Segunda División

3-2. El Lugo alimenta su autoestima en casa

El conjunto rojiblanco hizo sus tres goles a balón parado para imponerse al Huesca, uno de los candidatos al ascenso, y salir de puestos de descenso. Las tarjetas rojas a Yanis Rahmani y a Josué Sá fueron clave en el desarrollo de un partido en el que el cuadro lucense se mostró superior once para once
Celebración de uno de los goles ante el Huesca. SEBAS SENANDE
photo_camera Celebración de uno de los goles ante el Huesca. SEBAS SENANDE

Ganar en autoestima, acabar con el bajón de resultados y sumar tres puntos en casa para dormir fuera del descenso. Todo eso logró el Lugo ante uno de los candidatos al ascenso, un Huesca que solo consiguió hacer daño a los rojiblancos cuando contó con un jugador más. Mientras la igualdad fue la tónica, el cuadro lucense controló el partido y consiguió sacar el champán, descorchar la botella y concluir una tarde de celebración. El triunfo dejó también una senda por la que circular, la de ser un equipo atrevido y ambicioso, con la intensidad necesaria para apretar al rival, sea el que sea.

La valentía no se mide en exclusiva por esquemas de juego o por lugares avanzados donde posicionarse. La valentía es también una actitud, es ir con todo para conseguir el alimento que mate el hambre de victorias. En esa carestía vivía el Lugo en su propia mesa. Este sábado la quiso borrar con una presión intensa y adelantada para romper la creación del Huesca y tirar de la efectividad que le faltó otras jornadas.

El Lugo anotó dos de sus tres goles por medio de sus centrales ante el Huesca

Fue un once muy similar al que había resistido en Almería, pero no con el mismo dibujo. No fue Pita el tercer central. Se ubicó en mediocampo, con Seoane y Borja Domínguez por delante, siempre prestos para apretar a Mosquera y Juan Carlos. Arriba, Tete, Yanis y Cristian trataban de llegar por la vía rápida. El pero estaba en la concesión de espacios a las transiciones aragonesas, complejas cuando la línea Maginot gallega se quebraba para que avanzaran los atacantes rivales. Sin embargo, en el primer acto, no finalizaron con algo más que un amago.

El 1-0 fue el premio a esa actitud demostrada desde el silbido inicial. Diez minutos. Eso tardó el buen karma en aparecer por el césped lucense. Un córner acabó con un disparo de Yanis en el cuerpo del meta oscense. José Carlos, un habitual en el área propia pero elemento extraño en la contraria, había remató a placer la ventaja.

El primer bocado satisfizo al Lugo. Le permitió sentirse satisfecho, con las calorías en el cuerpo y la perspectiva de que la comida no fuese frugal. Esa comodidad con el marcador hizo que la energía inicial se transformarse en más cautela. La presión bajó, el equipo dio un paso atrás y el Huesca tuvo la pelota para marearse cerca del área, pero sin llegar a tocarla.

En una jugada inocente de un ataque ya cerrado, con el balón en las manos de Álvaro Fernández, el Huesca le puso el segundo plato al Lugo. Josué Sá, que estaba en el suelo, levantó la pierna y derribó a Peybernes, que pasaba por allí para replegar a su campo. Milla Alvéndiz desde el VAR le indicó a su compañero Gorostegui Fernández-Ortega que lo viera en el monitor. El vasco decretó pena máxima y Cristian Herrera le dio otro mordisco al partido.

Protestas en la grada: en General se sacaron varias pancartas en las que se pedía al club que tapase esa grada

El tanto no modificó un menú cada vez más claro. El balón era oscense, la pegada, rojiblanca. El cuadro dirigido por Eloy Jiménez mantuvo las filas cerradas, sufrió ante el desborde del ex, David Ferreiro, pero conservó una distancia prometedora. El segundo tiempo fue otra cosa. A los dos minutos, Yanis golpeó la cara de un rival. Segunda amarilla. Uno menos y 45 minutos por delante para convertir lo que podía ser una tarde sencilla en un nuevo sufrimiento máximo.

Pronto recortó distancias el Huesca. A los diez minutos, una combinación cerca del área acabó con un pase de la muerte de Miguelón que remató dentro del área Okazaki. El terror a una nueva hambruna se paseó por el Ángel Carro, consciente de que quedaba demasiado tiempo para aguantar con la barriga cada vez menos llena. La inocencia cambió de bando. Fue lucense tras el descanso. Más aún en el empate, donde un centro a ninguna parte de Pulido se lo comió Canella al agacharse, Cantero y Tete al llegar tarde tras no esperar el error del lateral y Miguelón, atento hizo el 2-2.

Cuando el duelo era terrorífico, una patada de Josué Sá le valió la segunda amarilla para voltear el partido. Lo acercó más Peybernes. El central francés anotó el 3-2 en un cabezazo imperial en un córner sacado por Cristian. Gerard entró por un agotado Tete y Manu Barreiro por Cristian en un momento en el que el Huesca apretaba y el Lugo aguantaba en su propio terreno. Eran cambios que no trastocaron el esquema ni al equipo cuando lo menos necesario era el desorden.

El Lugo aguantó para llevarse un triunfo en casa a la boca, acabar con su falta de puntos y ganar, de paso, un buen pedazo de autoestima.

FICHA TÉCNICA
CD Lugo (3): Cantero; Campabadal (Álex López, min. 90), Peybernes, José Carlos, Canella, Pita, Seoane, Borja D., Tete Morente (Gerard, min. 80), Yanis Rahmani y Cristian Herrera (Manu Barreiro, min. 81).

SD Huesca (2): Á. Fernández; Miguelón, Josué Sá, Pulido, Luisinho, Mosquera, Mikel Rico (Eugeni, min. 64), Juan Carlos (Datkovic, min. 77), Sergio Gómez, Ferreiro (Cristo G., min. 46) y Okazaki.

Goles: 1-0, m. 10: José Carlos. 2-0, m. 38: Cristian H. (pen.). 2-1, m. 54: Okazaki. 2-2, m. 64: Miguelón. 3-2, m. 70: Peybernes

Árbitro: Gorostegui Fermández-Ortega. Expulsó a Yanis por doble amarilla (m. 47) y Josué Sá (m. 68). Amonestó a pita, José Carlos por el Lugo y a Álvaro Fernández, Miguelón, Luisinho por el Huesca.

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