La generación júnior del Emevé femenino logró el pasado 21 de mayo un éxito incontestable con la medalla de oro del campeonato de España de esa categoría, que se disputó en el Pabellón Siglo XXI, de Zaragoza. El título supone la confirmación de un ciclo que finaliza para varias jugadoras y que, en los dos últimos años, deja un subcampeonato juvenil en 2021 y una medalla de bronce júnior en 2022. Una camada irrepetible que lideran jugadoras que ya son una más en la plantilla de la Liga Iberdrola femenina, como Ainara Burgo, Carolina Camino, Lidia Figueira, Candela López, Olaya González o Alejandra Pérez.
En Zaragoza se dieron cita 32 mejores equipos femeninos de categoría júnior y el Emevé hizo honor a su acrónimo (El Mejor Equipo de Voleibol de España) al superar a todos los rivales que se encontró en el camino. No cedió un solo set en la fase de grupos contra Valdefierro, Torrent y Barcelona, venció al Sóller en cuartos (3-1) y tan solo sufrió en semifinales contra el Alcobendas (3-2). En la final, pasaron por encima del Barça (3-0), al que ya se habían enfrentado en la primera fase.
"La semifinal fue una final anticipada", reconocen tanto Manuel Blanco, técnico del equipo, como Ainara Burgo, líder y MVP de la final. "Estos torneos suelen ir de menos a más y aunque la primera fase la pasamos con cierta comodidad, es verdad que el Alcobendas nos exigió lo máximo, porque es un equipo muy parecido al nuestro", señala Blanco. El equipo madrileño, como el lucense, estaba formado por jugadoras que ya son habituales en la máxima categoría. Por ello, el partido necesitó de cinco sets, incluido un último parcial de pura igualdad (20-18 para el Emevé).
¿La clave? Según Manuel Blanco, que ha esculpido este equipo en los últimos cuatro años, es los casi diez jugadoras que llevan juntas desde categorías inferiores. En el caso de Ainara Burgo, por ejemplo, desde alevines. "Es un equipo que viene de la base y que se ha trabajado muchísimo y, además, muchas de ellas entrenan con el primer equipo y eso se notó en el campeonato", apunta el entrenador.
La mejor jugadora de la final fue la lucense Ainara Burgo, la "directora de orquesta" del equipo, indica Blanco. Su manera de dirigir a sus compañeras resultó determinante en su elección como mejor jugadora, pese a que este tipo de premios no suelen recaer sobre las colocadoras. "Me sorprendió porque en mi posición es difícil, no hago ningún punto, pero creo que tuvieron en cuenta la distribución del equipo, que es de lo que yo me encargo", dice.
Para Burgo, el Emevé llegaba con el papel de favorito pero fue algo que se tuvieron que ganar a lo largo del torneo. "Sabíamos que podíamos hacer medalla y, tras superar una complicadísima semifinal, afrontamos la final con más tranquilidad".
Para la colocadora, el papel de Manuel Blanco fue "clave" en la consecución del título "porque nos conoce a la perfección y no nos metió ningún tipo de presión". El talento y la constancia hizo el resto. Merecidas campeonas.