0-1. ¡El Lugo logra otra salvación milagrosa!

El CD Lugo logró otra salvación agónica, como la de 2014 con Setién o la de 2020 con Juanfran. El milagro, que parecía imposible hace unas semanas, volvió a producirse, esta vez de la mano de Rubén Albés. Y de la frialdad de Manu Barreiro. El de Santiago, con la calma que solo tienen los jugadores especiales, marcó el gol de la salvación en Vallecas. Fue en la primera parte, tras un penalti provocado por Gerard Valentín, otro de los héroes de la permanencia. 

El Lugo sufrió lo que no está escrito en la segunda parte porque el Sabadell se imponía en Anduva y un gol del Rayo condenaba a los rojiblancos al descenso. Los de Iraola, con los playoffs en juego, embotellaron al Lugo en su área. Pero entonces apareció el tercer hombre sobre el que se gestó otra permanencia milagrosa: Ander Cantero. Sus paradas en Vallecas fueron decisivas. Una abajo, otra al medio, otra por arriba. El de Pamplona sostuvo al equipo cuando peor lo pasaba y antes de que el Rayo, solo al final, bajase una marcha porque el Almería ganaba en El Molinón y estaba clasificado para la fase de ascenso como sexto clasificado.

Las urgencias por los diferentes objetivos de uno y otro, que para no depender de terceros les obligaban a ganar, depararon un duelo muy enérgico en el que desde el principio ambos buscaron el gol.

El que más cerca estuvo de abrir el marcador fue el Lugo. Primero con un disparo de Canella que se fue por encima del travesaño y después con un remate de Manu Barreiro con aparente poco peligro que tocó en Saveljich y obligó a Luca Zidane a reaccionar con una estirada para despejar el balón.

Esas dos acciones del Lugo contrastaron con el dominio del Rayo, que llevó la iniciativa ofensiva del juego, sobre todo por los extremos Isi Palazón y Álvaro García, y con el desborde que demostró el lateral peruano Luis Advíncula, pero volvió a adolecer de profundidad para surtir de balones a Yacine Qasmi.

Una jugada de aparente poco peligro a los 41 minutos terminó con una falta de Fran García sobre Gerard Valentín dentro del área. Manu Barreiro, desde los once metros, engañó a Luca Zidane para dar ventaja al Lugo.

En la segunda mitad el Rayo siguió buscando el gol y lo pudo encontrar con un cabezazo de Santi Comesaña que se estrelló en el travesaño y que llevó el miedo al cuerpo a un Lugo que, para entonces, ya estaba fiando todo su juego en acciones a la contra.

La entrada del portugués Bebé permitió al Rayo ganar velocidad y, sobre todo, atrevimiento, una cualidad que echaron en falta los jugadores ofensivos del equipo madrileño, que acabó desesperado al no poder superar la maraña defensiva de los lucenses.

Con la victoria del Almería en Gijón, que los jugadores del Rayo conocieron sobre el césped, el sufrimiento se traspasó al Lugo, que hasta el pitido final se defendió con todas sus armas para sumar un triunfo que valió oro.