Málaga no es el mejor lugar

El Breogán inicia la preparación para el segundo duelo consecutivo como visitante, ante el Unicaja. El equipo celeste necesita mejorar sus prestaciones tras el pobre balance en Murcia

Brown y Gerun intentan evitar el tiro de Soko. MEDIA CENTER ACB
photo_camera Brown y Gerun intentan evitar el tiro de Soko. MEDIA CENTER ACB

Los problemas y deficiencias del Cafés Candelas Breogán volvieron a quedar al descubierto en la visita del equipo lucense a Murcia, donde el conjunto local sumó su segundo triunfo de la temporada aunque también demostró estar lejos del nivel que se le supone. De hecho, y a pesar de todo, el Ucam no fue capaz de sentenciar hasta el último cuarto, cuando las fuerzas del equipo lucense ya estaban bajo mínimos. Y esto último es comprensible desde la óptica breoganista porque los jugadores de Natxo Lezkano afrontaron el encuentro con demasiados jugadores limitados físicamente. Fueron los casos de Sulejmanovic y Cvetkovic y en menor medida de Alec Brown, Lucio Redivo y Salva Arco -este debutaba esta temporada tras su larga lesión-.

Pero mientras los problemas físicos son un problema temporal, hay otros aspectos del juego que parecen una constante y que lastran las opciones de competir debidamente. El más evidente es la falta de dirección. Ni Cvetkovic ni Christian Díaz han sabido manejar al equipo y la incorporación de Ricardo Úriz no se producirá, como mínimo, hasta dentro de tres semanas más el tiempo que necesitará para alcanzar un buen nivel de juego. Esto se traduce en problemas serios en el juego. Así se explica que aunque el Breogán no suele tener problemas en el rebote defensivo, es un equipo sin ritmo -las canastas en superioridad o en contrataque casi no se producen-, con un problema evidente en las pérdidas de balón y con muchos momentos de colapso en un ataque estático más previsible que efectivo que se agrava por la ausencia de un jugador fiable en el lanzamiento y capaz de generar sus propios lanzamientos.

En los partidos en los que Cvetkovic muestra acierto, este hándicap se alivia, pero cuando no es así -en Murcia los bases no llegaron a anotar- la capacidad de anotación es muy reducida. El Breogán acredita un pobre 27,8 por ciento (47 de 169) de aciertos en los tiros de tres puntos. Es evidente que los rivales no tienen inconveniente en ceder tiros más o menos liberados para poder ayudar en el juego interior, donde el Breogán podría hacer más daño. El Murcia así lo hizo tanto provocando los lanzamientos lejanos -el equipo lucense lanzó 27 triples para anotar solamente 4-, como dando las responsabilidad, tras el descanso, a Askia Booker, que superó a los bases del Breogán.

VIAJE A MÁLAGA. Al equipo lucense le espera ahora una semana larga -no juega hasta el domingo en Málaga-, en la que cabe esperar la mejoría física de todos los jugadores tocados, no así los lesionados Úriz, Norel y Kinsey.

El conjunto lucense visita a uno de los mejores de la competición, el Unicaja, que aspira a recuperar un puesto en la Euroliga. Para ello ha confeccionado una plantilla de calidad y capacitada para luchar por ese objetivo. Así, ha incorporado a jugadores como Jaime Fernández -máximo anotador del equipo-, el base estadounidense Brian Roberts -que procede del Olympiacos pero que antes jugó seis temporadas en la NBA (Charlotte Hornets, Portland o New Orleans)-, el alero canadiense Kyle Wiltjer -que también llega del equipo griego después de jugar en Toronto y Houston- y al pívot francés Mathías Lessort, el pasado curso en el Estrella Roja.

El Unicaja ha ganado con solvencia los tres encuentros disputados hasta el momento en su cancha, a Valencia (86-73), Gran Canaria (89-76) y Zaragoza (98-82). No parece, desde luego, el rival ideal para que el Breogán mejore sus prestaciones como visitante pero sí para aprovechar la semana y el partido para una mejor puesta a punto de la plantilla.

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