Mario Dovale: "Cuando te pones objetivos altos tienes que sacrificar muchas cosas"

El líbero lucense ha logrado casi todo lo que se puede conseguir en un club como el Arenal Emevé, donde empezó cuando era niño, se crio como profesional y alcanzó el éxito para ser una referencia en el voleibol español. Ahora cambiará de aires para jugar en la Liga Rumana
Mario Dovale en un partido del Arenal Emevé. XESÚS PONTE
photo_camera Mario Dovale en un partido del Arenal Emevé. XESÚS PONTE

Un balón de voleibol como tótem, como elemento imprescindible, tan importante como el aire, el agua o el alimento necesarios para la existencia. Un balón de voleibol como juguete infantil y medio de vida adulto. Un balón de voleibol con los colores del Arenal Emevé que ahora cambiarán al rojiblanco del Dinamo de Bucarest rumano. Esa será la nueva casa de Mario Dovale, quien saldrá por segunda vez del conjunto lucense, en el que lleva casi toda su vida. 

¿Va a echar de menos el Municipal? Es casi su segunda casa…
La verdad es que sí. Son muchos partidos y muchas vivencias ahí en ese campo de juego. Voy a echar de menos a los compañeros, a la grada y al ambiente que había en el Municipal cada sábado.

¿Cuántas horas ha echado allí?
Buff (ríe). Más o menos te diría que la mitad de mi vida fue dedicada al voleibol entre unas cosas y otras. Entre lo que lo practico, lo veo y demás he pasado allí muchas horas de mi vida. Sin duda es a lo que más tiempo le he dedicado en mi vida.

¿Cómo se despide uno del club de su vida?
Tengo que agradecer todo lo que este club me ha dado. Yo he podido crecer gracias a este club, he podido viajar por toda España desde los once o doce años, que fue cuando empecé a viajar en los campeonatos de España, hasta jugar en Superliga 2 y Superliga 1.  Siempre estaré agradecido, siempre sabré de dónde vengo y me quedo con lo mejor de toda esa gente que siempre ha estado en mi camino.

Aquí creció como jugador ¿Con qué edad se enfundó por primera vez la camiseta del Emevé?
Fácilmente debía tener unos tres o cuatro años. A día de hoy tengo 24… Llevo toda una vida vinculado a este club. Quitando cinco años que fui a la concentración permanente de la selección y un año que jugué en Valladolid, el resto fue en el Emevé.

¿Siempre tuvo claro que el voleibol sería su deporte?
Con tres o cuatro años mi hermano, que jugaba a voleibol, me llevaba con él a los entrenamientos y mientras él entrenaba yo danzaba con un balón. Incluso me acuerdo que Bibi Bouza (presidenta del club) a veces tocaba conmigo y poco a poco me dejaba ir metiéndome en los entrenamientos y demás. Desde muy pequeño siempre me tiró mucho el voleibol.

Fue casi obligado entonces que Mario Dovale llegara a ser un estandarte del Emevé…
Sí. Mi hermano jugó muchos años de su vida también e incluso llegó a ser subcampeón de España y llegó a jugar en lo que sería la Superliga 2. Es algo que, en este caso, me viene por mi hermano, de ir a verlo a él y luego ya me enganchó.

Mario Dovale en su etapa en las categorías inferiores del Arenal Emevé. PEPE ALVEZ
Mario Dovale en su etapa en las categorías inferiores del Arenal Emevé. PEPE ALVEZ

¿Ha sido duro todo este crecimiento desde chaval a ser una referencia en el voleibol nacional? 
Como todo. Hay momentos buenos y malos, pero diría que a lo largo de mi carrera tuve más momentos buenos que malos. De esos momentos que fueron peores siempre traté de aprender y mejorar. De esos palos es como uno se va forjando como jugador y como persona.

¿Siempre tuvo claro que llegaría tan arriba?
Tanto como tenerlo claro quizás no, pero siempre soñaba con ello, siempre me lo propuse a mí mismo. Creo que todo deportista tiene que ponerse unas metas y las mías eran estas. Yo tenía once o doce años y en aquel momento mis metas eran ir a la selección gallega, luego jugar con el equipo de Superliga 2 y a medida que vas creciendo vas cumpliendo objetivos. A día de hoy estoy satisfecho. He conseguido jugar en todas las categorías inferiores de la selección y ahora llevo tres años yendo convocado con España. Estoy realmente contento con los frutos del trabajo hecho.

¿Cómo se construye un deportista de élite?
Con muchísimo entrenamiento, muchas horas de dedicación y mucho sacrificio. Cuando te pones objetivos altos y te lo tomas en serio tienes que sacrificar muchas cosas, bien sea familia, amigos… Yo recuerdo tener 13, 14 o 15 años y mis amigos estar en la Plaza de España echando la tarde y yo sabía que tenía que ir a entrenar, porque si quería jugar no me quedaba otra y si quería ir a la selección tenía que seguir entrenando y mejorando. Para llegar al alto nivel hay que tener disciplina y sacrificio.

¿Es más duro llegar a ser un deportista de élite en un deporte minoritario como el voley?
En cierto modo puede llegar a ser más complicado porque no tenemos tanto apoyo económico de grandes empresas o no tenemos tanta visualización, por así decirlo. Llegar al alto nivel, en cualquier deporte, siempre es complicado porque la competencia es enorme y todos queremos llegar ahí arriba.

¿Mario Dovale es un privilegiado por dedicarse a su pasión?
La verdad es que sí. A mí no me cuesta nada en absoluto ir a entrenar. No me cuesta nada en absoluto levantarme a las cinco de la mañana para ir a jugar porque eso es lo que me apasiona y lo que quiero hacer en mi vida. En ese aspecto me siento muy afortunado.

Con el Emevé lo ha conseguido casi todo: ascenso, permanencia, jugar la Copa del Rey, brazalete de capitán, ser internacional…
Todos los logros que han ido apareciendo en mi carrera han sido cuando he estado en el Emevé. Desde quedar campeón gallego en categorías inferiores hasta ir al campeonato de España, ascender a Superliga 1… Quizás la única espina que me queda clavada es no haber ganado algún campeonato de España, pero el resto puedo decir que lo he conseguido prácticamente todo en el club, sí.

Y en la edad de oro del club…
Ahora mismo el club está viviendo un momento bueno y del que creo que deben sacar el mayor provecho posible. Tanto en el apartado masculino como en el femenino están llegando resultados y ambos equipos están respondiendo bien. Es el único club de España con ambas categorías en el máximo nivel y eso es un mérito enorme.

¿Qué momento con el Emevé se le quedará grabado en su memoria?
Tengo dos: uno es cuando jugué la final de la Copa Príncipe aquí en Lugo con 14 años y el otro cuando conseguimos subir a Superliga 1. Fue un ascenso muy duro. Veníamos el año anterior de hacer una campaña buenísima y al final de la temporada, por diversos motivos, se nos torció y nos quedamos fuera del ascenso. Al siguiente año volvimos y lo conseguimos. Fue una fase de ascenso durísima, todo con partidos resueltos a cinco sets y fue una satisfacción enorme.

¿Es este el mejor momento de Mario Dovale?
Sí. Ahora mismo creo que estoy en el mejor momento de mi carrera, en el que más estoy disfrutando, en el que más cosas estoy aprendiendo.

De nuevo convocado por la selección, es un fijo ya en el equipo nacional…
Te vas poniendo objetivos cada año y desde hace un tiempo mi reto era el poder llegar a jugar con la absoluta. Conseguí debutar en el 2020 cuando fuimos a Chipre para jugar un preeuropeo. Desde entonces me han seguido llamando. Estoy contento con eso.

¿Ser convocado por España ayuda a mejorar en el día a día?
Es muy bueno por el hecho de no parar. Aquí en España no hay una Liga en pista en verano en la que se pueda seguir entrenando. Sí la hay en playa, pero no en pista. Yendo con la selección no paras de entrenar y lógicamente entrenas con gente de mucho nivel, que juega en el extranjero, que viene muy preparada y notas un cambio enorme tanto en la madurez de uno mismo como en el nivel de juego. El mismo nivel de los entrenamientos requiere que des un plus. Si quieres estar en la selección tienes que dar un nivel mínimo o no puedes estar.

¿Es un extra de exigencia o de motivación?
Es una motivación en ambos sentidos. Para poder estar ahí tienes que dar un mínimo y todos queremos estar en la selección. Eso te obliga a tener que exigirte y tener que dar lo mejor de tí cada día, porque si no es imposible.

¿Dejar la zona de confort es bueno para mejorar? ¿El cambio de aires le sentará bien a la carrera de Mario Dovale?
Creo que sí. En la mayor parte tomo esta decisión de irme a Rumanía por salir de esa zona de confort. Tenía muchas ganas de vivir una experiencia en el extranjero y se me presentó esta oportunidad con la que estoy muy ilusionado. Estoy muy agradecido de que este equipo (el Dínamo de Bucarest) quiera contar conmigo y estoy convencido de que será un salto adelante en mi carrera deportiva.

No es la primera vez que sale, ¿Aquella experiencia en Palencia y Valladolid fueron positivas?
Fueron muy buenas. Fue una etapa que marcó muchísimo mi vida. Estuve en el Centro de Alto Rendimiento de Palencia y es un lugar en el que vives por y para el voleibol, además de para los estudios. Allí se entrena mañana y tarde y me permitió jugar en Preeuropeos, campeonatos de Europa… En ese momento de mi carrera di un salto bastante importante.

Mario Dovale intenta salvar un punto en un partido del Arenal Emevé. J. VÁZQUEZ
Mario Dovale intenta salvar un punto en un partido del Arenal Emevé. J. VÁZQUEZ

En su despedida tuvo un recuerdo para Diego Taboada, ¿Qué importancia tuvo el entrenador lucense en su carrera?
Diego comenzó a entrenarme con once o doce años. Ahora tengo 24 y siguió a mi lado. Es una persona que siempre apostó por mí. Siempre me vio que podía llegar a donde me propusiera y siempre quiso contar conmigo. Mi debut en la Superliga 2 con 14 años fue con Diego y desde ahí siempre fuimos sumando en nuestra relación de entrenador-jugador y también en la personal. Dentro de la pista es el entrenador que ha marcado mi carrera.

¿Si hubiera seguido Diego Taboada habría habido más opciones de que Mario Dovale se quedara en el Emevé?
Sinceramente, aunque Diego hubiera seguido habría tomado la misma decisión. La salida de Diego no ha influido ni positiva ni negativamente. Cuando me llegó esta oferta de Rumanía me convenció muchísimo desde el punto de vista deportivo. Yo lo he hablado con Diego alguna vez, que hay momentos en los que uno tiene que tomar decisiones y dar un salto. Creo que el momento es este y esta salida la tengo que aprovechar.

¿Cómo es el Dinamo de Bucarest?
Es uno de los equipos top en Rumanía. El proyecto es para tratar de ganar todos los títulos posibles y, además de eso, jugaremos en Europa. Vamos a jugar la segunda competición continental, lo que sería la Copa de la Uefa en fútbol. Esta segunda competición europea tiene equipos de grandísimo nivel que compiten en las máximas divisiones italiana o rusa. Va a ser una competición muy bonita de jugar.

¿Fue importante tener esa posibilidad de jugar en Europa para firmar por el club?
Cuando me contaron el proyecto me atrajo primero el poder estar en un equipo que quiere luchar por todo allí en Rumanía. Eso me motivaba un montón y si a eso le sumas el poder jugar la Liga FEV fue un plus.

¿La liga rumana es potente? ¿Mejor que la española?
A día de hoy es un poco mejor que la Liga española. Hace años no era muy fuerte pero poco a poco se fue aumentando el tema de presupuestos, de extranjeros y demás y ahora es una liga de nivel medio-alto en Europa.

¿Cree que la adaptación será difícil?
Creo que al principio puede ser un poco más complicado por el tema del idioma y costumbres de un país totalmente distinto, pero yo sé a lo que voy, a hacer mi trabajo que es jugar al voleibol. Lo importante es que en el equipo haya un buen rollo entre todos. Eso será lo más importante porque será mi día a día. Creo que puede haber algún momento complicado pero serán muchos más momentos buenos que malos.

¿Ayudará tener a un entrenador conocido?
El entrenador fue seleccionador del equipo nacional en España durante varios años. Se puso en contacto conmigo primero vía WhatsApp y luego ya por vía telefónica. Fue el que me explicó todo, los orígenes del club, el proyecto… Estoy muy contento de que haya querido contar conmigo.

¿Ha pedido consejo de cómo afrontar un proyecto en otro país a compañeros suyos que pasaron por lo mismo, Víctor Bouza por ejemplo?
Una vez ya supe que la oferta era segura e iba para adelante tuve algunos amigos en la selección que habían ido a probar este año al extranjero por primera vez y les pedí un poco de consejo sobre cómo es jugar fuera, en temas de entrenamientos y cosas así. Me dijeron que para adelante, que no me lo pensara y que era el momento, que era ahora o nunca.

¿Será un reto más allá de lo deportivo?
Tanto personal como deportivamente será un plus en mi carrera y el hecho de que vivas experiencias que te hacen tener que salir de situaciones a las que no estás habituado te permitirá tener más madurez también.

¿Qué echará de menos?
Sobre todo la familia y los amigos más cercanos, porque el contacto va a ser mucho menor.


 

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