El hombre enmascarado acudió al rescate. Como si de un superhéroe se tratase, Luismi llegó a Elviña, vio y venció. Pocos minutos de entrar en el campo para reaparecer con la camiseta del Lugo, el extremeño, aún con una máscara protectora tras romperse la nariz hace varias semanas, anotaba un gol vital para el futuro inmediato del equipo rojiblanco, que encadenó la tercera victoria y la décima jornada sin perder, registro similar al del comienzo del campeonato -cuatro victorias seguidas y once jornadas sin perder-.
Tras pasar por tiempos de penumbra durante casi mes y medio sin jugar, el pasado sábado Luismi vivió uno de esos momentos difíciles de olvidar para un futbolista. «Todo fue a pedir de boca. Reaparecer después de tanto tiempo lesionado en un partido que estaba complicado y tener la suerte meter el gol de falta en el descuento... creo que más no se puede pedir. Estoy muy contento, no solo por el gol, sino porque la victoria era vital para nosotros», explica el extremeño ya más relajado, tras la explosión de euforia del pasado sábado.
