Nafti: "A mí me gusta convencer; si obligas a alguien es que te faltan recursos"

En una amplia entrevista, el entrenador del Lugo habla de su carrera como jugador, como técnico y de su llegada al equipo rojiblanco
Nafti, en el campo de O Ceao. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Nafti, en el campo de O Ceao. VICTORIA RODRÍGUEZ

¿Cuál es el truco de Nafti para este inicio de trayectoria en el Lugo?

No creo que haya un truco. Es verdad que todo resalta más porque el equipo ha sacado muchos puntos desde mi llegada, pero no hay truco. Hemos intentado tener un cierto orden desde el principio, quisimos trabajar más a nivel defensivo, que el equipo sea un bloque, que empezara a correr más...y creo que también a raíz del primer partido en Castellón, el equipo ha ido cogiendo confianza después de una semana complicada con el cambio de entrenador, porque nunca es fácil para una plantilla. Esa primera victoria, en la que además uno de nuestros capitanes mete gol en el último momento, nos dio mucha confianza a todos. Hemos trabajado muchísimo a nivel táctico, y los jugadores han sido receptivos, atentos, con ganas de mejorar y aprender. Poco a poco fuimos de la mano, yo les necesitaba a ellos y ellos a mí, y todo empezó a funcionar.

Como exjugador y como técnico, un gol en el descuento puede cambiar tanto una situación como la que vivía el Lugo?

Puede ser un alivio. Ganar un partido importante contra un rival directo es un alivio. Se quitan un peso de encima y ganas tiempo, porque un jugador con una sonrisa en el entrenamiento no es lo mismo. Eso nos permitió empezar con buen pie, y que los jugadores empezaran a creer en lo que estaban haciendo.

Cruyff decía que lo más difícil en el fútbol es hacer las cosas sencillas. ¿Qué es la sencillez de Nafti para el Lugo?

Yo entiendo el fútbol partiendo de la base de que lo más importante es correr más que el rival, ser más intenso. Si me hablas de la sencillez, yo creo que hay que correr más que el rival. Pero podemos hablar también de táctica, de balón parado, de transiciones, de cómo defender, cómo, cuándo, dónde y por qué, pero para mí la base es correr más que el rival.

"Ahora mismo soy Brad Pitt, pero si pierdo volveré a ser calvito"

El técnico alemán Ralf Rafnick comentaba en una entrevista en El País que la clave del éxito de un proyecto futbolístico era crear un modelo, una identidad y ser fiel a ella. ¿Qué modelo e identidad quiere Nafti para el Lugo?

Lo de tener un modelo es peligroso. En España no hay tiempo, aquí si no ganas el domingo te vas a tu casa. Hay que intentar ser lo más competitivo posible lo antes posible y que el nuevo técnico se adapte muy bien a los jugadores que tiene. Y que cada jugador entienda su función dentro del terreno de juego en cada momento. Lo del modelo me parece bien, pero ¿cuándo? ¿A mí un club me va a dejar tres meses para plantear mi modelo? Eso necesita un proceso. Lo más importante es que el técnico se adapte a sus futbolistas y que los jugadores entiendan bien lo que se les pide en cada partido.

_VIL3270Varios años en Segunda B. Mérida, Badajoz. Dar ese paso al fútbol profesional con el Lugo era una oportunidad irrechazable?

Un entrenador siempre quiere crecer y hacerlo lo mejor posible en el Lugo para dar otro salto, eso entra dentro de la ambición de cada uno. He tenido suerte de estar en equipos, como Marbella y Badajoz, que miraban desde lo más alto de la clasificación. Mi segunda etapa en Badajoz, el club intentó profesionalizarse, pero desde Segunda B a Segunda hay un mundo en todos los sentidos.

¿Hubo interés del Lugo hacia usted antes de su llegada?

Hace un año, cuando el club estaba pensando en la destitución de Eloy Jiménez. El presidente me llamó, pero estaba en Badajoz y tenía que terminar mi trabajo allí. Pero el presidente siempre ha tenido buen ojo y se acordaba de mí.

Ha llegado con la temporada ya empezada. ¿Es difícil heredar un proyecto que en principio se construyó para otro entrenador?

Es complicado. No tanto por las cualidades de cada futbolista, pero más por un tema físico, porque la preparación es un tema que me gusta bastante y al no haber hecho pretemporada con ellos pierdes informaciones y datos. Tenemos la suerte de tener un buen preparador y me ha puesto al día en poco tiempo.

¿Qué es más complicado, adaptarse al juego ideal que requiere a la plantilla o conectar con el vestuario, convencerlo?

Las dos cosas van de la mano. Tienes que conectar con el vestuario pero luego ellos también están pendientes de lo que propones en el campo. Al final soy el entrenador, y dentro de esa figura está la del amigo, del psicólogo, del padre, del hermano, de la táctica, de la técnica...en el papel del entrenador entran mil funciones, pero hay que conectar con ellos y proponer cosas válidas para que te crean.

Simeone dijo en Movistar que el nivel de preparación de los entrenadores de las tres principales divisiones, hasta Segunda B, que era muy parecido, pero lo que cambiaba era la capacidad para transmitir al jugador lo que el entrenador quiere. ¿Es la clave del éxito?

Puede ser. Ahora mismo me pongo en la piel del futbolista y es verdad que cuando tienes a alguien que transmite te vas a la guerra con él. Es verdad que a nivel de conocimiento hay muchos entrenadores muy preparados en España, y cada vez más, pero a la hora de transmitir no hay tantos.

¿Con quién se habla primero cuando se llega al vestuario del Lugo? ¿Capitanes? ¿Estrellas del equipo? ¿Jóvenes?

Se intenta a nivel individual, pero en poco tiempo porque no hay margen. Ese fue el punto negro de nuestra llegada. Al tener un partido cada tres días hay muchas cosas que tengo pendientes de hacer por la necesidad de la competición. Hemos ido a lo más importante, los rivales, y preparar al equipo sobre el verde. Pero es cierto que tengo muchos temas pendientes y ahora que hay semanas 'normales', tengo más tiempo para recuperar todo eso.

¿Es una plantilla de egos o de las que hace grupo por encima de todo?

Es una plantilla muy profesional. Sin ninguna duda.

¿Cómo se gestiona para que las expectativas, con una buena racha, no se distorsionen o no decaigan cuando llegue un mal momento?

Primero, tengo unos capitanes con experiencia y muy humildes. Segundo, si algún día se quiere hacer pajas mentales pensando que el Lugo va a quedar entre los dos primeros, o que el Lugo va a mirar hacia arriba, yo le pondré la clasificación del Lugo de las últimas temporadas delante de la cara. Pero de una manera muy natural, muy humilde. Sabemos que estamos en un buen momento, que no es real, pero que vamos a ir partido a partido. Si hay la posibilidad de molestar a todos, y sobre todos a los más grandes, lo haremos sin ninguna duda. Pero sin olvidar quién es el Lugo, sin olvidar su sufrimiento en los últimos años. Pero sin renunciar a nada, también. Pero si alguien se cree algo incluso mis capitanes estarán atentos a que eso no ocurra.

"Creo que no hay más premio para un entrenador y para unos jugadores que la afición se sienta orgullosa de ti"

¿Vale también para la afición?

Sí, la clave es saber quién eres. El Lugo ha hecho muchas cosas bien porque es un club humilde que se ha mantenido muchos años seguidos en Segunda. Y eso pasa porque somos un club humilde pero no pequeño, a ver si se entiende este matiz. La afición lo sabe de sobra y sobre todo nosotros, dentro del club. Obviamente en un buen momento así, nosotros nos alegramos de que la afición pueda disfrutar un poco y sentirse orgullosa del club.

Como entrenador ha comentado que tenía mucho predicamento con la afición, que llegaba a la gente. ¿Es más difícil llegar al aficionado o al jugador?

Estamos todos conectados. Lo que quiere una afición es que los futbolistas y el entrenador se identifiquen con el club desde el trabajo, la humildad. Y creo que no hay más premio para un entrenador y para unos jugadores que la afición se sienta orgullosa de ti. He tenido la suerte de conectar con la gente en Mérida, donde bajé a Tercera y donde dejé muchos amigos. En Badajoz me pasó lo mismo y creo que al final, un entrenador tiene que identificarse con su afición y la afición con el entrenador. 

Comentaba en una entrevista que era una persona más de corazón que de cabeza, con los valores por encima de todo y con la verdad por delante. ¿Es esa actitud compatible con el fútbol actual, que es espectáculo, redes sociales...?

O como lo llamamos de manera vulgar, ese circo (risas). En mi vida el fútbol está por encima de todo. He tenido que pulir ciertos aspectos para poder llevarlo mejor. Pero sí, soy una persona de corazón y en algún momento he pecado de no ser políticamente correcto, pero no me arrepiento de nada. Un entrenador que conocí hace muchos años, con quien compartí meriendas y comidas, me dijo: “Mira Mehdi, el fútbol es un circo del cual yo quiero vivir”. Esa fue su frase. Analizándola después tiene una parte de verdad. El fútbol es lo que más me gusta del mundo, y hay cosas que tengo que aceptar. Pero volviendo a las redes sociales, porque ahora el fútbol parece una serie de Netflix, es una realidad que da asco a veces, pero lo amo. Si es tu pasión tienes que tragar.

¿Era mejor el fútbol de antes, cuando era niño? ¿O es siempre lo mismo?

Cuando lo ves con ojos de niño o aficionado es diferente. Al ser profesional lo ves de otra forma, pero es muy importante no perder esa capacidad de ver el fútbol con ojos de niño. Es muy importante no perder esa pasión que todo niño lleva por dentro. Si lo pierdo lo dejo, porque se viven tantos momentos malos en este mundo que cuando toca disfrutar de algo hay que hacerlo al 100%. Si pierdes eso, mejor coger la maleta e irse a casa.

_VIL3305Decía antes que el entrenador tenía que ser como un padre. ¿Eso implica controlar a los jugadores, saber qué hacen en cada momento, lo que hacen en redes sociales, en su vida privada, o hay que dejarles espacio?

No conozco ningún entrenador que haya estado 24 horas al día encima de sus jugadores y que haya triunfado. No creo en eso. Hoy en día menos, además. Si antes había cierto miedo hacia la figura del entrenador, hoy los mismos jugadores te mandan al carajo, a la mierda, en cero coma. Y ahí pierdes el respeto de tus jugadores. Yo creo mucho en la ayuda de unos capitanes dentro del vestuario y en la autogestión del vestuario. Es muy raro que yo entre en uno para controlar qué hacen, porque a mí de jugador es algo que nunca me gustó, no me gustaba tener un policía detrás. Por eso es importante que, en lugar de que el entrenador corrija al jugador, sean los propios capitanes quienes lo hagan. Obviamente si un jugador se pasa de la raya, que casi nunca me ha pasado como entrenador, si hay que dar un toque por llegar tarde, por el peso del jugador, por una mala sesión de entrenamiento, ahí sí que es importante la figura del entrenador. Pero en la vida diaria hay que dar cierta libertad, porque hoy en día los jóvenes son mucho más profesionales que antes. Se cuidan mucho más que hace 20 ó 30 años.

¿Es el vestuario entonces quien tiene que imponer ese sentido colectivo por encima de cuestiones más individuales? Hacer saber al propio grupo que lo importante es el grupo.

Totalmente. A mí nunca me ha gustado obligar. A mí me gusta convencer. Si obligas a alguien es que te faltan recursos. Pero si lo convences de que esto es lo mejor para su vida, en el campo, en el entrenamiento, en su relación con los compañeros, si él lo veo con sus propios ojos, ahí has ganado.

¿Cómo se gestiona a un jugador con gran talento individual pero poco sentido colectivo? ¿Se pueden reconducir?

Sí, me ha pasado en Marbella con un jugador que ahora mismo es amigo, para que veas que tener un jugador distinto puede ser importante. Si tienes un jugador así en tu plantilla, le puedes permitir cierta libertad con el consentimiento de sus compañeros. Si los compañeros están dispuestos a aceptar que ese futbolista corra menos para permitirle ser más decisivo, eso lo tienen que gestionar los futbolistas. Si los jugadores lo aceptan, adelante. Si no, fuera. Porque un futbolista con todo el talento del mundo siempre tiene que estar al servicio del colectivo. Si es capaz de entender esto, te aseguro que ese futbolista te ganará partidos.

¿La inteligencia es lo más importante en un futbolista? ¿Por encima de la técnica y el físico?

Sin ninguna duda. Yo no era un futbolista de mucho talento y desde niño he mamado que el buen futbolista es el futbolista cuyas cualidades resaltan en un partido y cuyos defectos no se aprecien. Un jugador que es lento no va a pegar una carrera con el balón. Un jugador que no es habilidoso no va a regatear. Es importante que un jugador sepa manejar los tiempos del juego y ahí entra su cerebro.

¿El paso de jugador a entrenador es inmediato o llega poco a poco? 

Yo quería entrenar cuando ya era jugador. Tenía una posición en el centro del campo que me permitía corregir a mis compañeros y lo llevaba dentro incluso en mis primeros años en el Rácing de Santander. Me gustaba esa responsabilidad.

ESPAÑAPara los que no le vieron jugar, ¿cómo era Nafti como futbolista?

Muy habilidoso, era una mezcla de Messi y Neymar. Es broma (risas). Era un pivote defensivo que intentaba equilibrar al equipo para que no se partiera, muy pendiente de las vigilancias, intentando jugar fácil y muy duro, algo que me decía mucho mi padre. “Tu sabes que con el VAR no hubieras tenido carrera de futbolista, ¿no?”. Estoy de acuerdo con él, porque con el VAR hubiera tenido que medir mucho más mis intervenciones y hubiera visto muchas más tarjetas rojas que las que vi. Pero era un futbolista de esos que cada entrenador necesita en una plantilla, que hacía piña y que se podía ir a la guerra conmigo.

Estuvo en muchos equipos: Toulousse, Racing, Birmingham, Valladolid, Murcia, Cádiz, donde acabó su carrera... ¿Envidió alguna vez a los jugadores que se pasaron toda su carrera en un mismo club?

He tenido la suerte de que en diez años estuve en tres clubes. Tuve la suerte de formarme en el Toulousse hasta los 20 años. Desde los 20 hasta los 25 estuve en el Rácing y desde los 25 hasta los 30 en el Birmingham. Dentro de eso, he tenido la suerte de estar muchos años en el mismo equipo, pero es verdad que cuando veo a un entrenador estar muchos años en un mismo club, o a un futbolista, me da envidia sana. Sobre todo porque desde que empecé la carrera de entrenador, a nivel familiar es muy duro porque no veo a mis padres, muy poco a mi hija...pero de momento me compensa y lo doy todo para que ellos estén orgullosos.

¿Qué aporta la emigración futbolística como profesional en el fútbol y también como persona?

Los valores vienen de serie, de casa. Lo que pasa es que te abres al mundo, cuando vas a un sitio te tienes que adaptar a ese sitio. A nivel de cultura, de fútbol y de idioma. Y eso es una experiencia tremenda. ¿Qué queda al final de tu carrera? Quedan recuerdos, países que has visto, idiomas que manejas y es una experiencia increíble a todos los niveles.

Ha dicho que se arrepintió un poco de jugar en el Aris griego por el fanatismo. ¿Tan complicado fue aquello?

Se relativiza con el tiempo, pero no soporto el fanatismo. En Grecia viví momentos muy duros. Si supiera que iban a pasar cosas así no hubiera ido, pero en el Aris también viví momentos muy buenos. Una final de Copa, estadios llenos. Eso es complicado de tener. Es imposible tenerlo todo. En las ciudades más calientes cuando la cosa va bien lo tienes todo a favor, pero cuando las cosas van mal, son momentos muy difíciles. La gente se pasó mucho de la raya porque hicimos muy buenos años. Terceros o cuartos en Liga, una final de Copa, me dieron el premio del mejor mediocentro de la Liga Griega...pero nunca era suficiente.

RACINGEn el Rácing de Santander coincidió con Quique Setién, que quizá es el mejor entrenador de la historia del Lugo. ¿Qué aprendió de él?

Me pilló muy joven y él empezaba como entrenador y me imagino que con los años habrá cambiado cosa, pero Quique era un tío muy serio, que me dio confianza, que dedicó mucho tiempo a la formación de los más jóvenes a pesar de la necesidad y la urgencia de ascender a Primera División. Hemos echado mañanas, tardes, intentando corregir a nivel técnico...estaba obsesionado con el tiempo y el espacio, pensar antes para ganar ventaja a tu rival, ocupar espacios, etc. Es un entrenador del que aprendí mucho.

A nivel internacional ganó la Copa de África con Túnez. ¿Es su mejor recuerdo a nivel profesional?

A nivel emocional sin ninguna duda. Ganar un título internacional, en tu país y delante de tu familia es lo más grande que hay y se lo deseo a todos los jugadores. A nivel de presión también viví un Mundial, fue mágico aunque no lo viví en las mejores condiciones. Volvía de una lesión de ligamento cruzado y no tuve tiempo de disfrutarlo al máximo entre mi regreso y la preparación del Mundial, pero fue un momento único. Los ascensos también como jugador, en el Toulousse, en el Rácing, en el Valladolid...todos momentos únicos.

¿Cómo fue la infancia de Mehdi Nafti en Francia?

Tranquila. Hijo único, familia humilde, respetuosa, buen alumno en colegio y obsesionado con el fútbol desde mi infancia. Mi padre era más mi mejor amigo que mi propio padre al ser hijo único y al compartir la misma pasión por el fútbol. Una infancia muy tranquila, sí.

A veces se muestra a Francia como un ejemplo de integración de diferentes culturas. ¿Ha cambiado?

Sí. Los jóvenes hoy en día, hablo de los emigrantes, no se adaptan, no asimilan, no se integran como antes. En mi casa era obligatorio hablar francés aunque mis padres fuesen tunecinos. Fui a un colegio cristiano y había obligación de mis padres de llegar a un país y de adaptarse a ese país. Hoy en día lo que me cuentan los padres, lo que veo en la TV, parece lo contrario. En Francia los niños nacen odiando a su propio país. No es todo el mundo, pero es lo que veo en los medios, lo que me transmiten mis amigos. Hoy en día Francia está entrando en un comunitarismo en el que parece que cada cultura, cada religión, no se mezclan tanto como antes. No veo tanta conexión entre cristianos, musulmanes, judíos...se ha perdido con el paso de los años.

Su padre es un gran amante del fútbol. ¿Cómo era esa relación?

Mi padre siempre fue muy duro conmigo cuando era pequeño. Con los años reconoce que se pasó un poco conmigo, era muy exigente. Sin embargo, cuando me he visto en momentos críticos era mi primer apoyo. Hasta ahora, además. Estando en Toulousse está atento a todo y el otro día me mandó un mensaje a las 6 de la mañana el día que fuimos a jugar contra el Rayo, por ese posible aplazamiento por los dos casos de coronavirus, y me escribió. No sabe castellano, pero lee todo y se entera de todo. Me dijo “no te descentres con lo del coronavirus del Rayo”. Está atento a todo, me pregunta por los lesionados también. Desde la distancia es parte del cuerpo técnico.

"Ahora mismo me gusta mucho el Atlético de Madrid, que es el equipo con el que más me identifico a nivel de trabajo"

Era inevitable que Nafti acabara siendo futbolista profesional.

Es muy complicado llegar, pero puse mucho de mi parte para poder llegar. Te digo más: era un buen alumno en el colegio y en la universidad. Estudié Gestión de Empresas, tengo mi bachiller de Economía...he conseguido llevar las cosas cosas a la vez.

¿Es complicado?

Sí, porque tienes que encontrar el tiempo. Cuando tienes 17 años empiezan las salidas nocturnas, las chicas...pero hay que encontrar el tiempo. Mis padres siempre estuvieron muy encima.

¿A qué equipo animaba la familia de Nafti cuando era pequeño?

Yo era mucho de Olimpyque de Marsella, que ganó la Champions en la época de Bernard Tapie, con Abédi Pelé, con Christophe-Marquet, con Didier Deschamps, el actual seleccionador de Francia...era muy de ellos. Y cuando llegué a Rácing como jugador era más del Real Madrid, por los Figo, Ronaldo, Raúl, Zidane, Beckham...me gustaba mucho aquel equipo. Pasa el tiempo y he sido del Barcelona de Guardiola, que me gustó mucho. Pero pasan los años y cada vez soy menos de un equipo. Ahora mismo me gusta mucho el Atlético de Madrid, que es el equipo con el que más me identifico a nivel de trabajo. Pero aficionado ya no, eso ha desaparecido.

¿Un entrenador puede ver un partido como aficionado, sin analizar y por el mero disfrute de ver fútbol?

Sí, se puede. A veces desconecto totalmente y si es un penalti de poco interés táctico sí se puede. Sin pensar, sin analizar de manera profunda. Y viene muy bien.

¿Jugaba en la calle o solo entrenaba?

Mucho tiempo en la calle y me llevaba a mi padre, que le quité muchas horas de siesta para que estuviera conmigo.

¿Se ha perdido eso?

Es más un tema de época. En la mía llegaba dos horas antes del entrenamiento y jugabas con un calcetín o una bola de papel de periódico. No sé si hoy en día a los jóvenes les gusta el fútbol de verdad, porque les veo todo el día con el móvil. No disfrutan el fútbol de verdad. Pero es un equilibrio mutuo, los entrenadores nos tenemos que adaptar a eso. No me gusta decir, porque es una frase de hombre antiguo frustrado, que lo de antes era mejor. No era mejor, era distinto. ¿Quién era el mejor, Maradona o Messi? Menuda chorrada de comparación. Son distintos, era otro fútbol.

¿El fútbol debe ser un disfrute para los no profesionales y para el aficionado?

Se puede disfrutar sufriendo. El sufrimiento entra dentro de la pasión del futbolista. No puedes jugar una pachanga con tus colegas sin sufrir, porque vas a sufrir por la derrota, por una lesión, por un esfuerzo físico, por una discusión con el árbitro o con un compañero. Es un sufrimiento moderado que entra dentro de la pasión del futbolista.
 

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