calles de la capital francesa
José Luis Álvarez, en Saint-Denis. EP
photo_camera José Luis Álvarez, en Saint-Denis. EP

La decimocuarta Champions del Real Madrid será recordada por muchas cosas, pero sobre todo por el desastre organizativo que vivieron todos los aficionados que se desplazaron a París para vivir la finalísima europea.

Uno de los lucenses que tuvieron la fortuna de conseguir entrada fue José Antonio Álvarez, nacido en A Fonsagrada, socio del Real Madrid y fundador de la peña madridista Miranda de Ebro. Viajó a la final con la peña Emilio Butragueño y relata haber vivido un auténtico "infierno" en las inmediaciones del estadio y en toda la ciudad.

"Regresé a España tremendamente decepcionado. Ni loco volvería a París", lamenta. "Vi de todo, agresiones, robos, peleas. A una mujer le quitaron una cadena y le hicieron una herida, a otra chica le robaron el bolso y la tiraron al suelo, a un señor le quitaron la entrada de las manos a pocos minutos de acceder al estadio, a un padre y su hijo les robaron los móviles y todo el dinero que llevaban... un espectáculo lamentable", relata.

Él tuvo suerte. "Me avisaron de lo que podía pasar y traté de protegerme todo lo posible, en las calles y en el metro", recuerda. "La organización fue nefasta, lo de la Uefa ha sido vergonzoso. La seguridad en París no existió, la policía pasaba de todo. Si sabes que hay bandas de atracadores, en un día así tienes que tenerlos controlados", explica.

Además de todo lo que presenció, asegura que todos los aficionados del Real Madrid —y del Liverpool— tuvieron que caminar más de una hora desde donde dejaron el autobús hasta el estadio. "La infraestructura era patética, no había aparcamiento cerca, no había ni baños. Los bares del estadio cerraron antes del partido dejando tirada a gente que había pagado por consumiciones".

Una odisea para todos los aficionados que viajaron a París, pero que para los madridistas acabó con un buen sabor de boca.

Precios abusivos en toda la ciudad
José Antonio Álvarez recuerda que consumir una cerveza en París el pasado sábado no bajaba de los "15 ó 18 euros", unos precios que en otras consumiciones no variaban demasiado. "Una botella de agua costaba diez euros, una lata de Coca Cola, doce".

Retraso del partido. Álvarez aprovechó la media hora de retraso para dar una vuelta por el estadio. Ahí pudo presenciar cómo los ingleses saltaban las vallas de acceso y cómo la policía lanzó gases lacrimógenos.

2.800 entradas falsas. Los escáneres del estadio contabilizaron un total de 2.800 entradas falsas, una cifra superior a la que se suele dar habitualmente en este tipo de eventos.

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