José Juan podría haber nacido en Suiza. No por su carácter tranquilo y afable. Ni tan siquiera por su timidez y parquedad en el trato. El meta vigués parece haber abrazado el calvinismo en cada equipo donde demostró su enorme profesionalidad. Esa forma de entender el trabajo como forma de vida y esforzarse al máximo para conseguir sus metas personales le ha llevado a ser importante para el Lugo de Quique Setién.
El año pasado consiguió hacerse con la titularidad en la parte central de la temporada a pesar de partir en desventaja con Yoel. Solo una lesión lo apartó del once de inicio.
Este curso, la llegada de Dani Mallo, que había realizado una temporada espléndida en el sorprendente Girona, parecía volver a poner una barrera insalvable bajo los palos del Ángel Carro. Pero José Juan no desfalleció y confió en su condiciones. El resultado fue salir contra el Numancia en el primer duelo de la 2013-2014.
