Adaptación, inteligencia para identificar las debilidades del contrario, equilibrio posicional, intensidad en la presión, estrategia y trabajo. Ese es el credo del nuevo entrenador del Lugo, Fran Justo, un técnico joven —tiene tan solo 33 años—, que creció en el Ourense CF y dio el estirón esta temporada gracias al éxito con el Arenteiro. No es un apóstol de un sistema o un modelos de juego inamovible, sino que busca que sus futbolistas rindan de la mejor manera posible.
Justo no es un entrenador monolítico. El preparador ourensano trata de dominar varios sistemas y modelos de juego para poder tener soluciones para cualquier situación que se pueda presentar a lo largo de la temporada o en un mismo partido.
En su experiencia profesional no ha tenido un dibujo o un sistema de cabecera. En el Ourense CF empleaba una defensa de cinco con carrileros largos con tres o cuatro centrocampistas. Por contra, en el Arenteiro, la zaga era de cuatro, con dos mediocentros y otros dos extremos y un mediapunta o un segundo delantero por detrás del ariete.
El nuevo responsable del Lugo quiere dominar el juego, pero sin que sea de una forma determinada. Sus equipos han sabido superar al rival a través de la pelota o sin la posesión de la misma. El ourensano programa sus partidos en función de cómo neutralizar las principales armas del rival.
En ataque, los equipos de Fran Justo buscan, sobre todo, progresar en campo rival. Tratan de hacerlo con el menor número de pases posible para sorprender al contrario, pero sin correr riesgos innecesarios.
El Lugo de Fran Justo será un equipo de ritmo alto, con una fase ofensiva donde la amplitud del campo y la profundidad son dogma de fe para sus jugadores de ataque. Transitar a la mínima ocasión y hacerlo con velocidad en el último tercio del campo es obligado para el de As Burgas.
Llegar con pases decisivos cerca del área o la apertura al costado para meter centros laterales para el punta son elementos que explotará en el Lugo junto a la estrategia ofensiva y defensiva, otra de sus máximas.
Presión alta en defensa
El nuevo preparador del conjunto lucense no suele optar por una defensa atada a su área, sino que sus equipos buscan una presión alta y lo más agresiva posible. Para ello busca que sus jugadores ocupen bien sus espacios, que no pierdan la posición y que generen un presión alta y en bloque.
Justo exige a sus futbolistas que sepan leer el partido y al contrario y, en caso de que la zaga deba replegarse con intensidad, ordenarse en bloque bajo, aunque sin que sea el modelo preponderante en la temporada.
Carácter y mando
Fran Justo es un entrenador de carácter, que maneja bien el vestuario y exige el respeto de sus jugadores. Además, da importancia al discurso, a la psicología deportiva y a la transmisión de ilusión por lograr el objetivo. El ourensano es un preparador que no rehuye el diálogo con sus pupilos.