La lucense Sara Álvarez sufre una lesión de rodilla en el Mundial de Budapest

Este contratiempo puede apartarla de los Juegos Olímpicos de Tokio
Sara Álvarez, tras conquistar el campeonato de España del año 2018, en Cáceres. AEP
photo_camera Sara Álvarez, tras conquistar el campeonato de España del año 2018, en Cáceres. AEP

La yudoca lucense Sara Álvarez Folgueira sufrió este sábado una grave lesión de rodilla durante el segundo combate de los Mundiales de Budapest, la última cita oficial de esta disciplina antes de los Juegos Olímpicos de Tokio, que se celebran el próximo mes.

La gallega se encontraba inmersa en la pelea por entrar en la cita olímpica, siendo la plaza posible tras un gran primer combate ante la británica Sarah Adlington, a la que superó tras una gran inmovilización, pero ocurrió lo peor ante la bielorrusa Maryna Slutskaya. En el mencionado segundo combate, y tras una acción desafortunada, la pierna izquierda de Álvarez se quedó enganchada y su rodilla izquierda se llevó la peor parte. Los gritos de la española resonaron en el pabellón y fue inmediatamente trasladada a un hospital, desde donde la Federación Española de Judo y Deportes Asociados (RFEJYDA) informó que se le había recolocado la rodilla, que la yudoka "evoluciona bien" y que se encontraban a la espera de nuevas pruebas médicas.

De hecho, la propia RFEJYDA publicó un mensaje en las redes sociales para apoyar a la lucense. "Querida Sara, toda la RFEJYDA está contigo, eres un ejemplo de superación, humildad y perseverancia, y para nosotros siempre nuestra campeona dentro del tatami y en la vida. Vamos a inundar las redes con mensajes de ánimo a nuestra Sarita! #vamossaritajudo".

La lucense sufrió una lesión similar -en su rodilla derecha- durante el Mundial júnior que disputó en 2009. Entonces, se le vinieron encima los 160 kilos de la ucraniana Irina Kinderzerska, lo que obligó a Sara Álvarez a apartarse de los tatamis durante más de dos años.

Ya recuperada, Álvarez recayó de su lesión antes de los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012. Cuando regresó de su segunda lesión, un nuevo contratiempo le impidió soñar con los Juegos de Río, en 2016.

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