El final de temporada en Segunda División será tan apasionante para el aficionado neutral como desagradable para los seguidores de los nueve equipos que todavía pelean para asegurar la permanencia en la categoría de plata. Cinco jornadas de infarto que decidirán el futuro a corto plazo de unos clubes que se encuentran ahora mismo en una horquilla de once puntos a falta de 15 por disputarse. Un final extremadamente igualado, como hace tiempo que no se vivía, y en el que el Lugo, por desgracia y por tercer año consecutivo, será protagonista hasta el último minuto.
Y es que el equipo de Rubén Albés se ha metido en las últimas semanas en un pozo del que, de momento, no encuentra salida. La mala racha que arrancó en los últimos partidos con Mehdi Nafti continuó en las ocho jornadas que dirigió Luis César Sampedro, en las que el equipo rojiblanco no consiguió sumar ninguna victoria. La tercera destitución del curso y la llegada de Albés, el cuarto técnico de la temporada, tienen como objetivo recuperar las esencias que colocaron al Lugo en mitad de tabla durante el ecuador de la Liga de Segunda División.
El reto es complicado. Los triunfos del Sabadell y del Alcorcón en la última jornada (contra Rayo y Albacete, respectivamente) complican el calendario para el cuadro rojiblanco. Los jugadores de Albés se encuentran en la peor situación posible a falta de cinco jornadas: sin depender de sí mismos y con un ojo puesto en los resultados que dejarán los seis duelos entre rivales directos que depara la Segunda División en sus últimas cinco jornadas.
Partidos como el Oviedo-Sabadell, o el Cartagena-Castellón, de la siguiente jornada, marcarán a buen seguro las posibilidades de los rojiblancos de mantener la categoría, siempre que los de Albés cumplan con sus compromisos y sumen una cifra cercana a los 15 puntos en juego -Juanfran sumó 14 de 18 en las últimas seis jornadas de la pasada temporada-.
De salir vivos después del encuentro ante el Mirandés -el 15 de mayo, después de la visita a El Molinón-, el Lugo se enfrentará con el Albacete, colista hoy, con el objetivo de ampliar la actual diferencia de cuatro puntos que existe entre ambos clubes.
En la jornada siguiente, la penúltima, el Lugo recibirá a un Cartagena que casi con total probabilidad también se jugará la vida en los 90 minutos que se disputarán en el Ángel Carro. De haber llegado a la última jornada con opciones, algo que matemáticamente es posible, pero atendiendo a la dinámica rojiblanca difícil, los rojiblancos buscarían una nueva hazaña en forma de permanencia en el estadio de Vallecas, ante un Rayo que de hacer sus deberes afrontaría esta cita sin poco en juego. Un calendario extremadamente exigente, a la altura del reto que tiene por delante un cuadro rojiblanco que ya sabe lo que es salvarse "in extremis".
