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La épica de la superación

Cientos de deportistas disfrutaron de la Camovi, en la que viento y barro complicaron un recorrido hermoso pero extremo ►El ganador de la prueba entró en línea de meta entre sollozos de alegría mientras el primer gallego venía con una gran pájara

En la zona de recuperación, Elpidio Gómez apenas articulaba palabra. El vía crucis había terminado. Comía con determinación, como si le fuera la vida en ello. Lonchas de jamón, fruta... «Me dio una pájara tremenda», comenta, todavía vacío, tras el esfuerzo. El campeón de 2015 fue quinto este año yprimer gallego. Pero el mal sabor de boca le viene porque fue en cabeza de la prueba con Daniel Remón hasta el último tercio de la Camovi. «Entonces me quedé vacío de todo, me pasaban como motos, no podía ni bajar», lamenta.

La línea de meta de una carrera de montaña, como esta de Viveiro, que pertenece a la Copa de España, se asemeja a un campo de batalla con las tropas en retirada. Barro en las piernas, cortes en piernas y brazos, cicatrices del esfuerzo. Impresiona ver llantos en hombres maduros, como Antonio Manjón, que se abrazaba a sus compañeros de la selección andaluza al terminar la prueba.

Entró en meta tan rápido, inesperadamente, que los organizadores le pidieron que volviera a hacer la última recta porque no tenía preparada la cinta de ganador. Él se mostraba exultante. «Me he encontrado fuerte al final y lo he aprovechado», explica. Manjón fue de menos a más. Fue cazando a sus adversarios deportivos, el último a Daniel Remón. «Coronamos unos eólicos juntos, pero me dije que era mi oportunidad y me lancé hacía abajo; me la jugué y salió bien», comenta.

Elpidio Gómez Primer gallego en 42K "Me dio un pajarón tremendo, casi no llego a meta, no sé si fue por causa de la alimentación o el esfuerzo"

Antonio Manjón Vencedor 42K "Coroné unos eólicos con el que quedó segundo y me tiré para abajo, decidiendo jugármela; y salió bien"

Daniel Remón Segundo en 42K "Es una carrera bonita, con cortafuegos, bajadas técnicas, barro, zonas corribles, bosque, y además viendo el mar"

Javier Robres Tercero en 42K "Para mí significa mucho el tercer puesto, ya que es la primera vez que me subo al podio tras varios cuartos"

Dagna Debats Ganadora de 42K "En el kilómetro 25 me han dicho que la segunda chica venía a ocho minutos y ya he podido correr más tranquila"

Dani Corvo Segundo en 18K "Venía con problemas en el talón de aquiles y en una costilla, que me molestó algo al respirar, por eso fui de menos a más"

La alegría manaba por sus poros. Era el vivo rostro de la felicidad. Como el de Daniel Remón, el primero de los perdedores, por eso de ser segundo. Aún así, nadie lograba borrarle la sonrisa de la boca. «Ha sido una carrera muy bonita, con barro, cortafuegos, bajadas técnicas, zonas corribles, por el bosque, viendo a veces el mar...», describía, como el que acaba de salir a dar una buena por el monte, y no haber corrido 42 kilómetros a más de 160 pulsaciones por minuto.

Javier Robres se subió por primera vez al podio. Desde de dos cuartos puestos y algún sexto, por fin tocaba la gloria. «Es el cuarto año que corro la Copa de España y esto me sabe muy bien», decía, feliz. Reconoce que su fuerte no son las bajadas. «Me sacaban rápidamente medio minuto o un minuto en las bajadas, y empecé atrás, pero fui manteniendo el ritmo y poco a poco cogiendo a gente hasta ser tercero», explica.

La Camovi también tenía su acento internacional. Lo puso Ragna Debats, que corría por Catalunya pero que es holandesa. «Miraba para atrás y no veía a ninguna chica. En el kilómetro 25 me dijeron que la siguiente estaba a ocho minutos y, entonces, no es que me relajara, porque seguí al mismo ritmo, pero fui más tranquila», asegura.

EXHIBICIÓN DE NICOLAU. Como un misil entró en meta el balear Toni Nicolau, ganador de la carrera de 18 kilómetros. Apenas había pasado una hora y media desde que se dio la salida en Naseiro y ya estaba en la Plaza Mayor de Viveiro. Y nos contó un secreto. «Iba a correr la de 42 kilómetros, pero como tenía un problema muscular preferí hacer la de 18, y la verdad es que me encontré muy bien», dice.

Ni el excepcional atleta gallego, afincado en Viveiro y nacido en Baiona, Dani Corvo, pudo seguirle. «Salió como un misil», reconoce. Dani Corvo tenía sus dudas. El talón de aquiles le había dado problemas en las últimas semanas y, lo que es peor, en el trabajo había sufrido un golpe en una costilla el día anterior. Su rendimiento era una incógnita, pero su segundo puesto la despeja. «Fui con mucho miedo, de menos a más, pero la verdad es que lo único que me molestó fue algo la costilla al respirar», dice.

Mención especial para Xana Rodríguez, que ganó la prueba de 10 kilómetros en la categoría de promoción, y que pertenece al Toxiza Clube de Montaña.

Pero la Camovi está repleta de historias individuales, de superación. De aquellos para los que simplemente era un reto terminar; otros, que buscaban rebajar minutos al cronometro del 2015; aquellos que simplemente buscan tener una conexión con la naturaleza a través de deporte de competición. Y todo bajo una organización de diez.

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