A la espera de la reacción

El Breogán llega a la decimoctava jornada en una plaza que solo fue peor desde el descenso en la temporada 2006-07. El próximo parón debe servir para ensamblar de una vez las piezas
Devin Wright lucha por un rebote durante el partido contra el Palencia
photo_camera Devin Wright lucha por un rebote durante el partido contra el Palencia

Una victoria en las seis últimas seis jornadas es el triste bagaje del Cafés Candelas Breogán en el último mes de competición. El equipo lucense ocupa actualmente la duodécima plaza en la clasificación de la LEB Oro, por supuesto fuera de los puestos de play off. Solo en la temporada 2006-07, la primera tras el descenso desde la ACB, el Breogán alcanzó la decimoctava jornada en una peor situación clasificatoria -era decimotercero-, aunque en una Liga con dos equipos más que la actual.

El bagaje actual del equipo lucense (ocho triunfos y diez derrotas) solo supera, en toda su historia en la LEB Oro, al de siete triunfos y once derrotas que marcó en las temporadas 2006-07 -empezó Josep María Izquierdo en el banquillo y la finalizó Paco García- y en la 2010-11, en la que Rubén Domínguez fue despedido -le sustituyó Pepe Rodríguez-. En la temporada 2006-07, el equipo lucense, a pesar del cambio en el banquillo y de la llegada de refuerzos como Quentin Smith, Devin Davis o Malik Dixon, no pudo reconducir la situación y se quedó fuera de los play off. Sin embargo en la 2010-11, en la que también llegaron los refuerzos de Eric Hicks y Michel Mokongo, el equipo acabó la fase regular en la sexta posición y llegó a disputar las semifinales, en las que fue eliminado por el Obradoiro. Actualmente, el equipo lucense está separado por una victoria de la novena plaza, la última de acceso a los play off, y por dos de la quinta, que permitiría jugar la primera eliminatoria, que esta temporada también se juega al mejor de tres victorias, a favor de ambiente.

No es, desde luego, una distancia insalvable para una plantilla como la celeste. O no debería serlo. Las dudas las genera el propio equipo o, mejor dicho, su juego.

DESEQUILIBRIO. Después de una primera vuelta acosado por las lesiones, el Breogán no ha sido capaz de reconducir la situación. La imagen, en las últimas jornadas, es la de un equipo inconsistente y previsible en ataque, entre otras cosas por una falta total de equilibrio en su baloncesto, en el que se prescinde en muchos momentos del juego interior.

Individualmente, casi ningún jugador ha alcanzado el nivel esperado y esto también influye en que, después de 18 jornadas, no parezca que el rol de cada uno esté, ni mucho menos, definido.

Es un detalle hasta cierto punto significativo que tanto el máximo anotador del equipo, Nikola Rakocevic, como el máximo reboteador, Fede Ucles, son jugadores que, a priori, llegaron al equipo como piezas de rotación.

La llegada de Pep Ortega reforzará, sin duda, uno de los aspectos más deficientes del equipo, en especial el rebote, donde el Breogán es, por número de capturas, el peor de la competición.

Desde el club se anuncian dos nuevos refuerzos, cuya llegada se alarga en el tiempo mientras el equipo sigue sin reaccionar. Posiblemente el Breogán esté ante el punto crucial de la temporada. Tras el encuentro del sábado frente al Leyma Coruña habrá una semana de descanso. El momento parece ideal para recuperar al equipo, para conjuntar a los nuevos, para devolver la ilusión y para que la temporada no finalice de forma prematura.

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