El Lugo apenas ha sido capaz de marcar en el último tramo del partido esta Liga

Tan solo en tres ocasiones el cuadro rojiblanco anotó a partir del minuto 75 y en dos le valió sumar puntos

Vieira salta junto a Forlín, del Oviedo. XESÚS PONTE (AEP) (CD Lugo)
photo_camera Vieira salta junto a Forlín, del Oviedo. XESÚS PONTE (AEP)

"Sei bella come un gol al 90". Aquella pintada en una pared de un lugar y una fecha indeterminadas de Italia refleja lo inusual y hermoso de anotar un tanto en los últimos minutos de un partido de fútbol. Muestra la emoción que supone para cualquier aficionado al fútbol marcar en el instante final. Tanto como para convertirlo en un piropo. La plantilla del Lugo podría sacar el espray y proceder a escribir en la grada exterior del Ángel Carro aquellas palabras, porque pocas veces han podido celebrar un gol con el tiempo casi cumplido esta temporada.

El central portugués Miguel Vieira fue el tercero que puede presumir en esta campaña de anotar una diana en los últimos quince minutos de partido. Este dato refleja que solo el 11,1 % de los goles rojiblancos fueron anotados en esa zona temporal de los partidos de Liga.

Los compañeros de piropo del zaguero luso son el extremo canario Iriome González y el centrocampista georgiano Giorgi Aburjania. Los tres lo hicieron además con el tiempo reglamentario ya acabado.

Mientras el tanto de Iriome no tuvo el valor extra de los puntos, ya que -en el minuto 92- fue el cuarto tanto del 4-2 ante la UD Las Palmas en el Ángel Carro, los goles de Aburjania y Vieira sirvieron para sumar.

El georgiano culminó la remontada lucense en la tercera jornada ante el Numancia en casa. Aquel tanto en el minuto 95 supuso el 3-2 que completaba el empate de Campillo en el 65. Aburjania dio dos puntos al empujar un rechace de Juan Carlos Sánchez a un tiro de Lazo.

En el caso de Vieira, el central nacido en Amarante (Portugal), remató con la cabeza un córner botado por Juan Muñiz en el minuto 90 para igualar (1-1) ante el Oviedo en el Carlos Tartiere y dar un valioso punto al Lugo.

En esos 30 minutos iniciales, los rojiblancos han sido capaces de anotar 12 de sus 36 tantos

Si el cuadro que dirige actualmente Alberto Monteagudo está muy poco acostumbrado a marcar goles en el tramo final, su momento preferido para perforar las redes rivales es la primera media hora del partido.

En esos 30 minutos iniciales, los rojiblancos han sido capaces de anotar 12 de sus 36 tantos, lo que supone un 45% de las dianas totales marcadas por el club del Ángel Carro en lo que va de Liga.

MEDIAPUNTA, CLAVE. La reacción del Lugo ante el Oviedo tuvo como eje el cambio táctico llevado a cabo por el técnico Alberto Monteagudo, quien introdujo a Juan Muñiz por Toni Martínez en el minuto 62 para mudar el 4-4-2 existente hasta ese momento a un 4-2-3-1 con el asturiano de mediapunta.

El ex del Spórting de Gijón permitió una mayor asociación de los futbolistas en terreno rival y una posesión más efectiva de la pelota, llegando a zonas próximas al área, sobre todo en el tramo final. Su capacidad para crear peligro a balón parado fue clave, ya que, además del córner que dio origen al tanto de Vieira, Muñiz estrelló una falta en la madera justo antes del saque de esquina del 1-1 final.

Ese mismo 4-2-3-1, con Aburjania haciendo de Muñiz, fue el empleado en el otro partido con gol en el descuento que valió puntos al Lugo. En aquel duelo ante el Numancia, el cuadro rojiblanco comenzó el partido con 4-4-2 y lo acabó con un enganche que fue decisivo para el 3-2 definitivo.

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