El Lugo arropa en el vestuario al lateral izquierdo ucraniano Orest Lebedenko ante el conflicto armado de Rusia con su país.
El club ha optado por protegerlo y no exponerlo a los medios de comunicación que han solicitado su opinión sobre la situación que atraviesa Ucrania, mientras que en el césped y en el equipo, sus compañeros y el cuerpo técnico le han brindado apoyo.
Su entrenador, Rubén Albés, consideró que "es una desgracia lo que está pasando en este conflicto" entre Rusia y Ucrania y se refirió a la situación de su jugador.
"Lógicamente el chico está preocupado. Es su país, tiene a su familia allí, tiene información más real que la que nos llega desde los medios de comunicación, e intentamos darle cariño, que sienta el respaldo del club, de los compañeros y su cuerpo técnico", explicó el preparador rojiblanco.
Albés deseó que el conflicto se "solucione de la mejor manera cuanto antes" y que estas situaciones no se produzcan "más".
La suspensión de la liga ucraniana de fútbol, el traslado de la Copa Davis a Turquía, el deseo de salir del país de los deportistas extranjeros que juegan en los clubes locales y, en sentido inverso, la incertidumbre sobre cómo regresarán a casa los que competían fuera, caso de la selección masculina de baloncesto que está en Córdoba, son los primeros efectos en el deporte de la guerra de Ucrania.