Morir en la orilla con honor

El Río Breogán tuvo contra las cuerdas al Barça, al que llegó a superar por 22 puntos de diferencia. Los de Mrsic realizaron un extraordinario primer tiempo, pero llegaron sin fuerzas al tramo final.

Musa consuela a Erik Quintela. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Musa consuela a Erik Quintela. VICTORIA RODRÍGUEZ

La primera del encuentro, tras canasta de Laprovittola, y la última fueron las únicas ventajas de las que dispuso el Barça. Entre el 2-0 inicial y el 72-74 definitivo, el dominio en el marcador fue para el Río Breogán incluso con autoridad, los locales llegaron a dominar a su rival por 22 puntos de diferencia (48-26) a diecinueve segundos para el descanso.

Lo que vale es lo que marca el electrónico al final del encuentro y en este sentido el Río Breogán se quedó sin premio, con la miel en los labios. Pero también es cierto que no todas las derrotas son iguales, incluso las hay en las que el batido puede levantar la cabeza con orgullo, sin que pueda haber un solo reproche. Y el equipo lucense sufrió una de esas. De las que hace salir a sus aficionados, otra vez totalmente volcados con su equipo, contrariados por el resultado final, pero satisfechos del espectáculo vivido. Lo que más puede haber dolido a los seguidores breoganistas es el hecho de que sus jugadores se hayan quedado sin un premio que, por trabajo y esfuerzo, se habían merecido.

Que un equipo como el Breogán con sus conocidas limitaciones, sea capaz de poner contra las cuerdas al actual líder de la competición ya tiene mérito, pero que además lo haga con la ausencia de dos de sus jugadores —Dzanan Musa y Trae Bell-Haynes— con más incidencia en el juego ya es para nota.

Desde luego, Veljko Mrsic ha conseguido, lejos de la famosa Musadependencia, que todos los jugadores de la plantilla hayan dado un paso adelante y que todos, ya sin excepción, aporten al equipo. Pero además, como sucedió en la pasada jornada en Las Palmas, el Breogán supo a qué jugar, las variaciones tácticas, con muy buen resultado en las alternancias en defensa zonal, complicaron mucho el juego de su rival que nunca pudo jugar con la solvencia esperada.

ARRANQUE. El primer tiempo protagonizado por el Río Breogán fue sobresaliente. Dominó con claridad a un rival que no daba crédito a lo que estaba sucediendo. El juego del equipo lucense ofrecía pocas fisuras. Buenas decisiones, claridad de ideas y mucho esfuerzo y trabajo para compensar la superioridad física del contrario. De hecho, el conjunto que este sábado vistió de amarillo resistió en gran medida en el primer cuarto gracias a su rebote ofensivo.

En los segundos diez minutos, el festival breoganista fue completo para desesperación de un Jasikevicius que incluso fue sancionado con una técnica. El Río Breogán llegó a tener los ya citados 22 puntos de diferencia y alcanzó el descanso con 18 de ventaja (48-30).

Que esto iba a cambiar tras el descanso era algo esperado. El Barça no iba a permitir una humillación como la del primer período y los jugadores locales tenían, forzosamente, que resentirse físicamente del gran esfuerzo realizado. Y esto es lo que pasó sobre todo en el tramo final del encuentro. Los de Mrsic llegaron sin fuelle, y de ahí los errores en los instantes finales. Sergi Quintela falló dos tiros libres a falta de 57 segundos para el final y cuando aún mandaba su equipo (72-71), a falta de seis segundos (72-73), es Mahalbasic el que no acierta debajo del aro rival aunque con la oposición de Brandon Davis. Hasta ahí, justo hasta la orilla había aguantado la generosa resistencia breoganista.

Erik Quintela intenta llevarse el balón ante Smits. VICTORIA RODRÍGUEZ
Erik Quintela intenta llevarse el balón ante Smits. VICTORIA RODRÍGUEZ

De salida el emparejamiento de Kacinas con Calathes, otorgándole al base griego algunas opciones de tiro, atascó el ataque del Barça que no pudo tomar el control del juego. El Río Breogán optó por un ritmo vivo, buscando la verticalidad y las posesiones cortas, aunque cuando no fue posible también tuvo paciencia para elegir la mejor opción. El Barça acabó el primer cuarto sin anotar una sola canasta triple y con ocho errores desde esa distancia. De hecho gran parte de los quince puntos anotados llegaron desde el tiro libre (5) y gracias a sus cuatro rebotes ofensivos.

Los primeros 20 minutos mostraron a un Breogán sin fisuras y con gran acierto

Nada más empezar el segundo cuarto, Álex Abrines abrió la caja con dos triples consecutivos a los que siguió un tercero de Roland Smits, pero lejos de descomponerse el Breogán volvió a pegar un nuevo tirón ahora con protagonismo para jugadores tan poco habituales como Ubal y Jankovic. El Barça estuvo casi cinco minutos, del 13 (37-26) al 18 (43-26), sin anotar en unos minutos realmente extraordinaros de los locales.

Los de Jasikevicius afrontaron la reanudación con más actividad defensiva, y recurrieron a Cory Higgins, que reaparecía, para que liderara la remontada de su equipo. Poco a poco se fueron recortando las diferencias hasta llegar a un apretado final, en el que a los locales le pesó el esfuerzo realizado.

Ficha técnica
72 - Río Breogán (26+22+18+6): Kacinas (-), Kalinoski (9), Sakho (4), Erik Quintela (11), Iván Cruz (9) -cinco inicial-, Mahalbasic (11), Sergi Quintela (11), Ubal (8), Lukovic (5), Jankovic (7).

74 - Barça (15+15+22+22): Davies (11), Hayes (5), Laprovittola (8), Kuric (6), Calathes (7) -cinco inicial-, Sanli (6), Smits (3), Abrines (12), Higgins (8), Jokubaitis (8), Oriola (-).

Árbitros: Jordi Aliaga, Joaquín García González e Iyán González.

Incidencias: Partido de la trigésima segunda jornada de la Liga Endesa disputado en el Pazo dos Deportes de Lugo ante unos 5.000 espectadores.

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