En un inicio de temporada que apenas deja tregua al Lugo, el cuadro rojiblanco afronta un nuevo examen, quizá el más difícil hasta el momento, con la visita de un Nástic de Tarragona (19.00 horas) que lidera el Grupo 1 de la Primera RFEF con cierta autoridad. El equipo tarraconense ha levantado el vuelo en este curso después de la decepción de la campaña pasada y ha puesto velocidad de crucero en estas cinco primeras fechas. Cuatro triunfos —tres consecutivos— y un solo empate es el bagaje del equipo de Dani Vidal, que llega al Ángel Carro con el objetivo de prolongar su buen momento, consolidar el liderato y ahondar en las debilidades de un equipo lucense que sí, es sólido en defensa, pero no materializa sus fases de dominio en la portería rival.
Los de Pedro Munitis, después de tres empates consecutivos, tienen sed de victoria. Las actuaciones ante la Ponferradina, el Fuenlabrada y la Real Sociedad B dejaron buenas sensaciones en lo defensivo, pero evidenciaron sus problemas en ataque. Un solo gol, y después de una serie de rebotes que aprovechó un oportunista Antoñín, es un escaso balance para un equipo que llega a la categoría desde Segunda División y, por ello, con la condición de favorito en buena parte de los encuentros. El Lugo no sufre en la construcción o en la generación de ocasiones, pero sí presenta serias dificultades a la hora de transformar esas oportunidades en goles.
Por ello, la visita del líder de la categoría es una prueba de altura. Lo es por la entidad del rival, invicto en este arranque y con la confianza en máximos, y lo es para comprobar si el crecimiento del Lugo es real o un mero espejismo. Desde el primer triunfo ante el Teruel, el cuadro que dirige Munitis pasó su peor momento una semana después ante el Deportivo (0-3), pero no ha ofrecido malas sensaciones en el resto de encuentros. Lo que se le resiste es un triunfo que quizá ha merecido en alguno de los últimos tres duelos pero que no llega. Algo que puede impacientar a la grada y, en el peor escenario posible, a los propios jugadores.
La buena noticia para el entrenador cántabro es la recuperación de tres jugadores que se antojan fundamentales en sus esquemas: Gorka Pérez, Nacho Quintana y Willy Ledesma. El extremo y el delantero no participaron en el partido de la pasada jornada ante el filial donostiarra —Quintana por lesión y Ledesma por sanción— pero se encuentran en plenas facultades para ser hoy de la partida. Antoñín y Jozabed fueron sus sustitutos y, aunque cumplieron con su rol e incluso aportaron un gol, lo más probable es que esta tarde arranquen desde el banquillo para ejercer de revulsivo en el segundo tiempo.
En defensa, Johaneko apunta al once inicial tras los elogios que recibió ayer de su entrenador, que destacó de nuevo su adaptación y su capacidad de aprendizaje en estas primeras semanas. A su lado, Morgado, Cruz y Javi Vázquez parecen fijos, con Sabit y Aguza por delante. Arriba, Fuentes se encargará de bajar balones y activar la segunda jugada, mientras que Torrado —o Víctor Narro— y Nacho Quintana se encargarán de atacar por los costados. En portería, Tabuaço parece titular indiscutible después de sus últimas actuaciones.
Físico y versatilidad
El Nástic ha forjado su buen arranque gracias a un equipo muy versátil en su juego y, sobre todo, muy poderoso en el apartado físico.
Los jugadores de Dani Vidal se han caracterizado por ejecutar una presión adelantada que le permite ahogar al rival, robar en campo contrario y atacar con velocidad.
Si se siente dominado, el Nástic puede encerrarse en su campo y salir en largo por los laterales o aprovechar la segunda jugada gracias a la constante pelea de sus delanteros.
A todo ello añade una extraordinaria capacidad defensiva gracias a la solidaridad de un equipo que solo ha encajado un gol en estas primeras jornadas. El Lugo se examina en todas las materias.
