El Lugo de Quique Setién comienza a acostumbrarse a la dulce sensación de ganar pedigrí. Imponerse a los grandes de la categoría no es una novedad en el Ángel Carro. Cada año, el grupo dirigido por el técnico santanderino ha ido dando buena cuenta de los nombres importantes de su división hasta dar brillo a su propio curriculum. El sábado, ante el Zaragoza, fue el último capítulo de una trayectoria que comenzó hace cuatro temporadas en Segunda B y que se ha perfeccionado en un escenario de máxima exigencia: la Segunda División.
El tanto de Víctor Marco en el minuto 60 le mostró al conjunto entrenado por Paco Herrera que su triunfo en La Romareda de la primera vuelta no fue una cuestión de casualidad. Los seis puntos sumados ante los maños fueron el enésimo ejemplo del gran rendimiento de los rojiblancos ante los ‘gallos’ de la clasificación.
«Cuando juegas contra un buen equipo como el Zaragoza, ante el que hemos hecho un buen fútbol y ganamos la ida y la vuelta, ganar es importante para nosotros», destacó Enzo Rennella, quien fue el ejecutor de los aragoneses en la primera vuelta.
