El inicio de la pesca fluvial no sonrió a todos

Suerte dispar en el número de capturas en la apertura de la temporada en la provincia
Los pescadores acudieron en masa al inicio de la temporada. XESÚS PONTE
photo_camera Los pescadores acudieron en masa al inicio de la temporada. XESÚS PONTE

La temporada de pesca fluvial en Galicia para el año 2023 arrancó en la jornada de ayer con resultado desigual en el número de capturas tanto en los distintos cotos habilitados para la práctica como en las zonas de pesca libre de la provincia. Los pescadores tienen por delante cuatro meses para lanzar la caña, toda vez que se alargará la temporada hasta el 31 de julio.

Así, en el caso de la trucha, el periodo general se prolongará hasta el 31 de julio, con las excepciones de las masas de agua salmoneras y las de montaña, en las que la temporada comenzará más tarde, concretamente el 1 de mayo. Asimismo, en los cotos de pesca intensiva y en los tramos de pesca sin muerte se podrá pescar hasta el 30 de septiembre.

En lo que respecta al salmón, los pescadores podrán desarrollar su actividad desde el 1 de mayo hasta el 31 de julio. Las cuotas de captura de esta especie serán similares a las de la temporada 2022 en las cuatro provincias.

Concretamente en Lugo, en los ríos Masma y Salmeán, la cuota será de quince y diez ejemplares, respectivamente. Por lo que respecta al reo se mantiene el periodo general de 1 de mayo a 31 de julio, aunque se prolongará hasta el 30 de septiembre en algunos cotos.

Un pescador. XESÚS PONTE
Un pescador. XESÚS PONTE

Respecto a la provincia de Lugo, las riberas de los ríos y cotos fueron tomadas por cientos de aficionados a la pesca con los primeros rayos de sol.

Francisco Rois fue uno de ellos. Eligió la zona de Chao do Pousadoiro, en A Pontenova, donde reconoce que las capturas "no fueron las mismas que las del año pasado, pero no por la falta de truchas, sino porque no entraban al anzuelo", explica este veterano conocedor de las aguas fluviales de la zona de A Mariña. Rois acabó la jornada con una única captura en su cesta. Más suerte tuvieron algunos de sus compañeros con piezas que sobrepasaron el 1,1 kilogramos de peso.

En las inmediaciones de la capital lucense, en aguas del Miño, la situación fue muy favorable para Alejandro Fernández, que con tres truchas que superaron el kilo de peso se marchó satisfecho para casa "muy contento con tres piezas muy buenas".

Por su parte, Fernando García, en el río Neira, no tuvo tanto suerte. "Había truchas pero no tenían hambre, no picaban", bromea.

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