Uno solo sabe cuando está en casa cuando no necesita ni presentarse. Álex Llorca encontró hace cinco años un hogar en Lugo. Hoy es "uno más", como él mismo dice, en una ciudad de la que nunca se llegó a marchar del todo. Cada año, y este es el cuarto, Llorca regresa al Pazo dos Deportes durante el verano para ofrecer un campus donde los niños pueden progresar en el mundo del baloncesto.
"Tengo una conexión con Lugo muy especial", explica un Álex Llorca que disfruta corriendo al lado del Miño y al que su fichaje por el Fuenlabrada tras una temporada en el Breogán, allá por el 2015, dejó "un poco vacío". "La idea del campus surge de ese sentimiento. Le debo mucho a la ciudad y a su afición", cuenta.
Con el paso de las ediciones, el Campus Álex Llorca aumenta su número de inscritos. En la presente, la cuarta, participan más de un centenar de niñas y niños de entre 8 y 18 años. Desde el pasado lunes hasta el domingo 14, los chavales tienen la posibilidad de mejorar tanto física como tácticamente. "Lo que más disfruto de esta experiencia es la mirada especial de los niños. Ese brillo en los ojos, esa cara de felicidad cuando juego con ellos", reconoce el escolta catalán.
"Cuando era pequeño yo también iba a campus de otros jugadores, pero ellos pasaban pocas horas con nosotros y yo no quería eso para el mío", explica un Llorca que nunca deja de estar pendiente de los chicos. Jugar al baloncesto, dice, "requiere muchas horas de entrenamiento", pero él no pretende solo enseñar cómo actuar dentro de la cancha. Para eso cuenta con el apoyo de un amplio y experimentado cuerpo técnico, entre los que están Mateo Rubio, Juan Norat Estévez o Pedro Carrillo. Álex Llorca participa en todas las actividades y presume del buen nivel de los jugadores y jugadoras. "Muchos repiten y cada año me quedo más sorprendido con ellos. Crecen una barbaridad", ríe.
Lo cierto es que su campus ya traspasa la frontera gallega. "El primer año contábamos con gente de Lugo, pero con el paso del tiempo acabamos con niños de sitios como Santiago, Madrid, Castro Urdiales, Burgos, Barcelona, Ponferrada...", afirma Llorca, quien disfruta "como uno de ellos". El entorno no podría ser mejor. Álex Llorca ha vivido grandes momentos en el Pazo, el cual ha visto "en sus mejores noches". "En la 2014/15 nos quedamos a las puertas del ascenso, pero eso no fue un impedimento para que fuera uno de los mejores años de mi carrera", explica.
TEMPORADA COMPLICADA. La pasada campaña para Llorca no fue la mejor a nivel individual. El escolta, que militó en el Fuenlabrada de la Liga Endesa desde su salida del Breogán, en el verano del 2015, terminó este año contrato. "Fue una temporada complicada, en la que hubo muchos cambios de entrenador y de jugadores. Al final conseguimos el objetivo, que era la permanencia, por lo que me siento satisfecho", asegura. Una lesión en la recta final de la competición disminuyó su presencia en la cancha. Ahora trabaja de cara a fortalecerse. "No puedo perder el tiempo lamentándome. Necesito mantener el físico y procurar alejarme de las lesiones", cuenta el jugador catalán.
Este año ha sido muy complicado por los cambios de entrenador y de jugadores, pero conseguimos nuestro objetivo y estoy satisfecho
En cuanto al Breogán, Álex Llorca afirma que "la Liga Endesa no es una categoría fácil, pero el Breo ha luchado todo lo que ha podido y más". "Llegar hasta ahí es algo difícil de conseguir y mantenerse aún más", explica Llorca, que ve el regreso a la categoría reina "factible" para los lucenses. "La afición del Breogán es espectacular, pero eso es algo que ya no me sorprende. Yo ya lo he vivido en primera persona y puedo asegurar que se merecen estar en ACB", sentencia el escolta de Esplugas de Llobregat.
De cara a la próxima temporada, Llorca no da pistas de cuál podría ser su próximo destino. "Yo me concentro en lo mío, que es jugar al baloncesto", dice. El objetivo de Álex Llorca siempre será el mismo: "Vaya a donde vaya, procuraré dar lo mejor que tengo y seguir creciendo".
