Los ponteses y pontesas tienen, desde hace tres años, una manera curiosa, divertida y deportiva de despedir el año y no es otra que participando en la carrera de San Silvestre, en la que uno de los requisitos, que cumplen en su gran mayoría los participantes, es correr disfrazado.
En esta tercera edición, las malas condiciones meteorológicas de los últimos días dieron una tregua para disputar las pruebas de las distintas categorías, en las que participaron alrededor de 500 deportistas entre las carreras y la caminata, que no estaba incluida en la competición.
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